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Génesis 24:45 - Biblia Castilian 2003

45 No hab a acabado de decir esto en mi corazón, cuando sal a Rebeca con su cántaro al hombro. Descendió a la fuente y sacó agua. Le dije entonces: 'Por favor, dame de beber'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

45 Antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca, que salía con su cántaro sobre su hombro; y descendió a la fuente, y sacó agua; y le dije: Te ruego que me des de beber.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 »Antes de terminar de orar en mi corazón, vi a Rebeca saliendo con un cántaro de agua al hombro. Ella descendió hasta el manantial y sacó agua. Entonces yo le dije: “Por favor, deme de beber”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

45 Ni siquiera había terminado de decir estas palabras en mi interior, cuando apareció Rebeca, con su cántaro al hombro, y bajó a la fuente para sacar agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 Y antes que yo acabara de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca salía con su cántaro al hombro descendiendo a la fuente. Cuando sacó agua, entonces le dije: Te ruego que me des de beber.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 No había acabado de decir esto en mi corazón, cuando salía Rebeca con su cántaro al hombro. Descendió a la fuente y sacó agua. Le dije entonces: 'Por favor, dame de beber'.

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Génesis 24:45
14 Referans Kwoze  

y me responda: 'Bebe, y también sacaré agua para tus camellos', ésa será la mujer que Yahveh ha destinado para el hijo de mi se or.


pues tú, Yahveh Sebaot, Dios de Israel, te has revelado a los o dos de tu siervo, diciéndole: 'Yo te edificaré una casa'. Por eso tu siervo se atreve a dirigirte esta plegaria.


D jome el rey: '¿Qué pretendes, pues?'. Encomendándome al Dios del cielo,


Entonces llamarás y Yahveh responderá; pedirás socorro, y él dirá: '¡Aqu estoy!'. Si retiras de en medio de ti el yugo, el se alar con el dedo y el hablar descarado;


Antes que me llamen, yo responderé; estarán aún hablando y yo escucharé.


¡Se or, escucha! ¡Se or, perdona! ¡Se or, atiende y obra! ¡No tardes, por amor de ti mismo, Dios m o! Pues tu ciudad y tu pueblo llevan tu nombre.


Al comenzar tus súplicas, se dio una orden y he venido a comunicártela, porque eres un hombre apreciado. Fija tu atención en esta orden y comprende la visión.


Pedid y os darán; buscad y encontraréis; llamad y os abrirán.


D jole Cornelio: 'Hace cuatro d as a esta misma hora me encontraba haciendo la oración de nona en mi casa, cuando un hombre, con radiantes vestidos, se puso delante de m


De igual manera, también el Esp ritu viene en ayuda de nuestra debilidad. Porque no sabemos qué debemos pedir cuando oramos; sin embargo, el Esp ritu mismo intercede con gemidos intraducibles en palabras.


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