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Eclesiastés 5:17 - Biblia Castilian 2003

17 Entonces he concluido que la dicha para el hombre consiste en comer, beber y gozar del fruto de todas las fatigas que se toma bajo el sol durante los d as de vida que Dios le concede, pues tal es su destino.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Además de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán y dolor y miseria.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Viven toda su vida bajo una carga pesada: con enojo, frustración y desánimo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Esto es lo que veo: todo lo que uno puede esperar es comer y beber, y gozar el bienestar mientras trabaja bajo el sol durante los contados días de su vida, tales como Dios se los concedió: ésa es su parte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Ya que todos sus días comió en tinieblas, afanándose, enfermándose y enojándose.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Entonces he concluido que la dicha para el hombre consiste en comer, beber y gozar del fruto de todas las fatigas que se toma bajo el sol durante los días de vida que Dios le concede, pues tal es su destino.

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Eclesiastés 5:17
21 Referans Kwoze  

Al hombre le dijo: 'Por haber escuchado la voz de tu mujer y haber comido del árbol del que te hab a prohibido comer cuando te dije: 'No comas de él', maldita será la tierra por tu causa; con trabajo sacarás de ella el alimento todos los d as de tu vida;


Ella le respondió: '¡Por vida de Yahveh, tu Dios, que no tengo pan cocido, sino únicamente un pu ado de harina en la orza, y un poco de aceite en la alcuza! Precisamente estoy recogiendo dos astillas de le a, para ir luego a prepararlo para m y para mi hijo; lo comeremos, y, después, esperaremos la muerte'.


Ocoz as se cayó desde la baranda de la planta superior de su casa de Samar a y quedó maltrecho. Y envió unos mensajeros a quienes dijo: 'Id a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón, si podré sobrevivir a esta dolencia'.


Ellos le respondieron: 'Ha salido a nuestro encuentro un hombre que nos dijo: 'Id y volved al rey que os envió, y decidle: as habla Yahveh: ¿acaso no hay Dios en Israel y por eso env as tú a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón? Por eso mismo no bajarás del lecho al que has subido, sino que irremisiblemente morirás''.


Pero la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre'. Y salió de su presencia leproso, blanquezino como la nieve.


El otro perece con el alma afligida sin haber probado la felicidad.


Mis enemigos me afrentan todo el d a, y juran contra m como dementes.


Vano es para vosotros, los que madrugáis a levantaros, los que tardáis en retiraros, los que coméis un pan de afanes: él lo da a sus amados mientras duermen.


Mira: hiciste mis d as de unos palmos, mi existencia ante ti, como una nada: en total no es más que un soplo cuanto el hombre subsiste. Selah


Él redujo sus d as a un suspiro, sus a os a un tremor.


Nada rehusé a los deseos de mis ojos. No privé de goce alguno a mi corazón; porque mi corazón disfrutaba en todos mis esfuerzos, y ésa era la paga de todas mis fatigas.


Toda su vida es dolor; y su preocupación, tormento. Ni aun de noche reposa su corazón. También eso es vanidad.


No hay otra dicha para el hombre que comer y beber y regalarse con el fruto de sus fatigas. Yo veo que también esto viene de la mano de Dios;


En los d as de dicha sé feliz, y en los d as de miseria reflexiona: Dios hizo la una y la otra, para que el hombre no descubra su futuro.


Pero en aquel mismo instante lo hirió un ángel del Se or, por no haber dado gloria a Dios; y, comido de gusanos, expiró.


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