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Gálatas 2:2 - Biblia Castilian 2003

2 Sub, movido por una revelación, y les refer el Evangelio que proclamo entre los gentiles - pero en privado, y a los más calificados -, por si corr a o hab a corrido en vano.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Fui a Jerusalén, porque Dios me reveló que debía hacerlo. Durante mi tiempo allí, me reuní en privado con los que eran reconocidos como los dirigentes de la iglesia y les presenté el mensaje que predico a los gentiles. Quería asegurarme de que estábamos de acuerdo, porque temía que todos mis esfuerzos hubieran sido inútiles y que estaba corriendo la carrera en vano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Siguiendo una revelación, fui para exponerles el evangelio que anuncio a los paganos. Me entrevisté con los dirigentes en una reunión privada, no sea que estuviese haciendo o hubiera hecho un trabajo que no sirve.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y subí según una revelación, y les expuse el evangelio que proclamo entre los gentiles, pero lo hice en privado, a los de reputación,° para cerciorarme de que no corría o había corrido en vano;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Subí, movido por una revelación, y les referí el Evangelio que proclamo entre los gentiles -pero en privado, y a los más calificados-, por si corría o había corrido en vano.

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Gálatas 2:2
26 Referans Kwoze  

Una mosca muerta echa a perder el ungüento del perfumista. Un poco de necedad pesa más que la sabidur a y la gloria.


Mirad que os env o como ovejas en medio de lobos; sed, por tanto, cautelosos como serpientes y sencillos como palomas.


Calló toda la asamblea, mientras escuchaban a Bernabé y a Pablo, que refer an todas las se ales y prodigios que Dios hab a obrado entre los gentiles por su medio.


Y tras un enfrentamiento y un altercado no peque o por parte de Pablo y de Bernabé contra ellos, decidieron que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén, para consultar con los apóstoles y los ancianos esta cuestión.


Llegados a Jerusalén, fueron bien recibidos por la iglesia y por los apóstoles y los ancianos, a los cuales informaron de todo cuanto Dios hab a hecho con ellos.


Por la noche, en una visión, dijo el Se or a Pablo: 'No tengas miedo. Sigue hablando y no te calles;


A la noche siguiente, se le apareció el Se or y le dijo: '¡Ánimo! Como has dado testimonio de m en Jerusalén, tienes que darlo también en Roma'.


Pero se levantó en el sanedr n un fariseo, llamado Gamaliel, doctor de la Ley, estimado por todo el pueblo, el cual mandó que los hicieran salir por un momento,


As pues, no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios, que es el que tiene misericordia.


Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los jud os; necedad para los gentiles;


pues me propuse no saber entre vosotros otra cosa que a Jesucristo; y éste, crucificado.


¿No sabéis que los que corren en el estadio todos corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de modo que lo ganéis.


En consecuencia, as es como corro yo, no como a la buena de Dios. As es también como hago pugilato, no como dando golpes al aire;


¿Hay que gloriarse? Pues, aunque de nada sirve, vendré a visiones y revelaciones del Se or.


pues yo no lo recib ni lo aprend de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.


revelar a su Hijo en m, para que yo lo anunciara entre los gentiles, en seguida, sin consultar con nadie,


Me maravillo de que tan pronto os hayáis pasado del que os llamó por la gracia de Cristo a otro Evangelio.


Y de parte de los que eran tenidos por más calificados - cómo fueron ellos en el pasado es cosa que no me interesa; Dios no discrimina a las personas -; digo que los más calificados nada nuevo me impusieron.


y reconociendo la gracia que se me hab a dado, Santiago y Cefas y Juan, los considerados como columnas, nos dieron la mano en se al de comunión a m y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a los circuncisos.


Corr ais bien. ¿Quién os paró de repente impidiendo que siguierais la verdad?


llevando levantada en alto la palabra de la vida. Esto me servirá de gloria en el d a de Cristo, ya que no habré corrido en vano, ni en vano habré trabajado.


Recibidlo, pues, en el Se or, con toda alegr a, y tened en estima a hombres como éste;


Por esto también yo, no pudiendo resistir ya más, lo he enviado a que se informara sobre vuestra fe, no fuera que el tentador os hubiera tentado y todo nuestro esfuerzo se hubiera perdido en el vac o.


He combatido el buen combate, he llegado a la meta de la carrera, he guardado la fe.


As, pues, también nosotros, rodeados de tan gran nube de testigos, arrojemos todo lastre y el pecado que nos acosa y corramos con constancia la carrera que se nos presenta,


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