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Apocalipsis 15:4 - Biblia Castilian 2003

4 ¿Quién no temerá, Se or, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, porque todos los pueblos vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justos designios han quedado manifiestos'.

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Biblia Reina Valera 1960

4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues solo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¿Quién no te temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Pues solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti, porque tus obras de justicia han sido reveladas».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¿Quién no dará honor y gloria a tu Nombre, oh Señor? Tú solo eres santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque tus fallos se han dado a conocer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre?° Porque sólo Tú° eres santo; Por lo cual todas las naciones vendrán y adorarán° delante de ti, Porque tus justas acciones se han hecho manifiestas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¿Quién no temerá, Señor, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, porque todos los pueblos vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justos designios han quedado manifiestos'.

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Apocalipsis 15:4
44 Referans Kwoze  

Él, Yahveh, es nuestro Dios, sobre toda la tierra sus juicios.


Él env a a su pueblo redención Pe y prescribe su pacto por los siglos, Sade él, el santo y terrible por su nombre. Qof


Yo hablaré de tu nombre a mis hermanos, en la asamblea plena cantaré tus alabanzas.


Los pobres comerán hasta saciarse, los que buscan al Se or lo alabarán: su corazón ha de vivir por siempre.


Clamo, mi Dios, de d a, y no respondes, por la noche, y no puedo hallar reposo.


Los pueblos todos que has creado acudirán a postrarse ante ti y a dar gloria a tu nombre.


¿Quién podr a en los cielos compararse al Se or? ¿Quién podr a igualársele entre los hijos de los dioses?


Al escucharlo, Sión se alegra, las hijas de Judá se regocijan, a la vista, Se or, de tus juicios.


Exaltad al Se or y nuestro Dios, postraos ante el podio de sus pies, pues santo es el Se or.


Exaltad al Se or y nuestro Dios, postraos ante su monta a santa, pues santo es el Se or y nuestro Dios.


y también desde oriente glorifican a Yahveh como en las islas del mar: al nombre de Yahveh Dios de Israel.


Por eso te glorifica un pueblo fuerte, la villa de los poderosos te teme,


Con mi alma te ans o de noche, con mi esp ritu te busco en mi pecho; porque cuando lucen tus juicios en la tierra, aprenden justicia los habitantes del orbe.


Por m mismo lo juro - de mi boca sale la verdad, una palabra que no se retracta -: ante m se doblará toda rodilla, jurará toda lengua,


Que as dice el Excelso, el Sublime, que reside en la eternidad y cuyo nombre es santo: 'En lo alto y en lo santo resido, y con el quebrantado y humilde de esp ritu, para vivificar el esp ritu de los humildes, para vivificar el corazón de los quebrantados.


Se gritaban el uno al otro: '¡Santo, Santo, Santo es Yahveh Sebaot; toda la tierra está llena de su gloria!'.


Entonces lo verás y estarás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón, pues se volcará sobre ti la riqueza del mar, los tesoros de las naciones vendrán a ti.


¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? S, esto se te debe; porque entre todos los sabios de las gentes y en todos sus reinos nadie hay como tú.


Yahveh, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el d a de angustia, a ti vendrán naciones de los confines de la tierra y dirán: Sólo mentira heredaron nuestros padres, vanidad que de nada sirve.


¿No me temeréis? - oráculo de Yahveh -. ¿No temblaréis ante m, que puse la arena por frontera al mar, barrera eterna que no ha de pasar? Agitarse podrá, pero no le valdrá; bramarán sus olas, pero no la pasarán.


Después se convertirán los hijos de Israel, buscarán a Yahveh, su Dios, y a David, su rey, y acudirán temerosos a Yahveh y a sus bienes, al fin de los tiempos.


¿No eres tú desde siempre, Yahveh, mi Dios, mi Santo, tú que no puedes morir? Para juzgar, ¡oh Yahveh!, lo designaste, para castigar, ¡oh Roca!, lo pusiste.


Todos los supervivientes de todas las naciones que vinieron contra Jerusalén subirán a o tras a o a adorar al rey Yahveh Sebaot y a celebrar la fiesta de las Tiendas.


¡Vamos! Sálvate en Sión, tú que moras en Babel.


Porque desde el lugar por donde sale el sol hasta el lugar de su ocaso, mi nombre es grande entre las naciones; y en todo lugar, un sacrificio humeante, una oblación pura, se ofrece a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones - dice Yahveh Sebaot -.


y para que los gentiles, a su vez, glorifiquen a Dios, demostrando as que es misericordioso, según está escrito: Por eso te alabaré en medio de los pueblos y cantaré himnos en honor de tu nombre.


Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.


Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que dec an: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Se or y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.


y dec a con gran voz: 'Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio. Adorad al que hizo el cielo y la tierra y el mar y los manantiales de aguas'.


Y o al ángel de las aguas que dec a: 'Justo eres, el que es y el que era, el santo, por haber hecho as justicia.


Y o que el altar dec a: 'As es, Se or, Dios todopoderoso. Verdaderos y justos son tus juicios'.


porque sus designios son verdaderos y equitativos; pues ha juzgado a la gran prostituta, la que corromp a la tierra con su fornicación; y ha tomado venganza de la sangre de sus siervos'.


Le ha sido concedido vestirse de lino resplandeciente y puro'. El lino significa las obras buenas del pueblo santo.


Al ángel de la Iglesia de Filadelfia escribe: 'Esto dice el santo, el verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre sin que nadie pueda cerrar, el que cierra sin que nadie pueda abrir:


Cada uno de los cuatro seres vivientes tiene seis alas; y alrededor y por dentro están llenos de ojos. De d a y de noche claman sin descanso: 'Santo, santo, santo, Se or Dios, todo poderoso, el que era y el que es y el que ha de venir'.


Y clamaron con gran voz, diciendo: '¿Hasta cuándo, oh Soberano, santo y veraz, estarás sin juzgar a los que moran sobre la tierra y sin vengar nuestra sangre?'.


No hay santo como Yahveh, no hay otro fuera de ti, ni hay roca como nuestro Dios.


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