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Apocalipsis 17:4 - Biblia Castilian 2003

4 La mujer estaba vestida de púrpura y grana, con aderezos de oro, piedras preciosas y perlas. Sosten a en la mano una copa de oro, llena de abominaciones y de las impurezas de su fornicación.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata y llevaba puestas hermosas joyas de oro, piedras preciosas y perlas. En la mano tenía una copa de oro llena de obscenidades y de las inmundicias de su inmoralidad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 La mujer vestía ropas de púrpura y escarlata, y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas repugnantes, que eran las impurezas y la lujuria de la tierra entera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro° y piedras preciosas y perlas, sosteniendo en su mano una copa de oro° llena de abominaciones y de las inmundicias de su fornicación;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 La mujer estaba vestida de púrpura y grana, con aderezos de oro, piedras preciosas y perlas. Sostenía en la mano una copa de oro, llena de abominaciones y de las impurezas de su fornicación.

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Apocalipsis 17:4
22 Referans Kwoze  

Incluso hubo hombres dedicados a la prostitución sagrada en el pa s. Imitaron, pues, todas las abominaciones de las gentes que Yahveh hab a arrojado de delante de los israelitas.


Hizo lo que es malo a los ojos de Yahveh, pues siguió las abominaciones de las naciones que Yahveh arrojó de delante de los israelitas.


los que tú nos diste por medio de tus siervos los profetas cuando dijiste: 'El pa s al que vais a entrar para tomar posesión de él es un pa s contaminado por la corrupción de los habitantes de esas regiones y por las abominaciones con que lo han llenado de impureza de un extremo a otro.


Quien inmola un toro, también mata a un hombre; quien sacrifica una oveja, también desnuca a un perro; quien ofrece libación, también ofrece sangre de cerdo; quien presenta incienso, también alaba a un dolo. Como ellos eligen sus propios caminos y su alma se complace en sus horrores,


Copa de oro en manos de Yahveh era Babel, que embriagaba a la tierra entera: de su vino bebieron las naciones, por eso las naciones enloquecieron.


Su impureza impregna sus vestidos. Tet No se acordó de su fin; ha ca do de forma inesperada, sin tener quien la consuele. Mira, Yahveh, mi aflicción, y cómo se crece mi enemigo.


'Por tanto, di a la casa de Israel: 'As dice el Se or Yahveh: ¡qué! Os contamináis según el proceder de vuestros padres, os prostitu s yendo en pos de sus monstruos abominables y,


Colócala vac a sobre las brasas, para que se caliente, se ponga al rojo el cobre, se funda dentro de ella la ro a, se le consuma el cardenillo'.'


es tu inmunda impureza. Puesto que he querido limpiarte y no te has dejado limpiar de tu inmundicia, no quedarás ya limpia hasta que desahogue en ti mi furor.


En el Edén estabas, en el jard n de Dios. De piedras preciosas era tu vestido: de rub, topacio y diamante, crisólito, ónice y jaspe, zafiro, carbúnculo y esmeralda; oro era el material de tus engarces y de las entalladuras que llevabas, preparados desde el d a en que fuiste creado.


'Os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; os limpiaré de todas vuestras manchas y de todos vuestros dolos.


Venerará, en su lugar, al dios de las fortalezas y honrará con oro, plata, piedras preciosas y objetos de valor a un dios que no conocieron sus padres.


Como uvas en el desierto encontré a Israel; como breva en higuera vi a vuestros padres. Llegaron a Baal Peor y a la infamia se entregaron; se hicieron abominables como las cosas que amaron.


No haya entre vosotros hombre ni mujer, familia ni tribu, cuyo corazón se desv e hoy de Yahveh, nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esos pueblos; no haya entre vosotros ra z de la que brote veneno y ajenjo.


Lo segu a otro ángel, el segundo, que dec a: 'Cayó, cayó Babilonia, la grande, la que dio a beber del vino de su lujurioso desenfreno a todas las naciones'.


cargamento de oro y plata, de piedras preciosas y de perlas, de lino y de púrpura, de seda y de escarlata; toda clase de madera aromática y todo género de objetos de marfil; todo género de objetos de madera preciosa y de bronce, de hierro y de mármol;


y diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, la que se vest a de lujo, púrpura y escarlata, la que se adornaba con oro y piedras preciosas y perlas!


porque sus designios son verdaderos y equitativos; pues ha juzgado a la gran prostituta, la que corromp a la tierra con su fornicación; y ha tomado venganza de la sangre de sus siervos'.


Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas estaba hecha de una sola perla. La plaza de la ciudad es de oro puro, como cristal brillante.


Y no se convirtieron de sus asesinatos, ni de sus maleficios, ni de su fornicación, ni de sus robos.


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