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Apocalipsis 6:9 - Biblia Castilian 2003

9 Cuando abrió el quinto sello, vi al pie del altar las almas de los que hab an sido degollados por causa de la palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de todos los que habían muerto como mártires por causa de la palabra de Dios y por haber sido fieles en su testimonio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Cuando abrió el quinto sello, divisé debajo del altar las almas de los que fueron degollados a causa de la palabra de Dios y del testimonio que les correspondía dar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar° las almas° de los que habían sido asesinados por causa de la palabra de Dios y por causa del testimonio que tenían.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Cuando abrió el quinto sello, vi al pie del altar las almas de los que habían sido degollados por causa de la palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.

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Apocalipsis 6:9
21 Referans Kwoze  

Yahveh le dijo: '¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a m desde la tierra.


Tomarás sangre del novillo y untarás con el dedo los cuernos del altar. Derramarás toda la sangre restante al pie del altar.


Luego el sacerdote pondrá parte de esa sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático que está en la tienda del encuentro, delante de Yahveh, y derramará todo el resto de la sangre del novillo al pie del altar de los holocaustos que se halla a la entrada de la tienda del encuentro.


Os echarán de las sinagogas; más aún, llega la hora en que todo aquel que os mate creerá dar culto a Dios.


Pero tenemos ánimo e incluso preferimos exiliarnos del cuerpo y vivir junto al Se or.


Me encuentro en esta disyuntiva: por una parte, aspiro a irme y estar con Cristo, lo que, sin duda, ser a lo mejor;


Y si, además, mi sangre es derramada en libación sobre el sacrificio y el ministerio sagrado de vuestra fe, me alegro y me congratulo con todos vosotros.


No te avergüences, pues, del testimonio de nuestro Se or ni de m, su prisionero; al contrario, comparte conmigo los sufrimientos por la causa del evangelio, apoyado en la fuerza de Dios,


Porque yo estoy ya a punto de ser derramado en libación y es inminente la hora de mi partida.


a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, al Dios juez del universo, a los esp ritus de los justos llegados a la consumación,


Juan se hace testigo de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, de todo cuanto vio.


Yo, Juan, vuestro hermano y compa ero en la tribulación, en el reino y en la constante espera de Jesús, estuve en la isla llamada Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.


Salió del altar otro ángel, que ten a poder sobre el fuego; y gritó con gran voz al que ten a la hoz afilada: 'Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la vi a de la tierra, porque sus uvas están en sazón'.


Y o que el altar dec a: 'As es, Se or, Dios todopoderoso. Verdaderos y justos son tus juicios'.


Yo ca a sus pies para adorarlo. Pero me dijo: 'No hagas eso. Consiervo tuyo soy y de tus hermanos, que tienen el testimonio de Jesús. A Dios has de adorar'. Pues el testimonio de Jesús es el esp ritu de profec a.


'Conozco dónde moras: all donde está el trono de Satanás. Mantienes firme mi nombre y no has negado mi fe, ni en los d as de Antipas, mi testigo, mi fiel, que fue muerto entre vosotros, ah donde mora Satanás.


Luego vi tronos. A los que se sentaron en ellos se les dio poder de juzgar. Y vi las almas de los que hab an sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la Palabra de Dios, y a cuantos no hab an adorado la bestia ni su imagen, ni hab an recibido la marca en la frente ni en la mano. Volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil a os.


Vino otro ángel y se puso en pie, junto al altar, con un incensario de oro. Se le dio gran cantidad de incienso para que lo ofreciese, junto con las oraciones de todo el pueblo santo, sobre el altar de oro que está delante del trono.


Tocó el sexto ángel. Y o una voz que sal a de las cuatro esquinas del altar de oro que está delante de Dios


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