Amós 4:7 - Biblia Castilian 2003

⁷ Os he negado la lluvia cuando aún faltaban tres meses para la siega; he hecho llover en una ciudad y en otra ciudad no hecho llover; un campo fue regado por la lluvia, y otro campo se secó, sin lluvia.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁷ También os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁷ «Yo detuve la lluvia cuando sus cosechas más la necesitaban. Envié la lluvia sobre una ciudad, pero la retuve en otra. Llovió en un campo, mientras otro se marchitaba.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁷ No les mandé la lluvia cuando faltaban tres meses para la cosecha, o bien hice llover sobre una ciudad mientras en otra no llovía; unos campos se regaron con la lluvia, pero otros, faltos de agua, se secaron.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁷ Os retuve la lluvia tres meses antes de la siega, E hice llover en un pueblo sí y en otro no, Y en una parcela llovía, y otra sin lluvia se secaba,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁷ Os he negado la lluvia cuando aún faltaban tres meses para la siega; he hecho llover en una ciudad y en otra ciudad no hecho llover; un campo fue regado por la lluvia, y otro campo se secó, sin lluvia.

Amós 4:7 Referans Kwoze

Éxodo 10:22

Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y por tres d as hubo tinieblas dens simas en todo el pa s.

Éxodo 10:23

No se ve an unos a otros, ni nadie pudo moverse de su sitio durante tres d as. Hab a, en cambio, luz en los lugares donde moraban los israelitas.

Éxodo 8:22

Respondió Moisés: 'No puede ser as, porque lo que nosotros sacrificamos a Yahveh, nuestro Dios, es abominación para los egipcios. Si ofreciéramos en presencia de los egipcios sacrificios que ellos mismos abominan, ¿no nos apedrear an?

Éxodo 9:26

Sólo se salvó del granizo la tierra de Gosen, donde resid an los israelitas.

Éxodo 9:4

Pero Yahveh hará distinción entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que de cuanto pertenece a los israelitas nada morirá'.

Isaías 5:6

Haré de ella un erial: no se podará ni escardará, crecerán cardos y abrojos; mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.

Jeremías 14:22

¿Hay entre los dolos de las naciones quien haga llover, o pueden los cielos dar lluvias? ¿Acaso no eres tú, Yahveh? ¡Dios nuestro, en ti esperamos, pues eres tú quien hace todas estas cosas!

Jeremías 14:3

Sus nobles mandan a sus criados por agua: éstos van a los aljibes, pero no la encuentran; vuelven con sus cántaros vac os. Están avergonzados y confusos y se cubren la cabeza.

Jeremías 14:4

Por la tierra, que se ha resquebrajado, pues no ha habido lluvia en el pa s, los labradores están avergonzados, se cubren la cabeza.

Jeremías 3:3

Por eso quedaron bloqueados los chubascos y no hubo lluvia en primavera. Pero tú tienes cara de ramera, no quieres avergonzarte.

Joel 2:23

Hijos de Sión, alegraos, gozaos en Yahveh, vuestro Dios, porque él os concede la lluvia de oto o en justicia, hace caer sobre vosotros lluvia abundante: lluvia de oto o y de primavera, como anta o.

Zacarías 14:17

Y la familia de la nación que no suba a Jerusalén a adorar al rey Yahveh Sebaot no tendrá lluvia.

Juan 4:35

¿No dec s vosotros: 'Todav a faltan cuatro meses para que llegue la siega'? Pues bien, yo os digo: levantad vuestros ojos y mirad los campos; ya amarillean para la siega. Ya

1 Corintios 4:7

Pues, ¿quién te distingue sobre los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?

Deuteronomio 11:17

porque la cólera de Yahveh se encender a contra vosotros, cerrar a los cielos, no habr a más lluvia, la tierra no dar a sus frutos y desaparecer ais rápidamente de la buena tierra que Yahveh os da.

Santiago 5:17

El as, de nuestra misma condición humana, oró con insistencia para que no hubiera lluvia, y no llovió sobre la tierra en tres a os y seis meses.

Apocalipsis 11:6

Tienen el poder de cerrar el cielo para que no caiga lluvia durante los d as de su ministerio profético, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre y para herir la tierra con cualquier plaga cuantas veces quieran.