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Esdras 1:1 - Biblia Castilian 2003

1 El a o primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento del oráculo de Yahveh pronunciado por Jerem as, excitó Yahveh el esp ritu de Ciro, rey de Persia, quien hizo publicar de viva voz y también por escrito, por todo su reino, este decreto:

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Biblia Reina Valera 1960

1 En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En el primer año de Ciro, rey de Persia, el Señor cumplió la profecía que había dado por medio de Jeremías. Movió el corazón de Ciro a poner por escrito el siguiente edicto y enviarlo a todo el reino:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El primer año de Ciro, rey de Persia, se cumplió la palabra de Yavé proclamada por Jeremías: Yavé despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia. Ciro mandó proclamar, tanto de viva voz como por escrito, en su reino, lo siguiente:

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y° en el año primero° de Ciro rey de Persia, para que se cumpliera la palabra de YHVH por boca de Jeremías, YHVH despertó el espíritu de Ciro rey de Persia° para que se proclamara en todo el reino por pregón y por escrito, diciendo:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento del oráculo de Yahveh pronunciado por Jeremías, excitó Yahveh el espíritu de Ciro, rey de Persia, quien hizo publicar de viva voz y también por escrito, por todo su reino, este decreto:

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Esdras 1:1
23 Referans Kwoze  

Entonces, los cabezas de familia de Judá y de Benjam n, los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos cuyo ánimo hab a despertado Dios, se mostraron dispuestos a subir, para reconstruir el templo de Yahveh en Jerusalén.


Pero Zorobabel, Josué y los demás jefes de familia de Israel les respondieron: 'No podéis colaborar con nosotros para edificar un templo a nuestro Dios, sino que hemos de ser nosotros solos quienes lo edifiquemos en honor de Yahveh, Dios de Israel, pues as lo dispuso Ciro, rey de Persia '.


Y as, los ancianos de los jud os continuaron con éxito la reconstrucción, siguiendo las profec as del profeta Ageo y de Zacar as, hijo de Idó, y terminaron la edificación por mandato del Dios de Israel y según el decreto de Ciro, de Dar o y de Artajerjes, rey de Persia.


Celebraron con gran júbilo la fiesta de los Ázimos durante siete d as, porque Yahveh les hab a colmado de gozo, ya que hab a transformado en su favor el corazón del rey de Asiria hasta el punto de ayudarles para la obra del templo de Dios, el Dios de Israel.


'En el a o primero del rey Ciro, el rey Ciro promulgó este edicto relativo al templo de Dios en Jerusalén: 'Sea reconstruido el templo, como lugar donde se ofrezcan sacrificios, y échense sus cimientos. Su altura será de sesenta codos, y su anchura de sesenta codos.


¡Bendito sea Yahveh, Dios de nuestros padres, que dispuso as el corazón del rey para glorificar el templo de Yahveh que está en Jerusalén,


y movió a misericordia a sus conquistadores.


Arroyo es el corazón del rey en manos de Yahveh: que él dirige adonde quiere.


quien dice a Ciro: 'Pastor m o', pues todo mi querer cumplirá cuando digo a Jerusalén: 'Serás reedificada', y al templo: 'Serás restablecido'.


As dice Yahveh a su ungido, a Ciro, a quien tomé por la diestra, para someter ante él naciones y desatar cinturas de reyes, para abrir ante él los batientes y las puertas no queden cerradas:


Palabras de Jerem as, hijo de Jilqu as, de los sacerdotes de Anatot, en el territorio de Benjam n,


Porque as dice Yahveh: 'Cuando se hayan cumplido para Babilonia setenta a os, os visitaré y haré realidad en vosotros mi buena promesa de volveros a este lugar.


Están a tu lado Persia, Etiop a y Put, todos ellos con escudo y yelmo;


Daniel permaneció all hasta el a o primero de Ciro.


En el a o segundo de su reinado, tuvo Nabucodonosor un sue o que le perturbó hasta tal punto que le era imposible dormir.


El rey mandó que trajeran a aquellos hombres que hab an denunciado a Daniel y que los arrojaran al foso de los leones, a ellos, a sus hijos y a sus mujeres. Aún no hab an llegado al fondo del foso, cuando ya se hab an lanzado sobre ellos los leones y los hab an despedazado.


en el primer a o de su reinado, yo, Daniel, me puse a investigar en las Escrituras el número de los a os que, según la palabra de Yahveh al profeta Jerem as, deber an pasar sobre la ruina de Jerusalén: eran setenta a os.


Respondió: 'Yo soy Voz del que clama: en el desierto trazad recto el camino del Se or, como dijo el profeta Isa as'.


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