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Génesis 42:22 - Biblia Castilian 2003

22 Respondióles Rubén: '¿No os lo advert yo, cuando os dije que no atentarais contra el ni o? Pero vosotros no me escuchasteis, y he aqu que ahora se nos demanda su sangre'.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 «¿No les dije yo que no pecaran contra el muchacho? —preguntó Rubén—. Pero ustedes no me hicieron caso, ¡y ahora tenemos que responder por su sangre!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Rubén dijo a los demás: '¿No les decía yo que no le hicieran mal al muchacho? Pero ustedes no me escucharon y ahora estamos pagando por su muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Entonces Rubén les respondió diciendo: ¿Acaso no os hablé diciendo: No pequéis contra el muchacho?° Pero no escuchasteis, y ahora, ciertamente, su sangre nos es demandada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Respondióles Rubén: '¿No os lo advertí yo, cuando os dije que no atentarais contra el niño? Pero vosotros no me escuchasteis, y he aquí que ahora se nos demanda su sangre'.

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Génesis 42:22
19 Referans Kwoze  

Yahveh le dijo: '¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a m desde la tierra.


Ellos no sab an que José los entend a; pues les hab a hablado por medio de un intérprete.


Dijo, pues, José a sus hermanos: 'Yo soy José. ¿Vive todav a mi padre?'. Sus hermanos no pudieron responderle, porque quedaron aterrados ante él.


Cuando los hermanos de José vieron que hab a muerto su padre, se dec an: 'Quizá José nos guarde rencor y nos devuelva todo el mal que le causamos'.


Yahveh hará recaer su sangre sobre su propia cabeza, porque mató a dos hombres más justos y mejores que él, a los que asesinó con la espada sin saberlo mi padre David: a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasá, hijo de Yéter, jefe del ejército de Judá.


Recaiga la sangre de ellos sobre la cabeza de Joab y la de su descendencia para siempre, mientras que a David y a su linaje, a su casa y a su trono, Yahveh les otorgue paz perpetua'.


No se acordó el rey Joás de la benevolencia que Joadá, padre de Zacar as, le hab a mostrado, sino que mató a su hijo, quien dijo al morir: 'Que Yahveh lo vea y te lo demande'.


Celebrad al Se or, que mora en Sión, Záin proclamad entre las gentes sus acciones.


Cuando yo diga al malvado: 'De seguro morirás', si no le avisas ni hablas, avisando al malvado de su mala conducta, para que viva, él, como malvado, morirá por su culpa, pero reclamaré su sangre de tu mano.


Nosotros con justicia; pues estamos recibiendo lo merecido por nuestras fechor as. Pero éste nada malo ha hecho'.


Cuando los nativos vieron el reptil pendiente de su mano, se dec an unos a otros: 'Muy criminal debe de ser este hombre cuando, salvado del mar, la justicia divina no le deja seguir viviendo'.


Ellos dan prueba de que la realidad de la ley está grabada en su corazón, y as lo testifica su propia conciencia y los razonamientos que unas veces los acusan y otras los defienden.


Quien está destinado al cautiverio, al cautiverio vaya. Quien mata a espada, a espada muera. Es la hora de la constancia y de la fe del pueblo santo.


Y quedaron abrasados los hombres con fuego intenso. Blasfemaron entonces del nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, pero no se convirtieron para darle gloria.


Jonatán habló a Saúl, su padre, en favor de David y le dijo: 'No peque el rey contra su siervo David, porque él no ha pecado contra ti y porque todo lo que ha hecho ha sido para mayor bien tuyo.


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