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2 Tesalonicenses 1:11 - Biblia Castilian 2003

11 Teniendo esto en cuenta, no cesamos de orar por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de su llamada y lleve a cabo, con su poder, todo buen propósito y actividad de fe,

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Biblia Reina Valera 1960

11 Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Así que seguimos orando por ustedes, pidiéndole a nuestro Dios que los ayude para que vivan una vida digna de su llamado. Que él les dé el poder para llevar a cabo todas las cosas buenas que la fe los mueve a hacer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Estos son nuestros pensamientos en todo momento mientras rogamos por ustedes: que nuestro Dios los haga dignos de su llamada y que, por su poder, lleve a efecto sus buenos propósitos, haciendo que su fe sea activa y eficiente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Para lo cual, asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos del llamamiento, y lleve a cumplimiento con poder todo propósito de bondad y obra de fe;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Teniendo esto en cuenta, no cesamos de orar por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de su llamada y lleve a cabo, con su poder, todo buen propósito y actividad de fe,

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2 Tesalonicenses 1:11
41 Referans Kwoze  

el Se or lleva hasta el término mi causa. Tus favores, Se or, son para siempre: no abandones las obras de tus manos.


parad vuestra atención en sus murallas, recorred sus castillos, para poder contar a las generaciones venideras


No está tu complacencia en sacrificios para que yo te ofrezca, ni quieres tú holocaustos.


Alabado sea el Se or, d a tras d a: él nos toma a su cargo, Dios de nuestra salvación. Selah


La senda de los justos es como la luz del alba, que aumenta en claridad hasta el pleno d a;


Aquel d a se dirá: 'He aqu nuestro Dios, de quien esperamos que nos salve, éste es Yahveh en quien esperamos. Exultemos y gocemos en su salvación,


Abandone el imp o su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuelva a Yahveh, que se apiada de él, y a nuestro Dios, que perdona continuamente.


¿Abrir a yo la matriz y no dejar a dar a luz? - dice Yahveh -. Yo, que hago dar a luz, ¿cerraré la matriz? - dice tu Dios -.


Desde luego, nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos y nos librará del horno de fuego ardiente y de tus manos, ¡oh rey!


Conozcamos, tratemos de conocer a Yahveh: su venida es cierta como la aurora; vendrá a nosotros como lluvia de oto o, como lluvia de primavera que riega la tierra.


¿Quién eres tú, gran monta a? ¡Seas llanura ante Zorobabel! Él sacará la piedra del remate entre las aclamaciones de: ¡muy bien, muy bien!'.


La tierra, por s misma, produce primero el tallo, luego la espiga, y por último el trigo bien granado en la espiga.


No temas, peque o reba o; que ha tenido a bien vuestro Padre daros el reino.


Porque Dios, a quien doy culto en mi esp ritu anunciando el evangelio de su Hijo, me es testigo de que os recuerdo incensantemente


pues los dones de Dios y su llamada son irrevocables.


Con respecto a vosotros, yo estoy, hermanos m os, personalmente convencido de que también vosotros estáis llenos de buenas disposiciones, henchidos de toda clase de conocimiento y capacitados para exhortaros unos a otros.


Y a los que de antemano destinó, también los llamó, y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.


quien también os mantendrá firmes hasta el final para que lleguéis sin reproche al d a de nuestro Se or Jesucristo.


no ceso de dar gracias por vosotros y de recordaros en mis oraciones,


nos hab a predestinado a ser hijos adoptivos suyos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad,


dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según el benévolo designio que se hab a formado de antemano


con la firme esperanza de que el que empezó entre vosotros la obra buena, la irá llevando a su término hasta el d a de Cristo Jesús.


Pues es Dios quien, según su beneplácito, activa en vosotros tanto el querer como el obrar.


a saber, correr hacia la meta, para ganar el premio al que Dios nos llama arriba en Cristo Jesús.


ante Dios, nuestro Padre, recordamos la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la constancia de vuestra esperanza en nuestro Se or Jesucristo.


As se manifiesta el justo juicio de Dios, para que resultéis ser dignos de ese reino de Dios, ya que por su caausa padecéis.


Para esto os llamó por medio de nuestro evangelio, para que logréis la gloria de nuestro Se or Jesucristo.


fija nuestra mirada en el jefe iniciador y consumador de la fe: Jesús. El cual, a la vista de la dicha que se le presentaba, soportó la cruz, sin tomar en cuenta la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios.


Por lo tanto, hermanos del pueblo santo que compart s una vocación celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote, objeto de nuestra profesión de fe, a Jesús,


El Dios de toda gracia, el que os llamó a su eterna gloria en Cristo después que hayáis padecido un poco, os restablecerá, confirmará, robustecerá y hará inconmovibles.


Pero tienes en Sardes unas pocas personas que no han manchado sus vestiduras. Éstos andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos.


Y los hiciste para nuestro Dios reino y sacerdotes que reinarán sobre la tierra'.


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