Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Gálatas 5:10 - Biblia Castilian 2003

10 Yo conf o en el Se or que vosotros no cambiaréis de modo de pensar. Pero el que causa entre vosotros la confusión, quienquiera que sea, cargará con su condena.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Confío en que el Señor los guardará de creer falsas enseñanzas. Dios juzgará a la persona que los está confundiendo, sea quien fuere.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Tengo la convicción en el Señor de que piensan como yo, pero el que los perturba, sea quien fuere, debe ser juzgado.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

10 Respecto de vosotros, yo confío en el Señor que ninguna otra cosa pensaréis; pero el que os perturba llevará su castigo, quienquiera que sea.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Yo confío en el Señor que vosotros no cambiaréis de modo de pensar. Pero el que causa entre vosotros la confusión, quienquiera que sea, cargará con su condena.

Gade chapit la Kopi




Gálatas 5:10
28 Referans Kwoze  

Hemos o do que algunos de los nuestros, sin mandato nuestro, os han inquietado con sus palabras y han perturbado vuestro esp ritu.


que ese hombre sea entregado a Satanás, para que se destruya lo puramente humano y se salve el esp ritu el d a del Se or.


Con esta confianza me hab a propuesto ir primeramente a vosotros, para que tuvierais una doble alegr a:


Os suplico, pues, que una vez que no esté entre vosotros, no tenga que emplear aquella osad a con que opino que debo proceder contra algunos que piensan que nosotros caminamos según la carne.


y estamos dispuestos a castigar cualquier rebeld a, cuando se haya logrado vuestra sumisión.


Por eso escribo estas cosas estando ausente, para que, cuando me presente, no tenga que usar con rigor de la autoridad que el Se or me dio para edificar, y no para destruir.


Y esto es precisamente lo que os dec a en mi carta: que al llegar ah no deber a yo recibir disgustos de aquellos que me deber an proporcionar alegr a; y que conf o en todos vosotros en que mi alegr a es la de todos vosotros.


Ya es bastante castigo para él el que le ha impuesto la mayor a,


As que nosotros, desde ahora en adelante, a nadie conocemos por su condición puramente humana; y aunque hubiéramos conocido a Cristo por su condición puramente humana, ahora ya no lo conocemos as.


Me alegro de poder contar para todo con vosotros.


Junto con ellos os enviamos también a nuestro hermano, cuya solicitud hemos comprobado muchas veces y en múltiples ocasiones, y que ahora es todav a mayor, por la gran confianza que tiene en vosotros.


Y no es que haya otro; sino que hay algunos que os perturban y quieren tergiversar el Evangelio de Cristo.


Y esto a pesar de los intrusos, falsos hermanos que se hab an introducido solapadamente para espiar nuestra libertad, la que tenemos en Cristo Jesús, y reducirnos a esclavitud.


Y de parte de los que eran tenidos por más calificados - cómo fueron ellos en el pasado es cosa que no me interesa; Dios no discrimina a las personas -; digo que los más calificados nada nuevo me impusieron.


¡Oh insensatos gálatas! ¿Quién os ha fascinado, a vosotros, ante cuyos ojos ha sido presentado Jesucristo crucificado?


Temo haber trabajado en vano por vosotros.


Se muestran afectuosos con vosotros, pero no como es debido, sino que pretenden apartaros de m, para que seáis afectuosos con ellos.


Quisiera estar ah entre vosotros en este momento y elegir el tono adecuado, porque estoy desorientado en lo que respecta a vosotros.


¡Ojalá se mutilaran también los que os soliviantan!


Corr ais bien. ¿Quién os paró de repente impidiendo que siguierais la verdad?


De aqu en adelante que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.


As, pues, todos los que somos ya maduros, debemos tener estas aspiraciones; y si en algo experimentáis otros sentimientos, también esto os lo aclarará Dios.


Con respecto a vosotros, tenemos plena confianza en el Se or de que guardáis y seguiréis guardando nuestras recomendaciones.


entre ellos Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás, para que aprendan a no blasfemar.


Confiado plenamente en tu condescendencia, te escribo, seguro de que harás más de lo que te pido.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite