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Apocalipsis 22:17 - Biblia Castilian 2003

17 El Esp ritu y la esposa dicen: 'Ven'. El que oiga, diga: 'Ven'. Quien tenga sed, que se acerque. El que quiera, tome gratis del agua de la vida.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 El Espíritu y la esposa dicen: «Ven». Que todos los que oyen esto, digan: «Ven». Todos los que tengan sed, vengan. Todo aquel que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 El Espíritu y la Esposa dicen: '¡Ven!' Que el que escucha diga también: '¡Ven!' El que tenga sed, que se acerque; y el que lo desee, reciba gratuitamente el agua de la vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven! Y el que oye, diga: ¡Ven! Y el que tenga sed, venga, y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 El Espíritu y la esposa dicen: 'Ven'. El que oiga, diga: 'Ven'. Quien tenga sed, que se acerque. El que quiera, tome gratis del agua de la vida.

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Apocalipsis 22:17
29 Referans Kwoze  

El ángel del Se or acampa en torno Jet de los que le temen, y los salva.


Sacaréis agua con gozo de las fuentes de salvación.


vendrán pueblos numerosos y dirán: 'Venid, subamos a la monta a de Yahveh, al templo del Dios de Jacob, para que nos ense e sus caminos y sigamos sus senderos'. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.


¡Casa de Jacob, venid y caminemos a la luz de Yahveh!


Preguntarán por Sión con sus rostros dirigidos hacia ella: Venid, unámonos a Yahveh con una alianza eterna, inolvidable.


Después me hizo volver a la entrada del templo, y vi que manaba agua de debajo del umbral del templo hacia oriente - pues la fachada del templo daba a oriente - y que el agua bajaba por debajo de la pared lateral derecha del templo, al sur del altar.


naciones numerosas llegarán y dirán: 'Venid, subamos al monte de Yahveh, al templo del Dios de Jacob, para que él nos ense e sus caminos y sigamos sus senderos'. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.


Al o r estas palabras, los dos disc pulos siguieron a Jesús.


Jesús le respondió: 'Si conocieras el don de Dios: quién es el que te dice 'dame de beber', ser as tú la que le habr as pedido y él te habr a dado agua viva'.


Ella le contesta: 'Se or, ni siquiera tienes cubo, y el pozo es profundo. ¿De dónde, pues, vas a sacar tú ese agua viva?


pero el que beba del agua que yo le daré, ya no tendrá sed jamás, pues el agua que yo le daré se convertirá, dentro de él, en manantial de agua que brote para vida eterna'.


'Venid a ver a un hombre que ha adivinado todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?'.


El último d a de la fiesta, que era el más solemne, Jesús, puesto de pie, exclamó con voz fuerte: 'Quien tenga sed venga a m y beba.


Pero, por gracia suya, quedan justificados en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,


Ahora bien, nosotros hemos recibido, no el esp ritu del mundo, sino el Esp ritu que viene de Dios, para que conozcamos las gracias que Dios nos ha concedido.


Y o una voz del cielo que dec a: 'Escribe: 'Dichosos ya desde ahora los que mueren en el Se or'. S, dice el Esp ritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompa an'.


Quien tenga o dos, oiga lo que el Esp ritu dice a las iglesias. Al que venza, le daré a comer del árbol de la vida que está en el para so de Dios'.


Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, preparada como esposa ataviada para su esposo.


Luego prosiguió: '¡Hecho está! Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin. Al que tenga sed, le daré yo gratis de la fuente del agua de la vida.


Vino uno de los siete ángeles que ten an las siete copas llenas de las siete plagas finales y me dijo: 'Ven; te mostraré a la desposada, la esposa del Cordero'.


Me mostró luego un r o de agua de vida, resplandeciente como cristal, que sale del trono de Dios y del Cordero.


Yo, Jesús, he enviado mi ángel para que testifique estas cosas acerca de las Iglesias. Yo soy el reto o y el linaje de David, el lucero brillante de la ma ana.


Porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y a manantiales de aguas vivas les conducirá. Y enjugará Dios toda lágrima de sus ojos'.


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