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Apocalipsis 14:13 - Biblia Castilian 2003

13 Y o una voz del cielo que dec a: 'Escribe: 'Dichosos ya desde ahora los que mueren en el Se or'. S, dice el Esp ritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompa an'.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Y oí una voz del cielo que decía: «Escribe lo siguiente: benditos son los que de ahora en adelante mueran en el Señor. El Espíritu dice: “Sí, ellos son en verdad benditos, porque descansarán de su arduo trabajo, ¡pues sus buenas acciones los siguen!”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Entonces oí una voz que decía desde el cielo: 'Escribe esto: Felices desde ahora los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompañan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: ¡Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor de aquí en adelante! ¡Así sea! dice el Espíritu. Les será dado descanso de sus fatigas, porque sus obras van° con ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Y oí una voz del cielo que decía: 'Escribe: 'Dichosos ya desde ahora los que mueren en el Señor'. Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompañan'.

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Apocalipsis 14:13
41 Referans Kwoze  

deseables más que el oro y que el metal precioso, más dulces que la miel y que el jugo del panal.


Por s mismo el Se or dará los bienes y nuestra tierra hará el don de sus cosechas.


por ella volverán los salvados de Yahveh. Vendrán a Sión con júbilo, habrá alegr a eterna sobre sus cabezas. Alegr a y gozo serán su compa a, pesadumbre y gemido se alejarán.


Mas tú, vete y descansa. Al final de los d as te levantarás para recibir tu parte'.


mientras de los cielos salió una voz que dec a: 'Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco'.


Pero Abrahán le contestó: 'Hijo, acuérdate de que ya recibiste tus bienes en tu vida y Lázaro, en cambio, los males; ahora, pues, él tiene aqu el consuelo, mientras tú el tormento.


Ahora yo os digo: procuraos amigos mediante la riqueza injusta, para que, cuando ésta se acabe, os reciban en las moradas eternas.


Pues, si vivimos, para el Se or vivimos; y si morimos, para el Se or morimos. As, pues, tanto en vida como en muerte pertenecemos al Se or.


En este caso, también los que durmieron en Cristo están perdidos.


Pero no. Cristo ha sido resucitado de entre los muertos, primicias de los que han muerto.


De manera que, amados hermanos m os, manteneos firmes, inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Se or y sabiendo que vuestro trabajo en el Se or no cae en el vac o.


Pero tenemos ánimo e incluso preferimos exiliarnos del cuerpo y vivir junto al Se or.


Y si, además, mi sangre es derramada en libación sobre el sacrificio y el ministerio sagrado de vuestra fe, me alegro y me congratulo con todos vosotros.


Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera Dios, por medio de Jesús, llevará con él a los que ya murieron.


Pues cuando se dé la orden, a la voz de un arcángel y al son de una trompeta de Dios, el mismo Se or descenderá del cielo y resucitarán en primer lugar los muertos en Cristo;


que murió por nosotros, para que, ya nos sorprenda despiertos o ya dormidos, lleguemos a vivir en su compa a.


Hay algunos cuyos pecados son manifiestos aun antes de ser sometidos a juicio; otros, en cambio, sólo se descubren después.


Lo mismo pasa con las obras: las buenas están al descubierto; las que no lo son no pueden quedar ocultas.


que dec a: 'Escribe en un rollo lo que vas a ver y env alo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea'.


Estaba yo a punto de escribir al dar los siete truenos cuando o una voz del cielo que dec a: 'Sella las cosas que hablaron los siete truenos y no las escribas'.


Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que dec an: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Se or y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.


Se abrió el santuario de Dios que está en el cielo y apareció el arca de su alianza en su santuario. Y hubo relámpagos y voces y truenos y terremoto y una gran granizada.


El séptimo derramó su copa en el aire. Y salió del santuario una gran voz que proced a del trono y que dec a: '¡Hecho está!'


Entonces me dice: 'Escribe: dichosos los invitados al banquete de las bodas del Cordero'. Y a adió: 'Éstas son las palabras verdaderas de Dios'.


Al ángel de la Iglesia de Éfeso escribe: 'Esto dice el que tiene en su diestra las siete estrellas, el que se pasea en medio de los siete candelabros de oro:


Quien tenga o dos, oiga lo que el Esp ritu dice a las iglesias. Al que venza, le daré a comer del árbol de la vida que está en el para so de Dios'.


Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección. Sobre éstos no tiene potestad la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él por [los] mil a os.


El que estaba sentado en el trono dijo: 'Mirad, todo lo hago nuevo'. Y a adió: 'Escribe; porque éstas son las palabras fidedignas y verdaderas'.


El Esp ritu y la esposa dicen: 'Ven'. El que oiga, diga: 'Ven'. Quien tenga sed, que se acerque. El que quiera, tome gratis del agua de la vida.


Se les dio a cada uno una túnica blanca y se les dijo que estuvieran tranquilos todav a un poco de tiempo, hasta que se completase el número de sus consiervos y de sus hermanos, que ser an asesinados igual que ellos.


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