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Génesis 47:9 - Biblia Castilian 2003

9 Contestó Jacob al Faraón: 'Ciento treinta han sido los a os de mis andanzas. Pocos y malos han sido los d as de los a os de mi vida, y no han alcanzado los a os de la vida de las andanzas de mis padres'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Jacob respondió: —He andado por este mundo ya ciento treinta arduos años; pero mi vida ha sido corta en comparación con la de mis antepasados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Jacob respondió: 'Los años de mi peregrinación son ciento treinta. Pocos y malos han sido los días de mi vida, y no han llegado a igualar los años de vida de mis padres durante su peregrinación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mis peregrinaciones son ciento treinta años. Pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de sus peregrinaciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Contestó Jacob al Faraón: 'Ciento treinta han sido los años de mis andanzas. Pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han alcanzado los años de la vida de las andanzas de mis padres'.

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Génesis 47:9
29 Referans Kwoze  

Ten a Sem, después de engendrar a Arpacsad, quinientos a os; y engendró hijos e hijas.


Vivió Isaac ciento ochenta a os.


Jacob vivió diecisiete a os en tierra de Egipto. Los d as de Jacob, los a os de su vida, fueron ciento cuarenta y siete a os.


El Faraón preguntó a Jacob: '¿Cuántos a os tienes?'.


Matusalén vivió en total novecientos sesenta y nueve a os, y murió.


Murió José a la edad de ciento diez a os. Lo embalsamaron, y fue colocado en un sarcófago en Egipto.


Emigrantes y extranjeros somos delante de ti, como lo fueron todos nuestros padres. Como sombra pasan nuestros d as sobre la tierra, y no hay esperanza.


El hombre, nacido de mujer, vive poco, y lleno de inquietudes.


Yo soy un peregrino por el mundo: no me ocultes tus preceptos.


Tus preceptos me son como cantares en la casa en que habito.


En pena de sus culpas castigas al humano, corroes, como la ti a, su belleza: el hombre es sólo un soplo. Selah


Oye, Se or, mi súplica, escucha mis pesares, no te mantengas sordo ante mis lágrimas. Yo soy un extranjero junto a ti, un peregrino, como todos mis antepasados.


Hazme, Se or, saber mi fin y cuál es la medida de mis d as, para ver cuán ef mera es mi suerte.


Además, establec con ellos mi pacto, para darles la tierra de Canaán, la tierra de sus peregrinaciones, en la que resid an como extranjeros.


Ten a Moisés ochenta a os y Aarón ochenta y tres cuando hablaron al Faraón.


Por lo tanto, siempre tenemos ánimo y sabemos que, mientras estamos domiciliados en el cuerpo, estamos exiliados lejos del Se or;


Moisés murió a la edad de ciento veinte a os. Sus ojos no se hab an debilitado, ni hab a disminuido su vigor.


pues no tenemos aqu ciudad permanente, sino que vamos buscando la futura.


¡Vosotros, precisamente, que no sabéis cómo será ma ana vuestra vida! Sois vaho que un momento aparece y al punto se disipa.


Algún tiempo después murió Josué, hijo de Nun, siervo de Yahveh, a la edad de ciento diez a os.


Queridos hermanos, os exhorto a que, como extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos puramente humanos que combaten contra el alma.


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