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Esdras 4:6 - Biblia Castilian 2003

6 Durante el reinado de Jerjes, al comienzo de su reinado, presentaron una acusación por escrito contra los habitantes de Judá y de Jerusalén.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y de Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Años más tarde, cuando Jerjes comenzó su reinado, los enemigos de Judá escribieron una carta con acusaciones contra el pueblo de Judá y de Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Al comienzo del reinado de Jerjes, mandaron cartas para acusar a los habitantes de Judá y de Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y durante el reinado de Asuero, al principio de su reinado, escribieron una acusación contra los moradores de Judá y de Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Durante el reinado de Jerjes, al comienzo de su reinado, presentaron una acusación por escrito contra los habitantes de Judá y de Jerusalén.

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Esdras 4:6
13 Referans Kwoze  

Cavaron otro pozo, también por él discutieron, y le puso por nombre Sitná.


Sobornaron contra ellos a algunos consejeros para hacerles fracasar en su proyecto. As durante toda la vida de Ciro, rey de Persia, hasta el reinado de Dar o, rey de Persia.


(1a) El a o segundo del reinado de Artajerjes el Grande, el d a primero del mes de nisán, tuvo un sue o Mardoqueo hijo de Ya r, hijo de Seme, hijo de Quis, de la tribu de Benjam n. (1b) Mardoqueo era un jud o que viv a en la ciudad de Susa, personaje muy importante, que serv a en el palacio del rey. (1c) Era de los deportados que Nabucodonosor, rey de Babilonia, hab a llevado de Jerusalén con Jecon as, rey de Judea. (1d) Y éste fue su sue o. Hab a gritos y alboroto, truenos y terremotos, temblor en la tierra. (1e) Y en esto dos grandes dragones avanzaron, uno y otro dispuestos a luchar, y lanzaron un gran rugido. (1f) A su rugido, todas las naciones se aprestaron para la guerra, para combatir contra la nación de los justos. (1g) Fue un d a de tinieblas y de oscuridad, de tribulación y de angustia, de estrago y de gran perturbación sobre la tierra. (1h) Toda la nación de los justos se turbó por miedo a tantos males; se dispon an a morir y clamaron a Dios. (1i) A su clamor, nació como de una peque a fuente un gran r o, agua en abundancia. (1k) La luz y el sol se levantaron; los humildes fueron ensalzados y devoraron a los revestidos de gloria. (1l) Cuando despertó Mardoqueo, ten a profundamente grabado el sue o y se empe ó a toda costa, hasta llegada la noche, en desentra ar su sentido y lo que Dios se propon a hacer. (1m) Mardoqueo viv a en el palacio con Gabat y Tarra, los dos eunucos del rey que custodiaban el palacio. (1n) All tuvo noticia de sus planes, descubrió sus proyectos y averiguó que se preparaban para poner sus manos sobre el rey Artajerjes. Entonces los denunció al rey. (1o) El rey mandó interrogar a los dos eunucos, que después de haberlo confesado, fueron llevados al suplicio. (1p) Para memoria de ello, el rey mandó poner estos hechos por escrito, y también Mardoqueo escribió sobre estos sucesos. (1q) El rey dio orden de que Mardoqueo desempe ase un cargo en el palacio y le dio regalos por su actuación. (1r) Pero Amán, hijo de Hamdatá, del pa s de Agag[, que gozaba del favor del rey, buscó la manera de hacer da o a Mardoqueo y a su pueblo por el asunto de los dos eunucos del rey. Sucedió en tiempos de Asuero, aquel Asuero que reinó desde la India hasta Etiop a sobre ciento veintisiete provincias,


El d a séptimo, alegre el corazón del rey por el vino, mandó a Mehumán, a Bizetá, a Jarboná, a Bigtá, a Abagtá, a Zetar y a Carcás, los siete eunucos que estaban al servicio del rey Asuero,


Ester fue presentada al rey Asuero, en el palacio real, el décimo mes, que es el mes de tébet, del a o séptimo de su reinado.


Y dijo Amán al rey Asuero: 'Hay un pueblo disperso y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino cuyas leyes difieren de las de todos los demás pueblos y no cumple las leyes reales. No conviene al rey dejarlos en paz.


'Ahora te revelaré la verdad: habrá aún tres reyes en Persia, y el cuarto acumulará mayores riquezas que todos los demás. Cuando gracias a sus riquezas aumente su poder, concitará a todos contra el reino de Grecia.


En el a o primero de Dar o, hijo de Asuero, de la estirpe de los medos y rey del imperio de los caldeos,


Encima de su cabeza pusieron escrita la causa de su condena: ÉSTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.


Ni pueden tampoco probar ante ti ninguna de las acusaciones que ahora me hacen.


Llegado éste, le rodearon los jud os que hab an bajado de Jerusalén y aduc an muchas graves acusaciones que no lograban probar,


Y o una gran voz en el cielo que dec a: 'Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y el imperio de su Cristo. Porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que d a y noche los acusaba ante nuestro Dios.


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