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Éxodo 10:21 - Biblia Castilian 2003

21 Dijo Yahveh a Moisés: 'Extiende tu mano hacia el cielo y haya tinieblas sobre el pa s de Egipto, tinieblas tales que puedan palparse'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

21 Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Luego el Señor le dijo a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, y la tierra de Egipto quedará en una oscuridad tan densa que podrá palparse».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Yavé dijo a Moisés: 'Extiende tu mano hacia el cielo y cubrirán las tinieblas el país de Egipto, tan densas que la gente caminará a tientas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Luego dijo YHVH a Moisés: Extiende tu mano hacia los cielos, para que haya oscuridad° sobre la tierra de Egipto, una oscuridad tal que se palpe.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Dijo Yahveh a Moisés: 'Extiende tu mano hacia el cielo y haya tinieblas sobre el país de Egipto, tinieblas tales que puedan palparse'.

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Éxodo 10:21
23 Referans Kwoze  

a pleno sol tropiezan en tinieblas, de d a van a tientas como de noche.


Envió él las tinieblas y fue noche, mas ellos desafiaron su palabra.


que su camino se haga tiniebla y resbaladero, y los hostigue el ángel de Yahveh.


descargó contra ellos su furor, el enfado, la ira, la opresión, mensajeros del mal en comitiva.


Yahveh ordenó a Moisés: 'Di a Aarón: 'Toma tu cayado y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus r os, sobre sus canales, sobre sus charcas y sobre todos los depósitos de agua, para que se conviertan en sangre; y haya sangre en todo el territorio de Egipto, incluso en los recipientes de madera o de piedra''.


Dijo Yahveh a Moisés: 'Extiende tu mano hacia el cielo y que granice en toda la tierra de Egipto, sobre hombres y animales y sobre toda hierba del campo que hay en el pa s de Egipto'.


el camino de los malvados es como tinieblas: no saben con qué tropiezan.


El sabio va con los ojos abiertos, el necio camina en la oscuridad. Pero advierto que una misma es la suerte de ambos.


El aborto viene en tinieblas, en tinieblas se va, y en tinieblas queda sepultado su nombre:


Encapotaré los cielos cuando te extingas, oscureceré las estrellas; cubriré de nubarrones el sol la luna no dará su resplandor.


Desde la hora sexta hasta la hora nona toda aquella tierra quedó sumida en tinieblas.


Llegada la hora sexta, quedó en tinieblas toda aquella tierra hasta la hora nona.


Era ya alrededor de la hora sexta cuando quedó en tinieblas toda aquella tierra hasta la hora nona,


Yahveh, vuestro Dios, que marcha delante de vosotros, combatirá él mismo por vosotros, como lo hizo en Egipto ante vuestros propios ojos.


en pleno d a andarás a tientas, como a tientas camina el ciego en las tinieblas. Nunca tendrás éxito en tus empresas, y estarás siempre oprimido y despojado, sin que nadie salga en tu defensa.


¿Ha intentado jamás venir un dios a escoger para s un pueblo de en medio de otro a fuerza de pruebas, de se ales, de portentos y de guerra, con mano fuerte y brazo tenso y con grandes terrores, como es todo cuanto ha hecho con vosotros Yahveh, vuestro Dios, en Egipto, ante vuestros propios ojos?


Éstos tales son fuentes sin agua, niebla empujada por el huracán. Para ellos está reservada la oscuridad de las tinieblas.


Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en el abismo, en cavernas tenebrosas, los entregó para ser custodiados hasta el juicio.


olas furiosas del mar que arrojan la espuma de su desvergüenza, estrellas fugaces a las que está reservada para siempre la lobreguez de las tinieblas.


Y a los ángeles que no supieron conservar su alto rango, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con cadenas perpetuas, sepultados en tinieblas, para el juicio del gran d a.


Tocó el cuarto ángel. Y fue azotada la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, de modo que se oscureció la tercera parte de cada uno de ellos; el d a perdió la tercera parte de su brillo, y otro tanto la noche.


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