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Amós 6:13 - Biblia Castilian 2003

13 Os alegráis por Lo Debar y dec s: '¿No hemos conquistado Carnáin con nuestra propia fuerza?'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 Vosotros que os alegráis en nada, que decís: ¿No hemos adquirido poder con nuestra fuerza?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Ustedes se jactan de su conquista de Lo-debar y alardean: «¿No tomamos Karnaim por nuestra propia fuerza?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Y luego se sienten orgullosos por cosas de nada y andan diciendo: 'Ahora somos fuertes, nos hemos hecho imbatibles.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Los que os enorgullecéis por Lodebar, y decís: ¿No conquistamos Qarnayim con nuestra propia fuerza?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Os alegráis por Lo Debar y decís: '¿No hemos conquistado Carnáin con nuestra propia fuerza?'.

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Amós 6:13
36 Referans Kwoze  

Y Joás, hijo de Joacaz, volvió a recuperar de manos de Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que éste hab a arrebatado a su padre Joacaz por las armas. Tres veces lo derrotó Joás, y as recuperó las ciudades de Israel.


Él fue quien restableció las fronteras de Israel, desde la entrada de Jamat hasta el mar de la Arabá, conforme al oráculo de Yahveh, Dios de Israel, transmitido por medio de su siervo el profeta Jonás, hijo de Amitay, que era de Gat de Jéfer;


No puse mi alegr a en mi gran fortuna, en la riqueza conseguida por mi mano.


No me gocé en la desgracia de mi enemigo ni celebré que el mal le alcanzara.


Brizna frágil es su confianza; tela de ara a, su seguridad.


Se apoya en su casa, y ésta se derrumba; a ella se sujeta, y se le viene abajo.


Los reyes de la tierra se levantan, los pr ncipes conspiran entre ellos contra el Se or y contra su Ungido:


Si la tierra y sus pobladores se disuelven, yo soy el que sostiene sus pilares. Selah


Yo advierto a los soberbios: 'No os jactéis'. Y a los imp os: 'No levantéis la frente'.


Alégrate, joven, en tu adolescencia y vive feliz en los d as de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y da placer a tus ojos. Pero sábete que por todo ello Dios te llamará a juicio.


En los d as de Ajaz, hijo de Jotán, hijo de Oz as, rey de Judá, Res n, rey de Aram, y Péqaj, hijo de Romel as, rey de Israel, subieron a Jerusalén a luchar contra ella, pero no pudieron conquistarla.


y dile: 'Sé precavido, pero mantente tranquilo, no temas ni desmaye tu corazón por esos dos cabos de tizones humeantes, por la ira furibunda de Res n de Aram y del hijo de Remal as.


'Porque ha rechazado este pueblo las aguas de Siloé que corren mansamente, ante el estruendo de Res n y el hijo de Remal as,


Exultad, pues; s, regocijaos, expoliadores de mi heredad; brincad como becerros en la oto ada, relinchad como los sementales.


sino de esto se ufane quien quiera ufanarse: de ser sensato y conocerme, pues yo soy Yahveh, que practico la bondad, el derecho y la justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco' - oráculo de Yahveh -.


Habla y di: as dice el Se or Yahveh: Aqu estoy contra ti, Faraón, rey de Egipto, cocodrilo gigante, recostado en medio de sus Nilos, que dice: 'Mis Nilos son m os; yo los he hecho'.


El pa s de Egipto será un desierto y una ruina; y sabrán que yo soy Yahveh. Por haber dicho: 'El Nilo es m o; yo lo hice',


el rey dijo: '¿No es ésta la gran Babilonia que yo he construido para residencia real con el poder de mi fuerza y para gloria de mi majestad?'.


En aquel mismo instante se cumplió en Nabucodonosor la sentencia. Fue expulsado de entre los hombres, comió hierba como los bueyes y su cuerpo se empapó del roc o del cielo; le crecieron los cabellos como las plumas de las águilas y las u as como las de los pájaros.


Yahveh Dios dispuso que un ricino creciera por encima de Jonás, para que, haciendo sombra sobre su cabeza, le defendiera as del calor. Jonás se puso muy contento con aquel ricino.


Aquel d a, ya no tendrás que avergonzarte de tantas rebeld as cometidas contra m, porque yo quitaré de en medio de ti a tus vanidosos fanfarrones, y no volverás ya a engre rte por mi santo monte.


De verdad os lo aseguro: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras que el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegr a.


Pero ahora os jactáis de vuestras fanfarroner as. Toda esta jactancia es mala.


Los moradores de la tierra se alegrarán y regocijarán a costa de ellos y se enviarán mutuos regalos, porque estos dos profetas atormentaron a los moradores de la tierra'.


Salieron, pues, éstos a la campi a, vendimiaron sus vi as, pisaron las uvas, organizaron gran fiesta y entraron en el templo de su dios; y mientras com an y beb an, maldec an a Abimélec.


Cuando el arca de la alianza de Yahveh llegó al campamento, todos los de Israel se pusieron a gritar con tal estruendo que retemblaba la tierra.


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