Éxodo 8:15 - Biblia Castilian 2003

¹⁵ Dijeron los magos al Faraón: 'El dedo de Dios está aqu '. Pero el corazón del Faraón se endureció y, como lo hab a predicho Yahveh, no los escuchó.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ Pero cuando el faraón vio que había alivio, se puso terco y se negó a escuchar a Moisés y a Aarón, tal como el Señor había dicho.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ Entonces los brujos dijeron a Faraón: 'Aquí está el dedo de Dios. Pero Faraón se puso más porfiado y no quiso hacerles caso, tal como Yavé lo había dicho anteriormente.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ Pero cuando Faraón vio que había un alivio, endureció su corazón, y no los escuchó, tal como YHVH había hablado.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ Dijeron los magos al Faraón: 'El dedo de Dios está aquí'. Pero el corazón del Faraón se endureció y, como lo había predicho Yahveh, no los escuchó.

Éxodo 8:15 Referans Kwoze

Éxodo 14:5

Cuando anunciaron al rey de Egipto que el pueblo hab a huido, su corazón y el de sus siervos se volvió contra el pueblo, diciendo: '¿Qué es lo que hemos hecho dejando salir a Israel, de modo que ya no nos sirva más?'.

Éxodo 4:21

Dijo Yahveh a Moisés: 'Ahora que vas a volver a Egipto, disponte a hacer delante del Faraón todos los prodigios que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón y no dejará salir al pueblo'.

Éxodo 7:4

El Faraón no os escuchará; y entonces pondré yo mi mano sobre Egipto y sacaré del pa s de Egipto a mis huestes, a mi pueblo, a los israelitas, con dur simos castigos.

Éxodo 8:14

También los magos intentaron producir mosquitos con sus encantamientos, pero no pudieron. Hombres y animales fueron presa de los mosquitos.

Éxodo 8:16

Dijo Yahveh a Moisés: 'Levántate de madrugada, preséntate al Faraón cuando salga para ir al r o y dile: 'As habla Yahveh: deja marchar a mi pueblo para que me rinda culto;

Éxodo 8:28

Pero también esta vez endureció el Faraón su corazón y no dejó salir al pueblo.

Éxodo 8:8

Moisés y Aarón salieron del palacio del Faraón y Moisés invocó a Yahveh para que alejara las ranas que hab a enviado contra el Faraón.

Proverbios 26:11

Como el perro vuelve a su vómito, as el necio vuelve a su necedad.

Proverbios 29:1

Quien ante los reproches se rebela será aniquilado de repente y sin remedio.

Eclesiastés 8:11

que no se ejecuten al instante las sentencias, porque entonces el corazón de los hombres se harta de hacer el mal.

Isaías 26:10

Aunque se trate con clemencia al imp o, no aprende la justicia; en pa s de rectitud obra el mal, no ve la majestad de Yahveh.

Oseas 6:4

¿Qué debo hacer por ti, Efra n? ¿Qué debo hacer por ti, Judá? Vuestro amor es como nube matinal, como roc o que temprano se disipa.

Hebreos 3:15

Cuando la Escritura dice: Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la rebelión,

Hebreos 3:8

no endurezcáis vuestros corazones como en la rebelión, el d a de la tentación en el desierto,

Apocalipsis 16:9

Y quedaron abrasados los hombres con fuego intenso. Blasfemaron entonces del nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, pero no se convirtieron para darle gloria.

1 Samuel 6:12

Las vacas se fueron derechas hacia el camino de Bet Semes y siguieron ese mismo camino; iban dando mugidos, pero sin apartarse a la derecha o a la izquierda. Los pr ncipes de los filisteos fueron detrás de ellas hasta el l mite de Bet Semes.

1 Samuel 6:3

Respondieron ellos: 'Cuando devolváis el arca del Dios de Israel, no la devolváis de vac o, sino que debéis pagar una ofrenda de desagravio; entonces sanaréis y os daréis cuenta de por qué su mano no se ha retirado de vosotros'.

1 Samuel 6:6

¿Por qué vais a endurecer vuestro corazón, como lo endurecieron los egipcios y el Faraón? ¿No tuvieron que dejarlos partir después que Dios los castigó?

1 Samuel 6:9

Fijaos bien: si toma el camino de su pa s y sube hacia Bet Semes, es Yahveh quien nos ha tra do esta gran calamidad; en caso contrario, sabremos que no fue su mano la que nos hirió, sino que esto nos ha sucedido por casualidad'.