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Éxodo 3:1 - Biblia Castilian 2003

1 Apacentaba Moisés el reba o de Yetró, su suegro, sacerdote de Madián. Trashumando con el reba o por el desierto, llegó hasta la monta a de Dios, Horeb.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cierto día Moisés se encontraba apacentando el rebaño de su suegro, Jetro, quien era sacerdote de Madián. Llevó el rebaño al corazón del desierto y llegó al Sinaí, el monte de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Moisés cuidaba las ovejas de Jetró, su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas muy lejos en el desierto y llegó al cerro de Horeb, esto es, el Cerro de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Apacentaba Moisés el rebaño de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, y condujo el rebaño al extremo del desierto y llegó a Horeb,° monte de ’Elohim.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Apacentaba Moisés el rebaño de Yetró, su suegro, sacerdote de Madián. Trashumando con el rebaño por el desierto, llegó hasta la montaña de Dios, Horeb.

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Éxodo 3:1
33 Referans Kwoze  

Partió, pues, de all y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Doce yuntas de bueyes ten a delante, y él araba con la duodécima. Pasó El as junto a él y le echó su manto encima.


Se levantó, comió y bebió. Y ya confortado con aquella comida, caminó cuarenta d as y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb.


En el Horeb hicieron un becerro y adoraron un dolo fundido,


Yo estaré all, ante ti, sobre la roca que hay en Horeb. Golpearás la roca; de ella saldrá agua, y beberá el pueblo'. Lo hizo as Moisés en presencia de los ancianos de Israel.


Después Yetró, suegro de Moisés, ofreció un holocausto y sacrificios a Dios. Vino Aarón, y con él todos los ancianos de Israel, para tomar parte en la comida con el suegro de Moisés en presencia de Dios.


y estén preparados para el d a tercero, pues al tercer d a descenderá Yahveh, a la vista de todo el pueblo, sobre la monta a del Sina.


Partieron de Refid n, llegaron al desierto del Sina y acamparon all. Israel fijó sus tiendas en aquel lugar, frente a la monta a.


Moisés subió a estar con Dios y Yahveh lo llamó desde la monta a, diciéndole: 'As hablarás a la casa de Jacob y esto anunciarás a los israelitas:


Ten a el sacerdote de Madián siete hijas, las cuales fueron a sacar agua y llenar los pilones para abrevar el reba o de su padre.


Cuando volvieron ellas junto a Reuel, su padre, les dijo éste: '¿Cómo ven s hoy tan pronto?'.


Moisés accedió a morar con aquel hombre, el cual le dio por mujer a su hija Séfora.


Se levantó Moisés con Josué, ayudante de Moisés, y subió Moisés al monte de Dios.


Le respondió: 'Yo estaré contigo; y ésta será la se al de que yo te he enviado: cuando tú hayas sacado al pueblo fuera de Egipto, rendiréis culto a Dios en esta monta a'.


Y le dijo: 'No te acerques aqu y qu tate las sandalias de los pies; porque el lugar donde estás es suelo sagrado'.


Y los israelitas se despojaron de sus galas a partir del monte Horeb.


Volvió Moisés a casa de su suegro Yetró y le dijo: 'Perm teme que vuelva a mis hermanos de Egipto, para ver si todav a viven'. Respondió Yetró a Moisés: 'Vete en paz'.


Yahveh dijo a Aarón: 'Ve al desierto y sal al encuentro de Moisés'.


Palabras de Amós, que fue uno de los pastores de Tecoa. Visiones que tuvo acerca de Israel en tiempos de Oz as, rey de Judá, y en tiempo de Jeroboán, hijo de de Joás, rey de Israel, dos a os antes del terremoto.


Moisés dijo a Jobab, hijo de Reuel, el madianita, cu ado de Moisés: 'Vamos hacia el pa s del que Yahveh ha dicho: 'Yo os lo daré'. Ven con nosotros. Te trataremos bien, pues Yahveh ha prometido el bienestar a Israel'.


Partieron, pues, de la monta a de Yahveh y caminaron tres d as. El arca de la alianza de Yahveh iba delante de ellos durante esos tres d as de marcha, buscándoles dónde acampar.


Hab a unos pastores en aquella misma región que pasaban la noche al aire libre, vigilando por turno su reba o.


Cumplidos los cuarenta a os, se le apareció en el desierto del monte Sina un ángel en la llama de una zarza que ard a.


Once jornadas hay desde Horeb hasta Cades Barnea, por el camino del monte Se r.


Yahveh, nuestro Dios, nos habló as en el Horeb: 'Habéis morado ya bastante en este monte.


El d a en que estuviste ante Yahveh, tu Dios, en el Horeb, me dijo Yahveh: 'Congrégame al pueblo para que oiga mis palabras, a fin de que aprendan por ellas a tenerme temor todos los d as de su vida sobre la tierra y se las ense en a sus hijos'.


Jéber, el quenita, se hab a separado de Ca n, de los hijos de Jobab, suegro de Moisés, y hab a plantado su tienda junto al encinar de Saanan n, que está cerca de Cades.


Dijo entonces Samuel a Jesé: '¿No tienes más hijos?'. Respondió: 'Aún queda el más peque o, que está apacentando las ovejas'. Dijo Samuel a Jesé: 'Manda a buscarlo, pues no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga'.


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