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Éxodo 35:21 - Biblia Castilian 2003

21 Se acercaron luego todos aquellos a quienes impulsaba su corazón, los generosos de esp ritu, y ofrecieron dones a Yahveh para la obra de la tienda del encuentro, para su servicio y para las vestiduras sagradas.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Todos aquellos con el corazón motivado y el espíritu conmovido regresaron con ofrendas sagradas al Señor. Trajeron todos los materiales que se necesitaban para levantar el tabernáculo, para realizar las ceremonias y para confeccionar las vestiduras sagradas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 todos aquellos a quienes su corazón movía, hombres de corazón generoso, vinieron a dejar su ofrenda para Yavé, para la construcción de la Tienda de las Citas, para todo su servicio y para las vestiduras sagradas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y todo aquel a quien su corazón impulsaba, y todo aquel a quien movía su espíritu, iba llevando la ofrenda a YHVH para la obra de la Tienda de Reunión, y para todo su servicio, y para las vestiduras santas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Se acercaron luego todos aquellos a quienes impulsaba su corazón, los generosos de espíritu, y ofrecieron dones a Yahveh para la obra de la tienda del encuentro, para su servicio y para las vestiduras sagradas.

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Éxodo 35:21
28 Referans Kwoze  

pues tú, Yahveh Sebaot, Dios de Israel, te has revelado a los o dos de tu siervo, diciéndole: 'Yo te edificaré una casa'. Por eso tu siervo se atreve a dirigirte esta plegaria.


Y poniéndose en pie, dijo el rey David: 'O dme, hermanos m os y pueblo m o. Yo ten a decidido en mi corazón edificar una casa donde reposara el arca de la alianza de Yahveh, y que sirviera de escabel para los pies de nuestro Dios; e hice los preparativos para construirla.


Y tú, Salomón, hijo m o, reconoce al Dios de tu padre y s rvele con corazón perfecto y ánimo generoso, porque Yahveh sondea todos los corazones y penetra la ndole de todos los pensamientos. Si lo buscas, él se dejará hallar por ti; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.


Porque, ¿quién soy yo y quién mi pueblo para que podamos hacerte estas ofrendas? Todo viene de ti, y de tus manos proviene lo que te damos.


Además, en mi amor por la casa de mi Dios, entrego el oro y la plata que poseo al templo de mi Dios, además de lo que he preparado para el templo santo, a saber:


Los que ten an piedras preciosas, las entregaron a Yejiel, el guersonita, para el tesoro del templo de Yahveh.


El pueblo se alegró por aquellos donativos voluntarios, porque los hab an ofrecido de todo corazón y espontáneamente a Yahveh. También el rey David sintió una inmensa alegr a.


Algunos de los cabezas de familia, cuando llegaron al templo de Yahveh, en Jerusalén, ofrecieron donativos voluntarios al templo de Dios, para que fuera reconstruido en su mismo emplazamiento.


¡Bendito sea Yahveh, Dios de nuestros padres, que dispuso as el corazón del rey para glorificar el templo de Yahveh que está en Jerusalén,


En ti está la nobleza desde tu nacimiento en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu infancia.


'Di a los israelitas que me traigan ofrendas; vosotros las recibiréis, para m, de todo aquel que las ofrezca de buen corazón.


Toda la comunidad de los israelitas se retiró de la presencia de Moisés.


Llegaban hombres y mujeres, todos los que ten an esp ritu generoso, y ofrec an broches, pendientes, anillos, collares y toda suerte de objetos de oro, el oro que cada cual quiso ofrecer a Yahveh con el rito del balanceo.


Todas las hilanderas hábiles y generosas hilaron pelo de cabra.


Todos los israelitas, hombres y mujeres a quienes la generosidad de su corazón mov a a contribuir a la obra que Yahveh, por mediación de Moisés, hab a ordenado hacer, aportaron una contribución generosa a Yahveh.


separad de vuestros bienes ofrendas para Yahveh. Todos los hombres de corazón generoso aportarán como ofrenda a Yahveh oro, plata y bronce,


Moisés llamó a Besalel y a Oholiab y a todos los hombres capaces, en quienes hab a infundido Yahveh habilidad, a cuantos estaban dispuestos a dedicarse a esta obra y llevarla a término.


Por encima de todo, vigila tu corazón, porque de él procede la vida.


Su caudillo será uno de ellos, de su seno saldrá su soberano; dejaré que se aproxime y a m se acercará, porque, ¿quién arriesgará su vida por acercarse a m ? - oráculo de Yahveh -.


¡Raza de v boras! ¿Cómo podréis decir cosas buenas, siendo malos? Porque de lo que rebosa del corazón habla la boca.


Porque cuando hay buena voluntad, se acepta con gusto lo que uno tiene y no se le pide lo que no tiene.


Cada uno dé lo que su corazón le dicte, no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama al que da con alegr a.


¡Despierta, despierta, Débora; despierta, despierta, entona un cántico! ¡Levántate, Barac; prende a quienes te prendieron, hijo de Abinoán!


¡Escuchad, reyes; prestad o do, pr ncipes! Yo, yo quiero cantar a Yahveh; voy a entonar un himno a Yahveh, Dios de Israel.


Va mi corazón tras los caudillos de Israel, tras los que se ofrecen voluntarios en el pueblo. ¡Bendecid a Yahveh!


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