Que se queden aqu nuestros jefes en representación de la asamblea y todos los que en nuestras ciudades hayan tomado por esposas a mujeres extranjeras vengan en fechas determinadas, acompa ados de los ancianos de cada ciudad y de sus jueces, hasta que se aparte de nosotros el furor de la cólera de nuestro Dios por este asunto'.