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2 Samuel 9:7 - Biblia Castilian 2003

7 'No temas, le dijo David, porque quiero tratarte con benevolencia por amor a Jonatán, tu padre. Voy a restituirte todas las tierras de Saúl, tu abuelo, y comerás siempre a mi mesa'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 —¡No tengas miedo! —le dijo David—, mi intención es mostrarte mi bondad por lo que le prometí a tu padre, Jonatán. Te daré todas las propiedades que pertenecían a tu abuelo Saúl, y comerás aquí conmigo, a la mesa del rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Entonces David le dijo: 'No temas, quiero tratarte con bondad debido a tu padre Jonatán. Te devolveré todas las tierras de Saúl tu abuelo, y todos los días comerás a mi mesa'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Entonces David le dijo: No temas, porque ciertamente haré contigo misericordia por amor a Jonatán tu padre, y te devolveré toda la tierra de Saúl tu padre,° y comerás siempre a mi mesa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 'No temas, le dijo David, porque quiero tratarte con benevolencia por amor a Jonatán, tu padre. Voy a restituirte todas las tierras de Saúl, tu abuelo, y comerás siempre a mi mesa'.

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2 Samuel 9:7
32 Referans Kwoze  

Al ser introducidos en casa de José, tuvieron miedo, y se dec an: 'A causa del dinero devuelto en nuestros sacos la otra vez se nos conduce aqu, para arrojarse sobre nosotros, caer sobre nosotros, tomarnos como esclavos y quedarse con nuestros asnos'.


'Estad tranquilos - dijo aquél -; no temáis. Vuestro Dios y el Dios de vuestro padre es quien puso ese tesoro en vuestros sacos. Yo recib ya vuestro dinero'. Y les sacó a Simeón.


Yo te entregué la casa de tu se or y puse en tus brazos las mujeres de tu amo, al mismo tiempo que te daba la casa de Israel y de Judá, y como si esto fuera poco, yo te habr a a adido todav a otras cosas mayores.


Pero él ha calumniado a tu siervo ante mi se or, el rey. Sin embargo, mi se or, el rey es como el ángel de Dios. ¡Haz, pues, lo que bien te parezca!


Porque todos los de la casa de mi padre eran dignos de muerte ante mi se or, el rey; pero tú has puesto a tu siervo entre los comensales de tu mesa. ¿Qué más justicia puedo yo reclamar al rey?'.


Barzilay era ya muy anciano, pues ten a ochenta a os. Era él quien hab a aprovisionado al rey durante su estancia en Majanáin, porque era un hombre muy rico.


Perdonó el rey a Meribaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a causa del juramento por Yahveh que hab a entre David y Jonatán, hijo de Saúl.


Dijo David: '¿Quedará todav a algún superviviente de la familia de Saúl, a quien pueda yo mostrar mi benevolencia por amor a Jonatán?'.


Y tú, tus hijos y tus siervos cultivaréis sus tierras y le traerás la cosecha para que la casa de tu amo tenga de qué alimentarse; pero Meribaal, el hijo de tu amo, comerá siempre a mi mesa'. Ten a Sibá quince hijos y veinte siervos.


Respondió Sibá al rey: 'Tu siervo obrará conforme a todo lo mandado por mi se or el rey'. En efecto, Meribaal com a a la mesa de David como uno de los hijos del rey.


pero Meribaal resid a en Jerusalén, pues com a siempre a la mesa del rey. Estaba tullido de ambos pies.


Dijo entonces el rey: '¿No existe en la familia de Saúl alguno a quien pueda yo mostrar una benevolencia divina?'. Replicó Sibá al rey: 'Aún vive un hijo de Jonatán, tullido de ambos pies'.


Muéstrate generoso con los hijos de Barzilay de Galaad, y que ellos sean comensales de tu mesa, porque me socorrieron cuando yo hu a de tu hermano Absalón.


Hizo que se quitara los vestidos de prisionero y que comiera siempre a su mesa durante todos los d as de su vida.


'Una cosa maligna se abate sobre él, una vez ya postrado, no volverá a levantarse'.


Hizo que se quitara los vestidos de prisionero y que comiera siempre a su mesa durante todos los d as de su vida.


'As dice Yahveh Sebaot: juzgad con juicio verdadero, y tenga cada cual amor y compasión hacia su hermano.


Danos hoy nuestro pan cotidiano


a fin de que, en mi reino, comáis y bebáis a mi mesa y estéis sentados sobre tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.


Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo.


As, pues, temed a Yahveh y servidle fielmente de corazón, pues habéis visto el grandioso prodigio que en medio de vosotros ha realizado.


no retires jamás tu clemencia de mi casa, ni siquiera cuando extermine Yahveh a los enemigos de David de la haz de la tierra y Yahveh pida cuentas a los enemigos de David,


Quédate conmigo y nada temas; pues el que atenta contra mi vida atenta contra la tuya. Tú estarás bien guardado a mi lado'.


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