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Génesis 32:31 - Biblia Castilian 2003

31 Jacob dio a aquel lugar el nombre de Penuel, porque se dijo: 'He visto a Dios cara a cara, y no obstante ha quedado a salvo mi vida'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

31 Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 El sol salía cuando Jacob dejó Peniel y se fue cojeando debido a su cadera dislocada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Jacob llamó a aquel lugar Panuel, o sea Cara de Dios, pues dijo: 'He visto a Dios cara a cara y aún estoy vivo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Y cuando hubo pasado Peni-’El, salió el sol, y cojeaba por causa de su muslo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Jacob dio a aquel lugar el nombre de Penuel, porque se dijo: 'He visto a Dios cara a cara, y no obstante ha quedado a salvo mi vida'.

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Génesis 32:31
19 Referans Kwoze  

Entonces ella llamó a Yahveh, que le hab a hablado, con el nombre de 'Tú eres El - Ro ', pues se dec a: '¿No vi detrás del que me ve a?'.


Al rayar el alba, los ángeles apremiaron a Lot, diciéndole: 'Levántate, toma a tu mujer y a las dos hijas que tienes, no sea que perezcas por el pecado de la ciudad'.


Sal a el sol sobre la tierra cuando llegó Lot a Sóar.


Jacob se quedó solo. Después, un hombre estuvo luchando con él hasta rayar el alba;


Luc a ya el sol cuando atravesó Penuel. Jacob cojeaba del muslo.


Jeroboán fortificó Siquén, en la monta a de Efra n, y estableció en ella su residencia. Luego, salió de all y fortificó Penuel.


Tomaron ellos el novillo que se les hab a tra do y, después de prepararlo, estuvieron invocando el nombre de Baal desde la ma ana hasta el mediod a, diciendo: '¡Baal, respóndenos!'. Pero no hubo ni voz ni respuesta. Entre tanto, ellos danzaban cojeando junto al altar que hab an hecho.


yo me digo: 'No vayan a gozarse de mi suerte y, si mi pie resbala, dominarme'.


y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies hab a como un pavimento de zafiro, tan puro como el mismo cielo.


No extendió Dios su mano contra los representantes de los israelitas. Vieron a Dios, comieron y bebieron.


Yo dije: '¡Ay de m ! ¡Estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros que vivo en un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, a Yahveh Sebaot!'.


o sea, a causa de tan grandes revelaciones. Por eso, para que no me arrastre la soberbia, se me clavó un aguijón en la carne: un enviado de Satanás, para que me abofetee, a fin de que no me envanezca.


Pero él me dijo: 'Te basta mi gracia; pues mi poder se manifiesta en la flaqueza'. Muy a gusto, pues, me gloriaré de mis flaquezas, para que en m resida el poder de Cristo.


y me dijisteis: 'Yahveh, nuestro Dios, nos ha hecho ver su gloria y su grandeza, y hemos o do su voz de en medio del fuego. Hoy hemos visto que Dios puede conversar con el hombre, y éste seguir con vida.


¿Qué mortal ha o do alguna vez, como nosotros, la voz de Dios vivo hablando de en medio del fuego, y ha quedado con vida?


Gedeón se dio cuenta entonces de que aquel era el ángel de Yahveh y exclamó: '¡Ay, Se or m o, Yahveh! ¡Que he visto al ángel de Yahveh cara a cara!'.


Pero Yahveh le contestó: 'La paz sea contigo. No temas; que no morirás'.


Subió de all a Penuel, y les dijo lo mismo. Pero la gente de Penuel le respondió como le hab a respondido la gente de Sucot.


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