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Gálatas 2:17 - Biblia Castilian 2003

17 Si procurando ser justificados en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿será que Cristo es servidor del pecado? ¡Ni pensarlo!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Pero supongamos que intentamos ser declarados justos ante Dios por medio de la fe en Cristo y luego se nos declara culpables por haber abandonado la ley. ¿Acaso esto quiere decir que Cristo nos ha llevado al pecado? ¡Por supuesto que no!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Escogimos esta rectitud verdadera, propia de Cristo, y ¿estaríamos ahora en pecado? Entonces Cristo tendría parte en el pecado. ¡Esto no puede ser!

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y si buscando ser declarados justos en el Mesías, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso el Mesías ministro de pecado? ¡En ninguna manera!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Si procurando ser justificados en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿será que Cristo es servidor del pecado? ¡Ni pensarlo!

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Gálatas 2:17
17 Referans Kwoze  

Dará a luz un hijo, a quien le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados'.


Volverá, acabará con aquellos vi adores y arrendará la vi a a otros'. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: '¡No lo quiera Dios!'.


Entonces, ¿qué? Que Israel no encontró lo que buscaba, mientras que los elegidos s lo encontraron. Los demás se endurecieron,


Pues esto es lo que afirmo: que Cristo se hizo servidor de los jud os para cumplir las promesas hechas a los patriarcas, demostrando as que Dios es fiel,


¡Ni pensarlo! Aunque todos los hombres sean mentirosos, Dios quedará siempre por veraz, según está escrito: Para que seas declarado justo en tus palabras y se vea tu razón cuando te juzguen.


¡Ni pensarlo! Porque, si as fuera, ¿cómo podr a Dios juzgar al mundo?


Pero cuando llegó Cefas a Antioqu a me opuse a él abiertamente, porque era digno de reprensión.


Nosotros somos jud os de nacimiento, y no pecadores procedentes de gentiles.


¿Es, pues, la ley contraria a las promesas [de Dios]? ¡Ni pensarlo! Pues si hubiera sido dada una ley capaz de dar vida, entonces s que la justicia vendr a de la ley.


Pero, en cuanto a m, ¡l breme Dios de gloriarme en otra cosa que no sea la cruz de nuestro Se or Jesucristo, mediante la cual el mundo fue crucificado para m y yo para el mundo!


Él es ministro del santuario y de la Tienda verdadera que construyó el Se or y no un hombre.


Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, pues en él no hay pecado.


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