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Amós 2:11 - Biblia Castilian 2003

11 Yo suscité profetas entre vuestros hijos, y nazireos entre vuestros jóvenes. ¿No es verdad, hijos de Israel? - oráculo de Yahveh -.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Y levanté de vuestros hijos para profetas, y de vuestros jóvenes para que fuesen nazareos. ¿No es esto así, dice Jehová, hijos de Israel?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Elegí a algunos de sus hijos para ser profetas y a otros para ser nazareos. ¿Acaso puedes negar esto, Israel, pueblo mío? —pregunta el Señor—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pero ustedes hicieron tomar vino a los nazireos, y a los profetas les prohibieron predicar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y a vuestros hijos los elevé por profetas, Y a vuestros jóvenes por nazareos. ¿No es así, hijos de Israel?, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Yo suscité profetas entre vuestros hijos, y nazireos entre vuestros jóvenes. ¿No es verdad, hijos de Israel? -oráculo de Yahveh-.

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Amós 2:11
34 Referans Kwoze  

El as, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive Yahveh, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos a os no ha de haber roc o ni lluvia, sino por orden m a'.


pues cuando Jezabel intentó exterminar a los profetas de Yahveh, Abd as recogió a cien profetas, los escondió en unas cavernas en dos grupos de cincuenta y les proveyó de pan y de agua.


También ungirás a Jehú, hijo de Nums, por rey de Israel. Y a Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, lo ungirás como profeta en lugar tuyo.


Pero he aqu que un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel, y le dijo: 'As habla Yahveh: ¿ves toda esa gran muchedumbre? Pues mira: hoy te la entrego en tus manos, y as sabrás que yo soy Yahveh'.


Uno de los hijos de los profetas dijo a su compa ero por orden de Yahveh: '¡Hiéreme, por favor!'. Pero él se negó a herirle.


Él entonces se quitó rápidamente la venda de los ojos y el rey de Israel reconoció que era uno de los profetas.


El rey de Israel respondió a Josafat: 'Queda todav a un hombre por medio del cual se puede consultar a Yahveh; pero yo siento aversión hacia él, porque nunca me profetiza bienes, sino solamente males. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat le dijo: 'No hable el rey as '.


Yahveh hab a amonestado a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y videntes, diciendo: 'Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos y preceptos, siguiendo en todo la ley que impuse a vuestros padres y que os envié por medio de mis siervos los profetas'.


Dijeron los hijos de los profetas a Eliseo: 'Mira que el lugar en que habitamos en tu compa a es demasiado estrecho para nosotros.


Yahveh, Dios de sus padres, les envió mensajeros sin cesar, porque sent a compasión por su pueblo y por su morada.


Por eso, as dice Yahveh sobre las gentes de Anatot que atentan contra tu vida, diciendo: 'No profetices en nombre de Yahveh, y as no morirás a mano nuestra'.


¡Oh generación! Atiende a la palabra de Yahveh: ¿He sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué mi pueblo dice: 'Somos libres, no vendremos más a ti?'.


As dice Yahveh: '¿Qué culpa hallaron vuestros padres en m para que de m se alejaran y caminaran tras la nada, y en nada se convirtieran?'.


Los sacerdotes y los profetas hablaron entonces a los pr ncipes en estos términos: 'Este hombre es reo de muerte, pues ha profetizado contra esta ciudad, como habéis o do con vuestros propios o dos'.


Desde el d a en que vuestros padres salieron del pa s de Egipto hasta hoy os he enviado a todos mis siervos los profetas d a tras d a, al tiempo debido y sin cesar;


Más cándidos eran que la nieve sus pr ncipes, Zain más blancos que la leche, más rubicundo su cuerpo que el coral: su estampa era un zafiro.


¡Dejad de babear - babean ellos -! ¡No babeéis de este modo! No nos tocará el deshonor.


Y llamándolos, les ordenaron que bajo ningún concepto dijeran una palabra ni ense aran acerca del nombre de Jesús.


'Os hab amos ordenado severamente que no ense arais en ese nombre, y resulta que habéis llenado Jerusalén con vuestras ense anzas y queréis hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre'.


¡Gente de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de o dos! Siempre estáis resistiendo al Esp ritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros.


Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca y él les comunicará todo lo que yo le mande.


Despachó entonces Saúl emisarios para prender a David. Al contemplar un tropel de profetas en actitud de profetizar, presididos por Samuel, también los emisarios fueron presa del esp ritu de Dios y se sintieron arrebatados de entusiasmo profético.


De este modo supo todo Israel, desde Dan hasta Berseba, que Samuel estaba acreditado como profeta de Yahveh.


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