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Cantares 2:14 - Biblia Castilian 2003

14 Paloma m a que anidas en las grietas de la roca, en los huecos escarpados, déjame ver tu figura, hazme sentir tu voz; que tu voz es suave, tu figura, graciosa.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Mi paloma se esconde detrás de las rocas, detrás de un peñasco en el precipicio. Déjame ver tu cara; déjame oír tu voz. Pues tu voz es agradable, y tu cara es hermosa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Paloma mía, que te escondes en las grietas de las rocas, en apartados riscos, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y amoroso tu semblante.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 ¡Oh paloma mía! Tú, que anidas° en las hendiduras de la peña, En las grietas de la escarpa: ¡Muéstrate! ¡Hazme oír tu voz! Porque dulce es tu voz, Y agraciado tu rostro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Paloma mía que anidas en las grietas de la roca, en los huecos escarpados, déjame ver tu figura, hazme sentir tu voz; que tu voz es suave, tu figura, graciosa.

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Cantares 2:14
41 Referans Kwoze  

Y aunque él respondiese a mi llamada, yo no creer a que escuchaba mi voz.


En ti está la nobleza desde tu nacimiento en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu infancia.


Clamo, mi Dios, de d a, y no respondes, por la noche, y no puedo hallar reposo.


Escucha, hija, atiende y apresta tus o dos: olvida tu nación y tu familia.


Si se prendare el rey de tu hermosura, ya que él es tu se or, póstrate ante él.


El que ofrece acción de gracias me da gloria y al perfecto de conducta daré a ver mi salvación.


Huyen, huyen los jefes del ejército, y la bella de la casa se reparte el bot n,


No entregues a las bestias a quienes te bendicen, ni olvides para siempre la vida de tus pobres.


Y a adió: 'Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'. Entonces Moisés se cubrió el rostro, porque tem a fijar su mirada en Dios.


Yahveh abomina el sacrificio de los malos; pero se complace en la plegaria de los justos.


¡Que eres bella, amada m a, que eres bella! Tus ojos son palomas.


Soy morena, pero hermosa, hijas de Jerusalén, como las tiendas de Quedar, como los pabellones de Salmá.


Si lo ignoras, la más hermosa de las mujeres, ve siguiendo las huellas del reba o, y apacienta tus cabrillas junto al aprisco de los pastores.


Yo dorm a, pero mi corazón velaba. ¡Una voz! Mi amado llama: '¡Ábreme, hermana, amada m a, mi paloma sin mancha; mi cabeza rezuma de roc o; mis bucles, de las gotas de la noche'.


¡Oh tú, la que tienes tu morada en los jardines! Los amigos escuchan. ¡Hace sentir tu voz!


y se meterá en las grietas de las rocas, y en las hendiduras de las pe as ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


Consoló Yahveh a Sión, consoló todas sus ruinas. Hizo su desierto como un para so, y su estepa como el jard n de Yahveh: gozo y alegr a se encuentran en ella, acción de gracias y son de canciones.


Yo dije: '¡Ay de m ! ¡Estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros que vivo en un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, a Yahveh Sebaot!'.


¿Quiénes son ésos que vuelan como nube, y como palomas a sus palomares?


Dejad las ciudades, morad en las rocas, habitantes de Moab. Sed como la paloma que anida en las paredes de un barranco.


Te enga ó el horror que causabas, la soberbia de tu corazón, tú que habitas en las hendiduras de la roca y ocupas la cumbre del collado. Aunque eleves como el águila tu nido, de all te haré bajar - oráculo de Yahveh -.


Los supervivientes huirán, vagarán por los montes, como las palomas de los valles, gimiendo todos ellos por su iniquidad.


A ti, Se or, la justicia; a nosotros, la vergüenza en el rostro, como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todos los pa ses adonde los arrojaste por las infidelidades que cometieron contra ti.


El orgullo de tu corazón te enga ó, tú que habitas en las hendiduras de la roca, que tienes la altura por morada, que dices en tu corazón: '¿Quién será capaz de derribarme en tierra?'.


Mirad que os env o como ovejas en medio de lobos; sed, por tanto, cautelosos como serpientes y sencillos como palomas.


Apenas bautizado Jesús, salió en seguida del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Esp ritu de Dios descender, como una paloma, y venir sobre él,


para presentársela a s mismo toda gloriosa, sin mancha ni arruga o cosa parecida, sino, por el contrario, santa e inmaculada.


ahora ya os ha reconciliado por su cuerpo de carne mediante la muerte, para presentaros santos, sin tacha e irreprochables ante él,


Acerquémonos, pues, con corazón sincero y fe plena, purificado el corazón de toda impureza de conciencia y lavado el cuerpo con agua pura.


Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, para que obtengamos misericordia y hallemos gracia para ser socorridos en el momento oportuno.


sino que sea el interior del corazón, un inalterable esp ritu suave y tranquilo. Esto es lo precioso ante Dios.


A aquel que puede guardaros sin pecado y presentaros ante su gloria irreprensibles con júbilo;


Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron ante el Cordero. Cada uno de ello ten a una citara y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo.


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