Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Amós 1:14 - Biblia Castilian 2003

14 Pondré fuego a las murallas de Rabá, que devorará sus palacios, entre la alarma de un d a de batalla, entre el torbellino de un d a de tormenta.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Encenderé fuego en el muro de Rabá, y consumirá sus palacios con estruendo en el día de la batalla, con tempestad en día tempestuoso;

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Por lo tanto, haré caer fuego sobre los muros de Rabá, y todas sus fortalezas serán destruidas. La batalla vendrá sobre ellos con gritos, como un torbellino en una tormenta impetuosa.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 por eso yo prenderé fuego a los muros de Rabbá, incendiándose sus palacios; habrá entonces alaridos de combate y soplará el vendaval de la tormenta.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

14 Encenderé pues un fuego a los muros de Rabá, Que devorará sus palacios, Entre el alarido° del día de batalla, Entre la tempestad del día huracanado,°

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Pondré fuego a las murallas de Rabá, que devorará sus palacios, entre la alarma de un día de batalla, entre el torbellino de un día de tormenta.

Gade chapit la Kopi




Amós 1:14
20 Referans Kwoze  

A la vuelta de un a o, por el tiempo en que los reyes salen a campa a, mandó salir David a Joab con sus servidores y con todo Israel. Devastaron el pa s de los amonitas y pusieron cerco a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.


Joab siguió atacando a Rabá de los amonitas y se apoderó de la ciudad real.


A los habitantes de la ciudad los deportó y les obligó a manejar la sierra, las hachas y los picos de hierro, y a trabajar en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todas las ciudades de los amonitas. Luego regresó con todo el ejército a Jerusalén.


A la vuelta de un a o, por el tiempo en que los reyes suelen salir a campa a, Joab, al frente del grueso del ejército, devastó el pa s de los amonitas. Luego puso sitio a Rabá. Entretanto, David se quedó en Jerusalén. Joab batió a Rabá y la destruyó.


Al toque de trompeta lanza relinchos. Olfatea de lejos el combate, el clamor de los jefes y los gritos de guerra.


Igual que cuando el fuego abrasa el bosque y las llamas encienden las monta as,


por Yahveh Sebaot serás visitada con trueno y terremoto, con enorme estruendo, con tormenta, tempestad y llama de fuego devorador. (5ab) Será como polvo menudo la horda de tus orgullosos, como tamo que pasa la horda de los poderosos.


Yahveh hará o r la majestad de su voz, y él hará ver el desplome de su brazo con furia de ira y llama de fuego devorador, chubasco y aguacero y piedra de granizo.


Porque nos ha nacido un ni o, se nos ha dado un hijo, que lleva al hombro el principado y es su nombre: Consejero Portentoso, Héroe Divino, Padre Sempiterno, Pr ncipe de paz.


Mirad la tempestad de Yahveh: se desencadena una tormenta, se arremolina un huracán, que se lanza sobre la cabeza de los malvados.


Por eso, mirad que vienen d as - oráculo de Yahveh -, en que lanzaré contra Rabá de los amonitas el grito de guerra: será una escombrera desolada, y sus hijas consumidas por el fuego. As heredará Israel a sus herederos, dice Yahveh.


Para que desmayen los corazones y se multipliquen los ca dos, junto a todas sus puertas pongo el estrago de la espada. ¡Ay! Para brillar está hecha, para matar está bru ida.


También yo batiré palmas y aplacaré mi furor. Yo, Yahveh, he hablado'.'


Se ala un camino para que la espada venga a Rabá de los amonitas, y el otro a Judá y a Jerusalén, la fortificada.


Haré de Rabá un pastizal de camellos, y del pa s de los amonitas un sesteadero de ovejas; y sabréis que yo soy Yahveh'.


por eso, yo extiendo mi mano contra ti para darte como presa a las naciones, para exterminarte de en medio de los pueblos y hacerte desaparecer de entre los pa ses. Te aniquilaré; y sabrás que yo soy Yahveh'.


'En el tiempo del fin le hará frente el rey del mediod a, y el rey del norte se lanzará contra él, como un torbellino, con carros, jinetes y numerosas naves; llegará al pa s y lo invadirá como una inundación.


Enviaré fuego a Moab, que devorará los palacios de Queriyot. Morirá Moab entre el tumulto, en medio de la alarma, al son de la trompeta.


Los he dispersado entre todas las naciones que no conoc an. y la tierra quedó desolada cuando se fueron, sin que nadie transitara por ella. As han convertido en desierto un pa s delicioso'.


Og, rey de Basán, era el único superviviente de los refa tas. Su cama, que todav a puede verse en Rabá de los amonitas, era de hierro, y med a nueve codos de largo y cuatro de ancho, en codos normales.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite