Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Gálatas 2:11 - Biblia Castilian 2003

11 Pero cuando llegó Cefas a Antioqu a me opuse a él abiertamente, porque era digno de reprensión.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Pero cuando Pedro llegó a Antioquía, tuve que enfrentarlo cara a cara, porque él estaba muy equivocado en lo que hacía.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Tiempo después, cuando Cefas vino a Antioquía, le enfrenté en circunstancias en que su conducta era reprensible.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero cuando Cefas° fue a Antioquía, me opuse a él cara a cara, porque era de condenar.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Pero cuando llegó Cefas a Antioquía me opuse a él abiertamente, porque era digno de reprensión.

Gade chapit la Kopi




Gálatas 2:11
31 Referans Kwoze  

As pues, c ete la cintura, levántate y diles todo lo que te mando. No tengas miedo ante ellos, no sea que yo te haga temerlos.


Pero Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de la presencia de Yahveh. Bajó a Jope y encontró una nave a punto de zarpar hacia Tarsis. Pagó el pasaje y se embarcó para navegar con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Yahveh.


Pero Dios respondió a Jonás: '¿Crees que es razonable que te irrites por lo del ricino?'. Él contestó: 'Tengo toda la razón para enojarme hasta desearme la muerte'.


Dijo entonces Yahveh a Moisés y a Aarón: 'Porque no me habéis cre do capaz de mostrar mi santidad a los ojos de los israelitas, no seréis vosotros quienes introduciréis esta asamblea en la tierra que yo les he dado '.


Pero él, volviéndose, le dijo a Pedro: 'Qu tate de mi presencia, satanás, eres un tropiezo para m, porque tu pensamiento no es divino, sino humano'.


Y lo llevó a presentárselo a Jesús. Jesús, fijando en él su mirada, le dijo: 'Tú eres Simón, el hijo de Juan; pues tú te llamarás Cefas, que significa Pedro'.


Entre tanto, los que se hab an dispersado a partir de la persecución que sobrevino cuando lo de Esteban hab an llegado hasta Fenicia y Chipre y Antioqu a, aunque sólo predicaban la palabra a los jud os.


Hab a, con todo, entre ellos algunos de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioqu a, comenzaron a hablar también a los griegos, anunciándoles el evangelio del Se or Jesús.


Llegó esta noticia a o dos de la Iglesia de Jerusalén y enviaron a Antioqu a a Bernabé,


Por aquellos mismos d as llegaron a Antioqu a algunos profetas de Jerusalén.


Algunos que hab an bajado de Judea ense aban a los hermanos: 'Si no os circuncidáis según la costumbre de Moisés, no podréis salvaros'.


Pero surgieron algunos de la secta de los fariseos, que hab an abrazado la fe, los cuales dec an que era necesario circuncidarlos y mandarles guardar la ley de Moisés.


Sin embargo, tengo para m que nada desmerezco frente a esos superapóstoles.


He hecho el insensato. Vosotros me obligasteis. Erais vosotros quienes deber ais recomendarme, porque, aunque no soy nada, nada desmerezco frente a esos superapóstoles.


As que nosotros, desde ahora en adelante, a nadie conocemos por su condición puramente humana; y aunque hubiéramos conocido a Cristo por su condición puramente humana, ahora ya no lo conocemos as.


Después, pasados tres a os, sub a Jerusalén para visitar a Cefas, y me quedé quince d as con él;


Pero cuando vi que no proced an rectamente conforme a la verdad del Evangelio le dije a Cefas delante de todos: 'Si tú, siendo como eres jud o, vives a lo gentil y no a lo jud o, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?'.


Pero ni por un momento cedimos ni nos sometimos a ellos, para poner a salvo la verdad del Evangelio entre vosotros.


Al contrario, viendo que se me hab a confiado a m la evangelización de los no circuncidados, como a Pedro la de los circuncisos


y reconociendo la gracia que se me hab a dado, Santiago y Cefas y Juan, los considerados como columnas, nos dieron la mano en se al de comunión a m y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a los circuncisos.


A los que persisten en pecar, corr gelos públicamente, para que sirva de escarmiento a los demás.


pues todos fallamos muchas veces. Si alguno no falla en el hablar, ése es varón perfecto, capaz de refrenar todo el cuerpo.


Queridos hermanos, he puesto toda mi diligencia en escribiros sobre nuestra común salvación, pues he sentido la necesidad de hacerlo para alentaros a que luchéis por la fe transmitida de una vez para siempre al pueblo santo.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite