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Ester 8:14 - Biblia Castilian 2003

14 Los correos, montados en los rápidos caballos de las caballerizas reales, salieron a toda prisa y a toda velocidad en virtud del mandato del rey. La ley fue promulgada también en la ciudadela de Susa.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Los correos, pues, montados en caballos veloces, salieron a toda prisa por la orden del rey; y el edicto fue dado en Susa capital del reino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Así que, impulsados por el mandato del rey, los mensajeros salieron a toda prisa sobre caballos rápidos, criados para el servicio del rey. Este mismo decreto también se proclamó en la fortaleza de Susa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Los correos, montados en corceles reales, partieron apresurados,° apremiados por la orden del rey, porque la ley había sido promulgada en Susa, la ciudadela.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Los correos, montados en los rápidos caballos de las caballerizas reales, salieron a toda prisa y a toda velocidad en virtud del mandato del rey. La ley fue promulgada también en la ciudadela de Susa.

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Ester 8:14
13 Referans Kwoze  

Los correos, con las cartas de parte del rey y de sus jefes, recorrieron todo Israel y Judá, conforme al mandato del rey, que dec a: 'Israelitas, volved a Yahveh, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, y él se volverá al resto que de vosotros ha quedado, a los que habéis escapado de las manos de los reyes de Asiria.


Relato de Nehem as, hijo de Jacal as. En el mes de kislev del a o vigésimo, estando yo en la ciudadela de Susa,


que en aquellos d as, mientras el rey Asuero se sentaba en su trono real, en la ciudadela de Susa,


Nombre el rey inspectores en todas las provincias de su reino, para que reúnan a todas las doncellas de hermoso aspecto en la ciudadela de Susa, en el harén, bajo la vigilancia de Hegué, eunuco del rey y guardián de las mujeres; y que éste les dé lo necesario para ataviarse.


Se enviaron las cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey, para destruir, matar y exterminar a todos los jud os, jóvenes y ancianos, ni os y mujeres, en un mismo d a, el trece del mes duodécimo, esto es, el mes de adar; y para entregar sus bienes al pillaje. (13a) Éste es el texto de la carta: El gran rey Artajerjes, a los jefes de las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiop a, y a los gobernadores que le están sometidos, les escribe lo siguiente: (13b) Puesto al frente de muchas naciones, y siendo due o del mundo entero, me he propuesto no dejarme llevar por la presunción del poder, sino gobernar siempre con moderación y suavidad, mantener en paz por todos los medios las vidas de mis súbditos, procurar el sosiego del reino y la segura circulación hasta las fronteras y restaurar la paz tan apetecida por todos los hombres. (13c) Ahora bien, habiendo consultado con mis consejeros sobre cómo llevar esto a feliz término, el que se ha distinguido entre nosotros por su recto juicio y se ha se alado invariablemente por la lealtad y segura fidelidad, hasta el punto de obtener el segundo puesto en el reino, Amán, (13d) nos ha indicado que vive mezclado entre todas las tribus esparcidas por el mundo un pueblo hostil, contrario por sus leyes a toda nación, que quebranta continuamente los mandatos de los reyes, con el fin de que no se logre la acción coordinada de la autoridad que de manera irreprochable venimos ejerciendo. (13e) Habiendo, pues, reconocido que este pueblo tan singular se mantiene en abierta y absoluta oposición a todos los hombres, que se diferencia de los demás por la ndole extra a de sus leyes, que es hostil a nuestros intereses, que comete los peores cr menes, y esto con el fin de que el reino no logre estabilidad, (13f) ordenamos que todos los que han sido se alados en las cartas de Amán, que es el encargado de nuestros negocios y nuestro segundo padre, sean exterminados de ra z, con sus mujeres e hijos, por la espada de sus enemigos, sin piedad ni miramiento alguno, el d a catorce del mes duodécimo, el de adar, del presente a o, (13g) a fin de que esos perversos de antes y de ahora desciendan por muerte violenta al hades en un mismo d a, y as aseguremos totalmente para el tiempo futuro la estabilidad y tranquilidad de los negocios.


El texto de este escrito deb a ser promulgado como ley en cada una de las provincias y dado a conocer a todos los pueblos a fin de que estuvieran preparados para aquel d a.


Los correos partieron apresuradamente según la orden del rey. El decreto fue promulgado en la ciudadela de Susa. Y mientras el rey y Amán se sentaban a beber, la ciudad de Susa quedó consternada. Cuando Mardoqueo supo todo lo que estaba ocurriendo, rasgó sus vestiduras, se vistió de sayal, se cubrió de ceniza y salió por toda la ciudad, clamando con grandes y amargos clamores,


Una copia de este escrito deb a ser promulgada como ley en cada provincia y dada a conocer a todos los pueblos. Los jud os deb an estar preparados en aquel d a para vengarse de sus enemigos.


Mardoqueo salió de la presencia del rey con vestidura real, morada y blanca, con una gran corona de oro y un manto de lino y de púrpura; y la ciudad de Susa se alegró y se regocijó.


Todo lo que tu mano pueda hacer, hazlo con decisión, porque en el seol, adonde vas, no hay actividad, ni razón, ni ciencia, ni sabidur a.


Estaba yo mirando durante la visión, y me pareció hallarme en Susa, la fortaleza, situada en la provincia de Elam. Advert en la visión que me encontraba a orillas del Ulay.


Aquel d a estaba all uno de los servidores de Saúl, detenido ante Yahveh; llamado Doeg, edomita, mayoral de los pastores de Saúl.


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