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Éxodo 18:21 - Biblia Castilian 2003

21 Pero elige de entre todo el pueblo hombres de valer, temerosos de Dios, hombres fieles, que aborrezcan la ganancia injusta, y ponlos al frente de ellos como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez;

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Biblia Reina Valera 1960

21 Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Sin embargo, elige, de entre todo el pueblo, a algunos hombres con capacidad y honestidad, temerosos de Dios y que odien el soborno. Nómbralos jefes de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Pero elige entre los hombres del pueblo algunos que sean valiosos y que teman a Dios, hombres íntegros y que no se dejen sobornar, y los pondrás al frente del pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta o de diez.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Pero, escoge° tú mismo entre todo el pueblo a hombres de valor, temerosos de Dios, hombres veraces, aborrecedores del lucro, y ponlos por jefes de miles, jefes de cientos, jefes de cincuenta y jefes de diez.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Pero elige de entre todo el pueblo hombres de valer, temerosos de Dios, hombres fieles, que aborrezcan la ganancia injusta, y ponlos al frente de ellos como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez;

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Éxodo 18:21
49 Referans Kwoze  

Él le dijo: 'No extiendas tu brazo sobre el ni o, ni le hagas nada, porque ahora sé que eres temeroso de Dios, ya que no me has negado tu hijo, tu único hijo'.


Al tercer d a les dijo José: 'Soy hombre temeroso de Dios. Haced lo siguiente y salvaréis vuestras vidas.


Ahora, pues, tienes a tu disposición toda la tierra de Egipto. Instala a tu padre y a tus hermanos en lo mejor del pa s; que se establezcan en la tierra de Gosen. Y si sabes que hay entre ellos hombres de valer, ponlos al frente de lo m o por mayorales de mi ganado'.


David pasó revista a su ejército y puso al frente de él jefes de millares y de centenas.


Ha dicho el Dios de Israel, la roca de Israel me ha hablado: 'Quien gobierna a los hombres con justicia, quien gobierna en el temor de Dios,


Y sucederá que, cuando yo me aleje de ti, el esp ritu de Yahveh te llevará adonde yo no sepa; y después que yo se lo haya anunciado a Ajab, él no te encontrará, y entonces me matará, a pesar de que tu siervo teme a Yahveh desde su juventud.


Ajab mandó llamar a Abd as, mayordomo de palacio. Abd as era muy temeroso de Yahveh,


Y tú, Esdras, conforme a la sabidur a de tu Dios que posees, instituye jueces y magistrados que administren justicia a todo el pueblo de la provincia Transeufratina, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y a quienes no las conocen, ensé aselas.


Y a ad: 'No está bien lo que hacéis. ¿No deber ais caminar en el temor de nuestro Dios, para evitar los insultos de nuestros enemigos los gentiles?


Puse al frente de Jerusalén a mi hermano Janan; y como jefe de la ciudadela, a Janan as, porque era un hombre más fiel y más temeroso de Dios que muchos.


Hab a en la región de Us un hombre llamado Job. Era ntegro y recto, tem a a Dios y evitaba el mal.


Para los indigentes fui padre, examiné la causa del desconocido.


Si desprecié el derecho de mi siervo o de mi sierva en sus disputas conmigo,


Salmo. De David. ¿Quién, Se or, podrá ser huésped de tu tienda? ¿Quién de tu santo monte hacer morada?


que no da por usura su dinero y no acepta soborno en mal del inocente. Quien cumpliere estas cosas jamás perecerá.


Moisés dijo a Josué: 'Escoge algunos hombres y sal a pelear contra Amalec. Ma ana estaré yo sobre la cima de la colina con el cayado de Dios en mi mano'.


Escogió pues, Moisés a hombres de valer de entre todo Israel, y los puso a la cabeza del pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez.


Por culpa de los violentos surgen las reyertas; pero el hombre prudente las extingue.


Fin del discurso. Una vez o do todo, teme a Dios y guarda sus mandamientos: eso es lo que al hombre corresponde.


Se fundará un trono de gracia, y se sentará en él con lealtad, en la tienda de David, un juez y buscador del derecho, un experto en la justicia.


Quien camina con justicia y habla con rectitud; quien rechaza ganancia de coacciones y sacude sus manos por no aceptar soborno; quien tapa sus o dos por no escuchar propuestas sangrientas; quien cierra sus ojos, por no mirar lo malo:


No hay nadie que acuse con justicia, nadie que juzgue con sinceridad; se conf a en la nada, se dice lo vano, se concibe la pena, se da a luz la maldad.


Recorred las calles de Jerusalén, mirad bien y comprobad, buscad por sus plazas a ver si encontráis a uno siquiera, a uno que practique la justicia, que busque la verdad, y la perdonaré.


no presta a interés ni cobra a usura, retrae su mano de la injusticia y practica una verdadera justicia entre hombre y hombre,


En ti se acepta soborno para derramar sangre; exiges interés y usura; explotas a tus prójimos con violencia, y a m me olvidas' - oráculo del Se or Yahveh.'


'As dice Yahveh Sebaot: juzgad con juicio verdadero, y tenga cada cual amor y compasión hacia su hermano.


Éstas son las cosas que debéis hacer: dec os la verdad unos a otros y juzgad en vuestras puertas con juicio de paz;


Éstos fueron los proclamados por la comunidad, eran pr ncipes de sus clanes, jefes de millar de Israel.


Con vosotros estará un representante de cada tribu, un varón que sea jefe de familia'.


Cuando se toque una sola, se reunirán junto a ti los pr ncipes, los jefes de millares de Israel.


Les dijo: 'En una ciudad hab a un juez que ni tem a a Dios ni ten a consideración alguna con los hombres.


Él la ignoró durante mucho tiempo. Pero luego pensó para sus adentros: 'Aunque no temo a Dios ni tengo consideración alguna con los hombres,


De nadie codicié plata, ni oro, ni vestidos.


Hermanos, buscad de entre vosotros siete hombres de buena reputación, llenos de esp ritu y de sabidur a, a los cuales pondremos al frente de este menester.


Éstos tomarán al hombre, lo castigarán


no bebedor ni pendenciero, sino amable, conciliador, desinteresado;


acompa ado de diez pr ncipes, un pr ncipe de casa patriarcal por cada una de las tribus de Israel, todos jefes de casa patriarcal entre los clanes de Israel.


Los nombrará jefes de mil y jefes de cincuenta; los hará labrar sus campos, recoger sus cosechas, fabricar las armas de guerra y el atelaje de sus carros.


Pero los hijos no siguieron los caminos de su padre, sino que se inclinaron a la avaricia, aceptaban regalos y torcieron la justicia.


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