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Ester 2:7 - Biblia Castilian 2003

7 Se hab a cuidado de la educación a Hadasá, que es Ester, hija de un t o suyo, porque se hab a quedado huérfana de padre y madre. La joven era muy hermosa y agradable. A la muerte de su padre y de su madre, Mardoqueo la adoptó como hija.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Mardoqueo tenía una prima joven muy hermosa y atractiva que se llamaba Hadasa, a la cual también le decían Ester. Cuando el padre y la madre de ella murieron, Mardoqueo la adoptó, la integró a su familia y la crio como su propia hija.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Ese judío había criado a su sobrina Hadasá -es decir Ester- que había perdido a su padre y a su madre; la joven era elegante y maravillosa. Cuando murieron su padre y su madre, Mardoqueo la había adoptado como hija.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Éste había criado a Hadasa (que es Ester), hija de un tío suyo,° porque ella no tenía padre ni madre, y la muchacha era de bella figura y hermosa apariencia. Cuando murieron su padre y su madre, Mardoqueo la tomó como hija suya.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Se había cuidado de la educación a Hadasá, que es Ester, hija de un tío suyo, porque se había quedado huérfana de padre y madre. La joven era muy hermosa y agradable. A la muerte de su padre y de su madre, Mardoqueo la adoptó como hija.

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Ester 2:7
12 Referans Kwoze  

Desde ahora tus dos hijos Manasés y Efra n, que te nacieron en la tierra de Egipto antes que yo viniese a ti, a Egipto, son m os, como lo son Rubén y Simeón;


que trajeran a su presencia a la reina Vast, con la corona real, para mostrar a los pueblos y a los grandes su belleza, pues era realmente muy hermosa.


Cuando a Ester, hija de Abijail, t o de Mardoqueo, que la hab a adoptado por hija, le llegó el turno para presentarse al rey, no pidió nada fuera de lo que le recomendó Hegué, eunuco del rey, guardián de las mujeres; pero Ester se ganaba el favor de cuantos la ve an.


Ester no hab a revelado ni su origen ni su pueblo, tal como le hab a mandado Mardoqueo; pues Ester cumpl a las órdenes de Mardoqueo como cuando viv a en su casa.


si com a solas mi trozo de pan, sin repartirlo con el huérfano


- pues a él, como padre, lo eduqué desde joven y desde el seno materno le guié -;


Y seré para vosotros padre, y vosotros seréis para m hijos e hijas, dice el Se or todopoderoso.


Y vosotros, padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino, por el contrario, educadlos en la disciplina y en la instrucción del Se or.


Ved qué gran amor nos ha dado el Padre: que nos llamemos hijos de Dios. ¡Y lo somos! Por eso no os conoce el mundo, porque no lo conoció a él.


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