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Daniel 7:11 - Biblia Castilian 2003

11 Segu a yo observando, atra do por el estruendo de las palabras grandilocuentes que el cuerno dec a; y, mientras yo miraba, vi que daban muerte a la bestia y que su cuerpo era despedazado y arrojado a las llamas.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Yo seguí mirando porque podía oír las palabras arrogantes del cuerno pequeño. Seguí mirando hasta que mataron a la cuarta bestia y su cuerpo fue destruido por el fuego.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Las palabras insolentes que habían sido pronunciadas por el cuerno habían sembrado un gran desorden. Mientras estaba mirando, mataron al animal, su cadáver fue destruido y arrojado al fuego ardiente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Yo miraba entonces a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno: miraba hasta que la bestia fue muerta, y su cuerpo destruido y entregado al fuego devorador.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Seguía yo observando, atraído por el estruendo de las palabras grandilocuentes que el cuerno decía; y, mientras yo miraba, vi que daban muerte a la bestia y que su cuerpo era despedazado y arrojado a las llamas.

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Daniel 7:11
14 Referans Kwoze  

Instalará las tiendas de su campamento real entre el mar y el monte de la santa Magnificencia. Pero se acerca su fin y no habrá nadie que le ayude.'


Las otras bestias fueron privadas del poder, pero se les prolongó la vida hasta un tiempo y un momento determinados.


Estaba fijándome en los cuernos, y de pronto vi que otro cuerno peque o despuntó entre ellos y que para hacerle sitio arrancaban tres de los cuernos primeros. Noté, además, que este cuerno ten a unos ojos como los de un hombre, y una boca que pronunciaba palabras grandilocuentes.


Gracias a su astucia prosperará el fraude en su mano, se ensalzará en su corazón, aniquilará a muchos con enga o, se alzará contra el pr ncipe de los pr ncipes, pero será quebrantado, y no por mano de hombre.


aparecerá el imp o, a quien el Se or [Jesús] destruirá con un soplo de su boca y lo aniquilará con la manifestación de su parus a.


Profiriendo discursos ampulosos y vac os, seducen con pasiones de la carne y desenfrenos a los que apenas han acabado de distanciarse de los que viven en el error.


Éstos son murmuradores; se quejan y caminan según sus deseos; su boca formula insolencias y adulan por interés.


Por eso, en un solo d a vendrán sus plagas: peste y llanto y hambre, y será abrasada por el fuego; porque poderoso es el Se or Dios que la ha juzgado.


Cayó prisionera la bestia, y con ella el falso profeta, el que hac a a su servicio las se ales con las que extravió a los que recibieron la marca de la bestia y a cuantos adoraron su imagen. Ambos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde en azufre.


El diablo que los hab a seducido fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta, y serán atormentados d a y noche por los siglos de los siglos.


Vi a los muertos, grandes y peque os, de pie delante del trono, y se abrieron los libros. Se abrió otro libro, que es el de la vida. Se juzgó a los muertos de acuerdo con lo que estaba escrito en los libros, según sus obras.


Luego vi tronos. A los que se sentaron en ellos se les dio poder de juzgar. Y vi las almas de los que hab an sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la Palabra de Dios, y a cuantos no hab an adorado la bestia ni su imagen, ni hab an recibido la marca en la frente ni en la mano. Volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil a os.


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