Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Éxodo 5:2 - Biblia Castilian 2003

2 Respondió el Faraón: '¿Quién es Yahveh para que yo tenga que escuchar su voz y deje salir a Israel? No conozco a Yahveh ni tampoco dejaré partir a Israel'.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 —¿Ah sí? —replicó el faraón—. ¿Y quién es ese Señor? ¿Por qué tendría que escucharlo y dejar ir a Israel? Yo no conozco a ese tal Señor y no dejaré que Israel se vaya.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Respondió Faraón: '¿Quién es Yavé para que yo le haga caso y deje salir a Israel? No conozco a Yavé y no dejaré salir a Israel.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

2 Pero Faraón respondió: ¿Quién es YHVH, para que yo obedezca su voz y deje ir a Israel? ¡No conozco a YHVH, y tampoco he de soltar a Israel!

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Respondió el Faraón: '¿Quién es Yahveh para que yo tenga que escuchar su voz y deje salir a Israel? No conozco a Yahveh ni tampoco dejaré partir a Israel'.

Gade chapit la Kopi




Éxodo 5:2
25 Referans Kwoze  

¿Quiénes son, de entre todos los dioses de los pa ses, los que han librado a su tierra de mi mano para que libre Yahveh a Jerusalén de mi poder?'.


De entre todos los dioses de esas naciones que mis padres arrasaron, ¿qué dios pudo librar a su pueblo de mi mano? Por tanto, ¿cómo podrá libraros de mi mano vuestro Dios?


Ahora, pues, que no os enga e Ezequ as, ni os seduzca de este modo. No lo creáis. Porque si ningún dios de cualquier otro pueblo o reino pudo librar a su gente de mi mano ni de las manos de mis padres, ¡cuánto menos podrá libraros de mi mano vuestro Dios!'.


Hablaban del Dios de Jerusalén como de los dioses de los otros pueblos de la tierra, que son obra de manos de hombre.


Tú obraste se ales y prodigios contra el Faraón, contra todos sus siervos y toda la gente de su pa s, porque sab as que eran altaneros contra ellos; y as hiciste famoso tu nombre hasta el d a de hoy.


porque elevó su mano contra Dios, se envalentonó contra Sadday:


se le enfrentó con el cuello erguido, protegido por su escudo blindado.


¿Quién es Sadday para que le sirvamos? ¿De qué nos valdrá suplicarle?


Con el rostro altanero, no le busca; (Nun) 'Dios no existe', es cuanto se le antoja.


Cercene el Se or todos los labios lisonjeros las lenguas contadoras de grandezas,


los que dicen: 'Nuestra lengua es nuestro fuerte, los labios nos asisten, ¿quién será nuestro due o?'.


Del director. De David. Dice el necio en su interior: 'Dios no existe'. Corruptos, abominables en sus obras, no hay quien haga el bien.


Sé muy bien que el rey de Egipto no os dejará ir sino forzado por mano poderosa.


Pero he aqu lo que dice Yahveh: en esto conocerás que yo soy Yahveh. Con el cayado que tengo en mi mano golpearé las aguas del Nilo, y se convertirán en sangre.


no sea que, saciado, me desv e y diga: '¿Quién es Yahveh?'. O que, por la indigencia, robe y profane el nombre de mi Dios.


Pero si dec s: No nos quedaremos en este pa s, desobedeciendo as la voz de Yahveh, vuestro Dios


Embriagadlo, porque contra Yahveh se engrandeció, para que Moab se revuelque en su vómito, y para que también él sea la irrisión.


¿Estáis ahora dispuestos, en el momento en que oigáis el sonido de la trompeta, de la flauta, de la c tara, de la sambuca, del salterio, de la cornamusa y de toda suerte de instrumentos de música, a postraros para adorar la estatua que hice? Porque, si no la adoráis, seréis arrojados al instante a un horno de fuego ardiente. ¿Y quién es el dios que podr a libraros de mis manos?'.


Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a m.


Y como no se dignaron retener el conocimiento verdadero de Dios, Dios los entregó a la reprobable mentalidad de realizar cosas nefandas:


en medio de un fuego flameante, para hacer justicia con los que no han reconocido a Dios y no han aceptado el evangelio de nuestro Se or Jesús.


Cuando toda esta generación fue a reunirse con sus padres, surgió después otra que no conoc a a Yahveh, ni sus obras en favor de Israel.


Ahora bien, los hijos de El eran hombres perversos, que no reconoc an a Yahveh


Pero Nabal respondió a los siervos de David: '¿Quién es David y quién el hijo de Jesé? Muchos son hoy los siervos que andan huidos de sus amos.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite