Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Génesis 21:16 - Biblia Castilian 2003

16 y fue a sentarse enfrente a la distancia de un tiro de arco, porque dec a: 'No quiero ver morir al ni o'. Se sentó enfrente y lloró, a gritos.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Entonces se alejó y se sentó sola a unos cien metros de distancia. Se echó a llorar y dijo: «No quiero ver morir al muchacho».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

16 y fue a sentarse a la distancia de un tiro de arco, pues pensó: 'Al menos no veré morir a mi hijo. Como se alejara para sentarse, el niño se puso a llorar a gritos.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

16 Luego fue y se sentó enfrente, a distancia como de un tiro de arco, pues se dijo: Así no veré cuando el muchacho muera. Se sentó enfrente y alzó su voz y lloró.°

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 y fue a sentarse enfrente a la distancia de un tiro de arco, porque decía: 'No quiero ver morir al niño'. Se sentó enfrente y lloró, a gritos.

Gade chapit la Kopi




Génesis 21:16
16 Referans Kwoze  

Cuando se acabó el agua del odre, dejó al ni o bajo un arbusto


Dijo Esaú a su padre: '¿No tienes más que una bendición, padre m o? Bend ceme también a m, padre m o'.


Después Jacob besó a Raquel, y estalló en sollozos.


Pues, ¿cómo voy a subir yo a mi padre si el chico no va conmigo? No, no quiero ver la aflicción que caerá sobre mi padre'.


Ella le respondió: '¡Por vida de Yahveh, tu Dios, que no tengo pan cocido, sino únicamente un pu ado de harina en la orza, y un poco de aceite en la alcuza! Precisamente estoy recogiendo dos astillas de le a, para ir luego a prepararlo para m y para mi hijo; lo comeremos, y, después, esperaremos la muerte'.


Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, dirigiéndose al rey, porque se le hab an conmovido las entra as por su hijo, le dijo: '¡Por favor, se or m o! Entregadle a ésta el ni o vivo, pero no lo matéis'. Por el contrario, la otra dec a: 'No será para m, ni para ti; que lo partan'.


Porque, ¿cómo podré yo contemplar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver el exterminio de mi raza?'.


¿Olvida una mujer a su ni o, una madre al hijo de sus entra as? Pues aunque ellas lo olvidaran, yo no me olvidar a de ti.


Hija de mi pueblo, c ete de saco, revuélcate en el polvo; haz duelo como por hijo único, una lamentación amargu sima, pues de improviso vendrá el devastador contra nosotros.


Cambiaré en llanto vuestras fiestas, y todos vuestros cantos en lamento; pondré un saco en todas las cinturas, y en todas las cabezas tonsura; haré que haya duelo como por el hijo único, y su fin será como d a de amargura.


'Pero sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén derramaré un esp ritu de gracia y de oración, y mirarán a aquel a quien ellos mismos traspasaron. Harán duelo por él como se hace duelo por el hijo único y llorarán amargamente por él como se llora amargamente por el primogénito.


Partió, pues, y volvió a la casa de su padre. Todav a estaba lejos, cuando su padre lo vio venir y, hondamente conmovido, corrió a abrazarse a su cuello y lo besó repetidamente.


Cuando el ángel de Yahveh acabó de proferir estas palabras a todos los israelitas, levantó el pueblo la voz y rompió en llanto.


Que Yahveh os conceda encontrar un lugar de descanso cada una en casa de un nuevo marido'. Y las besó. Entonces ellas rompieron a llorar


Que Yahveh sea juez y sentencie entre tú y yo. Que él examine y defienda mi causa, y que me haga justicia librándome de tu mano'.


David y los que le acompa aban alzaron la voz y lloraron hasta más no poder.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite