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2 Tesalonicenses 1:9 - Biblia Castilian 2003

9 Estos tales padecerán el castigo de la ruina eterna, alejados de la presencia del Se or y de la gloria de su poder,

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Biblia Reina Valera 1960

9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Serán castigados con destrucción eterna, separados para siempre del Señor y de su glorioso poder.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Serán condenados a la perdición eterna, lejos del rostro del Señor y de su Gloria irresistible.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 los cuales pagarán la pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor, y de su glorioso poder;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Estos tales padecerán el castigo de la ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,

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2 Tesalonicenses 1:9
38 Referans Kwoze  

Oyeron el rumor de los pasos de Yahveh - Dios, que se paseaba por el jard n a la brisa del d a, y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Yahveh - Dios por entre la arboleda del jard n.


Abandonó Ca n la presencia de Yahveh, y se estableció en el pa s de Nod, al oriente de Edén.


Y eso que dijeron a Dios: ¡Lejos de otros! ¡No queremos conocer tus caminos!


Los que a Dios dec an: ¡Lejos de nosotros! ¿Qué puede hacernos Sadday?


Tú me has dado a conocer caminos de vida: contigo, la alegr a hasta la hartura; a tu diestra, delicias sempiternas.


Aparta de mis errores tu mirada, borra todos mis delitos.


¡Ruina sobre rebeldes y pecadores a la vez! Los que abandonaron a Yahveh perecerán.


Entra en la roca, escóndete en el polvo ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


Entrarán en las cavernas de las rocas y en los antros de la tierra ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


y se meterá en las grietas de las rocas, y en las hendiduras de las pe as ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


Temieron en Sión los pecadores, temblor sobrecogió a los imp os. ¿Quién de nosotros morará en fuego devorador? ¿Quién de nosotros morará en hogueras eternas?


Y cuando salgan, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra m, pues no morirá su gusano, ni se extinguirá su fuego, y serán un horror para todo mortal.


Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán: éstos, para la vida eterna, aquéllos, para el oprobio, para el horror eterno.


Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno conforme a su conducta.


Entonces el rey dijo a los sirvientes: 'Atadlo de pies y manos y arrojadlo a la oscuridad, allá afuera. All será el llanto y el rechinar de dientes.


Entonces aparecerá en el cielo la se al del Hijo del hombre, se golpearán el pecho todas las tribus de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y majestad.


Entonces dirá también el rey a los de la izquierda: 'Apartaos de m, malditos, al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles.


Y éstos irán a un castigo eterno y los justos a una vida eterna'.


El Hijo del hombre se va, conforme está escrito de él; pero ¡ay de ese hombre por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a tal hombre no haber nacido'.


Pero entonces yo les diré abiertamente: 'Jamás os conoc, apartaos de m, fautores de maldad '.


Pero él os repetirá: 'No sé de dónde sois; alejaos de m, todos los fautores de injusticia '.


Después, Jesús lo encuentra en el templo y le dice: 'Ya quedaste sano; no peques más, para que no te suceda algo peor'.


Dijo as: 'Yahveh partió del Sina, desde Se r amaneció para ellos; resplandeció desde el monte Parán, llegó a Meribá en Cades con rayos de luz fulgurante en su diestra.


cuyo término es la perdición, cuyo Dios es el vientre y cuya gloria se funda en sus vergüenzas. Estos tales centran su atención en lo terreno.


Cuando estén diciendo: 'Paz y seguridad', entonces, de repente, se abatirá sobre ellos la calamidad, como los dolores de parto sobre una mujer encinta; y no habrá manera de escapar.


aparecerá el imp o, a quien el Se or [Jesús] destruirá con un soplo de su boca y lo aniquilará con la manifestación de su parus a.


mientras aguardamos la bienaventurada esperanza, o sea, la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Cristo Jesús,


¿de cuánto más duro castigo pensáis que será reo el que ha pisoteado al Hijo de Dios, ha tenido por impura la sangre de la alianza con la que fue consagrado y ha ultrajado al Esp ritu de la gracia?


Éstos tales son fuentes sin agua, niebla empujada por el huracán. Para ellos está reservada la oscuridad de las tinieblas.


Pero el cielo y la tierra de ahora están guardados por la misma palabra, reservados para el fuego en el d a del juicio y de la destrucción de los imp os.


olas furiosas del mar que arrojan la espuma de su desvergüenza, estrellas fugaces a las que está reservada para siempre la lobreguez de las tinieblas.


Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Huyeron de su presencia la tierra y el cielo, y no se les volvió a ver en ningún lugar.


La muerte y el Hades fueron precipitados en el lago de fuego. Ésta es la segunda muerte: el lago de fuego.


Pero los cobardes, los incrédulos, los culpables de abominación, los homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros, compartirán el lago que arde con fuego y azufre. Ésta es la segunda muerte'.


Fuera quedarán los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira'.


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