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Génesis 49:6 - Biblia Castilian 2003

6 Que no participe mi alma en sus consejos, ni mi corazón se asocie a su asamblea. Porque en su furor mataron hombres y en su desenfreno desjarretaron toros.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Que jamás tome parte yo en sus reuniones; que nunca tenga nada que ver con sus planes. Pues en su enojo asesinaron hombres, y por diversión mutilaron bueyes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Que nunca mi alma participe en sus intrigas, y que mi corazón esté lejos de su compañía, porque en su enojo mataron hombres, y en su furor desjarretaron toros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte a su asamblea, Pues en su furia asesinaron varones, Y en su temeridad desjarretaron bueyes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Que no participe mi alma en sus consejos, ni mi corazón se asocie a su asamblea. Porque en su furor mataron hombres y en su desenfreno desjarretaron toros.

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Génesis 49:6
29 Referans Kwoze  

Dijo Jacob a Simeón y a Lev: 'Me habéis buscado la ruina al hacerme odioso a los habitantes del pa s, a los cananeos y los perizeos. Yo cuento con un número reducido de hombres. Ellos se unirán contra m, me vencerán y acabarán conmigo y con mi casa'.


David le capturó mil setecientos jinetes y veinte mil infantes y desjarretó todos los caballos de tiro, dejando sólo los de cien carros.


David le capturó mil carros, siete mil jinetes y veinte mil infantes. David desjarretó todos los caballos de tiro, dejando sólo los de cien carros.


Dichoso el hombre que no sigue el consejo del imp o, ni en el camino del errado se detiene, ni en la reunión de los malvados toma asiento,


De David. Bendice, alma m a, al Se or, y todo mi interior, su santo nombre;


¡Si dieses muerte, oh Dios, a los imp os y se alejasen de m los sanguinarios!


Por eso, se alegra mi corazón, mis entra as exultan y mi cuerpo reposa en el seguro.


No recojas mi alma en el haz de los errados, mi vida con la gente sanguinaria,


No me arrastres en el haz de los imp os, con los agentes de maldad que hablan de paz con sus vecinos, con malicia en su interior.


Tú puedes bien tornar mi luto en danza, desnudarme del saco, ce irme de alegr a,


con quebranto en los huesos?'. El opresor me insulta, diciéndome sin tregua: '¿Dónde está tu Dios?'.


Al recordarme de ello, mi alma se derrama en mi interior. Me uniré con el pueblo, lo guiaré hacia la casa del Se or, entre voces de alegr a y alabanzas de multitud en fiesta.


¿Por qué estás abatida, oh alma m a, y murmuras en m ? Conf a en el Se or: podré aún alabarlo, a él, alegr a de mi rostro, a él, mi Dios.


No hay, por cierto, en su boca algo seguro, su interior es corrupción, sepulcro abierto su garganta, y su lengua, lisonjera.


Mi corazón, Se or, está dispuesto, mi interior está pronto: quiero cantarte y alabarte.


Escucha, Dios, mi voz, cuando me quejo y preserva mi vida del terror del enemigo.


Si te dicen: 'Vente con nosotros; conspiremos para derramar sangre, acechemos sin motivo al inocente;


Los planes de los justos son rectitud; los proyectos de los malvados, enga o.


No me senté en compa a de gente alegre ni anduve de fiesta en fiesta; por mor de tu mano me sentaba yo solo, porque de tu furor me llenaste.


¡Mis entra as! ¡Mis entra as! ¡Me retuerzo de dolor! ¡Entretelas de mi corazón! Mi corazón me palpita, no puedo callarme, pues sonido de trompeta oye mi alma, alarma de guerra.


Y diré a mi alma: alma m a, ya tienes muchos bienes almacenados para muchos a os; ahora descansa, come, bebe y pásalo bien'.


No os unzáis con los infieles a un yugo desigual. Pues, ¿qué relación cabe entre la justicia y la impiedad? ¿Qué tiene de común la luz con las tinieblas?


Maldito el que mate a su prójimo ocultamente. Y todo el pueblo dirá: Amén.


Josué los trató como Yahveh le hab a dicho: desjarretó sus caballos y quemó sus carros.


El torrente Quisón los barrió, el torrente de tiempos antiguos, el torrente Quisón. ¡Avanza, alma m a, con denuedo!


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