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Cantares 5:2 - Biblia Castilian 2003

2 Yo dorm a, pero mi corazón velaba. ¡Una voz! Mi amado llama: '¡Ábreme, hermana, amada m a, mi paloma sin mancha; mi cabeza rezuma de roc o; mis bucles, de las gotas de la noche'.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Yo dormía, pero mi corazón estaba atento, cuando oí que mi amante tocaba a la puerta y llamaba: «Ábreme, tesoro mío, amada mía, mi paloma, mi mujer perfecta. Mi cabeza está empapada de rocío, mi cabello, con la humedad de la noche».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Yo dormía, pero mi corazón estaba despierto. Oí la voz de mi amado que me llamaba: 'Abreme, hermana mía, compañera mía, paloma mía, preciosa mía; que mi cabeza está cubierta de rocío, y mis cabellos, de la humedad de la noche.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Ella Yo dormía, pero mi corazón velaba: ¡Una voz! ¡Mi amado está llamando! Él ¡Ábreme, hermana mía, amada mía, Paloma mía, perfecta mía! Porque mi cabeza está empapada de rocío, Y mis cabellos del relente de la noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yo dormía, pero mi corazón velaba. ¡Una voz! Mi amado llama: '¡Ábreme, hermana, amada mía, mi paloma sin mancha; mi cabeza rezuma de rocío; mis bucles, de las gotas de la noche'.

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Cantares 5:2
39 Referans Kwoze  

Jacob sirvió por Raquel siete a os, que le parecieron como unos d as, por el amor que le ten a.


Dichosos los que, sin mancha en su conducta, Alef la ley del Se or toman por gu a;


No habrá en medio de ti un dios extra o, ni ante dios extranjero te habrás de prosternar:


Conf a en m, hijo m o; disfruten tus ojos en mis sendas.


¡Qué hermoso eres, amado m o, qué dulce delicia! Nuestro lecho es de fronda.


Mi amado me llama y me dice: ¡Levántate, amada m a, hermosa m a, y ven!


Paloma m a que anidas en las grietas de la roca, en los huecos escarpados, déjame ver tu figura, hazme sentir tu voz; que tu voz es suave, tu figura, graciosa.


¡Una voz! ¡Es mi amado! Ya se acerca brincando por los montes, saltando por los collados.


En mi lecho, en la noche, buscaba yo al amado de mi alma: lo buscaba y no lo hallé.


Eres toda hermosa, amada m a, no hay defecto en ti.


Me has raptado el corazón, hermana, novia m a me has raptado el corazón con una de tus miradas, con una sarta del collar.


Su cabeza, oro puro, sus guedejas, racimos de palmera y negras como el cuervo.


Abr a mi amado; mas mi amado se hab a ido ya, se hab a marchado. Mi corazón salió tras el eco de sus pasos: le busqué y no le hallé.


Pero una es mi paloma, mi perfecta, la única de su madre, la preferida de la que la alumbró. Al verla, las doncellas la agasajan, las reinas y las esposas la celebran.


Yo me dije: 'Subiré a la palmera, cogeré sus racimos'.


Las aguas caudalosas no podr an extinguir el amor, ni los r os anegarlo. Si alguien ofreciera como precio del amor los bienes todos de su casa, ser a ciertamente despreciado.


Mi espalda ofrec a quienes me azotaban, mis mejillas a quienes me mesaban la barba, no hurté mi rostro a las afrentas ni a los salivazos.


Como muchos se horrorizaron de él - tan desfigurado ten a el aspecto, su apariencia era tan distinta de la humana -,


Mientras él hablaba conmigo, ca rostro en tierra desmayado. Él me tocó y me puso de pie en el lugar donde me hallaba.


Después, el ángel que hablaba conmigo volvió a despertarme como a quien se le despierta del sue o,


Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, le abren.


para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isa as cuando dijo: Él mismo tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades.


Por la ma ana, muy temprano, antes de amanecer, se levantó, salió, se fue a un lugar solitario y se quedó all orando.


Y en medio de la angustia, segu a orando con más intensidad. Su sudor era como gruesas gotas de sangre que ca an en tierra].


Por aquellos d as, salió hacia el monte para orar y pasó la noche en oración ante Dios.


Pedro y sus compa eros estaban cargados de sue o, pero se despertaron y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que con él estaban.


Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.


Y ya no vivo yo; es Cristo quien vive en m. Y respecto del vivir ahora en carne, vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a s mismo por m.


Por eso se dice: 'Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y brillará sobre ti Cristo'.


Éstos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son v rgenes. Éstos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Éstos fueron rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero.


Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo.


Pero tienes en Sardes unas pocas personas que no han manchado sus vestiduras. Éstos andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.


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