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Apocalipsis 21:23 - Biblia Castilian 2003

23 La ciudad no necesita del sol ni de la luna para que la iluminen, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios ilumina la ciudad, y el Cordero es su luz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 La ciudad no necesita luz del sol ni de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Y la ciudad no tiene necesidad del sol ni de la luna para que la iluminen,° porque la gloria de Dios la iluminó,° y el Cordero es su lumbrera.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 La ciudad no necesita del sol ni de la luna para que la iluminen, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero.

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Apocalipsis 21:23
25 Referans Kwoze  

En tus atrios un d a vale mil: yo prefiero estar en la puerta de la casa del Se or, que habitar en las tiendas del imp o.


Entra en la roca, escóndete en el polvo ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


Entrarán en las cavernas de las rocas y en los antros de la tierra ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


y se meterá en las grietas de las rocas, y en las hendiduras de las pe as ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


Enrojecerá la blanquecina, palidecerá el ardoroso cuando reine Yahveh Sebaot en el monte Sión y en Jerusalén y esté ante sus ancianos la gloria.


Y será la luz de la blanquecina como la luz del ardoroso. Y la luz del ardoroso será siete veces mayor, como la luz de siete d as, el d a en que vende Yahveh la fractura de su pueblo y cure la llaga de su herida.


Dios viene de Temán, el Santo del monte Parán. Selah Su majestad cubre los cielos, de su gloria se llena la tierra.


Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno conforme a su conducta.


Porque, si alguno se avergüenza de m y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles'.


luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel'.


Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Nosotros vimos su gloria, gloria como de Hijo único que viene del Padre, lleno de gracia y de verdad.


A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, Dios, el que está en el seno del Padre, él es quien lo dio a conocer.


En ella estaba la vida, y esta vida era la luz de los hombres;


La Palabra era la luz verdadera que, llegando a este mundo, ilumina a todo hombre.


'Padre quiero que donde voy a estar, estén también conmigo los que me has dado y as contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado desde antes de la creación del mundo.


a fin de que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre que lo envió.


Pero como no ve a a causa del resplandor de aquella luz, llegué a Damasco conducido de la mano por los que estaban conmigo.


Éstos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son v rgenes. Éstos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Éstos fueron rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero.


Después vi otro ángel que bajaba del cielo; ten a gran poder y su gloria iluminó la tierra.


Ten a la gloria de Dios. Su resplandor era semejante a una piedra precios sima, como a piedra de jaspe que emite destellos cristalinos.


Sus puertas jamás se cerrarán de d a - pues nunca habrá all noche -.


Ya no habrá noche, y no necesitan luz de lámpara ni luz de sol, porque el Se or, Dios, los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos.


Y vi en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero en pie, como degollado. Ten a siete cuernos y siete ojos, que son los siete esp ritus de Dios que recorren toda la tierra.


Porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y a manantiales de aguas vivas les conducirá. Y enjugará Dios toda lágrima de sus ojos'.


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