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Daniel 11:45 - Biblia Castilian 2003

45 Instalará las tiendas de su campamento real entre el mar y el monte de la santa Magnificencia. Pero se acerca su fin y no habrá nadie que le ayude.'

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Biblia Reina Valera 1960

45 Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 Se detendrá entre el glorioso monte santo y el mar y allí instalará sus carpas reales, pero mientras esté allí, terminará su tiempo de repente y no habrá quien lo ayude.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

45 Plantará las tiendas de campaña de su ejército entre el mar y las montañas del país de Belleza. Después de eso le tocará su fin y nadie lo socorrerá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 Y plantará los pabellones de su palacio entre los mares, junto al monte glorioso y santo, pero llegará a su fin, y no tendrá quien lo ayude.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 Instalará las tiendas de su campamento real entre el mar y el monte de la santa Magnificencia. Pero se acerca su fin y no habrá nadie que le ayude.'

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Daniel 11:45
29 Referans Kwoze  

Grande es el Se or y digno de alabanzas en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo.


Ahora bien, cuando Yahveh haya acabado su obra en el monte de Sión y en Jerusalén, castigará el fruto del soberbio corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos altaneros.


Nadie hará mal, nadie hará da o en toda mi santa monta a, porque el pa s estará lleno del conocimiento de Yahveh, como las aguas colman el mar.


Tú que dec as en tu corazón: 'Subiré a los cielos, por encima de los astros de Dios elevaré mi trono; me sentaré en el Monte de la Asamblea, en el l mite extremo del norte.


Sucederá al fin de los d as que la monta a del templo de Yahveh estará asentada en la cumbre de los montes y se elevará por encima de los collados. Afluirán a ella todas las naciones,


Sucederá aquel d a: se tocará la trompeta gigante, y vendrán los perdidos en tierra de Asiria y los dispersos en tierra de Egipto, y adorarán a Yahveh en el monte santo, en Jerusalén.


El lobo y el cordero juntos pastarán, y el león, como el buey, comerá paja. En cuanto a la serpiente, su pan será el polvo. No harán mal ni harán da o en toda mi santa monta a' - dice Yahveh -.


Traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones, como oblación a Yahveh en caballos, en carros y en literas, en mulos y en dromedarios, a mi santa monta a, a Jerusalén - dice Yahveh -, como traen los hijos de Israel la oblación en vasos puros al templo de Yahveh.


Te haré dar la vuelta, te empujaré hacia adelante, te haré avanzar desde el extremo norte y te traeré a los montes de Israel.


'El que avanza contra él actuará a su capricho, y no habrá quien se le oponga. Se establecerá en la tierra de la Magnificencia llevando la destrucción en su mano.


Entrará en la tierra de la Magnificencia y caerán a miriadas; pero escaparán de sus manos Edom, Moab y los principales amonitas.


Pero llegarán noticias alarmantes del oriente y del norte y partirá enfurecido, con ánimo de aniquilar y exterminar a muchos.


Entonces se desmenuzaron también el hierro, la arcilla, el bronce, la plata y el oro, y quedaron como tamo de las eras en verano. El viento se los llevó sin dejar rastro alguno; mas la piedra que chocó contra la estatua se convirtió en una gran monta a que llenó toda la tierra.


Pero se celebrará el juicio y se le será quitado el dominio, para que sea del todo aniquilado y destruido.


Gracias a su astucia prosperará el fraude en su mano, se ensalzará en su corazón, aniquilará a muchos con enga o, se alzará contra el pr ncipe de los pr ncipes, pero será quebrantado, y no por mano de hombre.


En nombre de tu justicia, aparta, Se or, tu ira y tu furor de Jerusalén, tu ciudad, tu santa monta a; pues, por nuestros pecados y por las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.


Estaba yo aún hablando, orando, confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi súplica a Yahveh, mi Dios, por su santa monta a;


Al que viene del norte lo alejaré de vosotros, lo arrojaré a una tierra árida y desolada: su vanguardia al mar oriental, y al mar occidental su retaguardia. Ascenderá su hedor, subirá su fetidez'. ¡Porque Yahveh hace maravillas!


naciones numerosas llegarán y dirán: 'Venid, subamos al monte de Yahveh, al templo del Dios de Jacob, para que él nos ense e sus caminos y sigamos sus senderos'. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.


Aquel d a brotarán aguas vivas de Jerusalén: la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, lo mismo en verano que en invierno.


desde Asmón torcerá hacia el Torrente de Egipto y acabará en el mar.


el que se rebela y se alza contra todo lo que lleva nombre de Dios o es objeto de culto, y llegará incluso a sentarse en el templo de Dios y a proclamarse Dios...


aparecerá el imp o, a quien el Se or [Jesús] destruirá con un soplo de su boca y lo aniquilará con la manifestación de su parus a.


Quien está destinado al cautiverio, al cautiverio vaya. Quien mata a espada, a espada muera. Es la hora de la constancia y de la fe del pueblo santo.


Se apoderó del dragón, de la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo encadenó por mil a os.


Avanzaron por la superficie de la tierra y cercaron el campamento del pueblo santo y la ciudad amada. Pero bajó fuego del cielo y los devoró.


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