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2 Samuel 8:6 - Biblia Castilian 2003

6 Estableció luego gobernadores en la región aramea de Damasco, y as los arameos quedaron sometidos a David y le pagaban tributo. As Yahveh conced a la victoria a David por dondequiera que éste iba.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Puso luego David guarnición en Siria de Damasco, y los sirios fueron hechos siervos de David, sujetos a tributo. Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Luego puso varias guarniciones militares en Damasco, la capital aramea, y los arameos se convirtieron en súbditos de David y le pagaban tributo. Así que el Señor le daba la victoria a David dondequiera que iba.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Después de eso, David puso gobernadores en la región de Damasco y los arameos pasaron a ser súbditos de David; le pagaban un tributo. Así fue como Yavé daba la victoria a David adondequiera que iba.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 e impuso David guarniciones en Siria de Damasco, y los sirios fueron siervos de David, y pagaron tributo. Y a dondequiera que iba David, YHVH le daba la victoria.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Estableció luego gobernadores en la región aramea de Damasco, y así los arameos quedaron sometidos a David y le pagaban tributo. Así Yahveh concedía la victoria a David por dondequiera que éste iba.

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2 Samuel 8:6
26 Referans Kwoze  

Cuando los reyes vasallos de Hadadézer vieron que hab an sido derrotados por Israel, todos hicieron la paz con Israel y le quedaron sometidos. Desde entonces los arameos ya no se atrevieron a prestar auxilio a los amonitas.


David se encontraba entonces en el fort n, mientras una guarnición de filisteos estaba destacada en Belén.


Cumplidlo ahora, ya que Yahveh dijo de David: 'Por medio de mi siervo David voy a liberar a mi pueblo Israel de la garra de los filisteos y del poder de todos sus enemigos''.


David acrecentaba cada vez más su poder, pues Yahveh, Dios Sebaot, estaba con él.


He estado contigo por dondequiera que has ido y he exterminado delante de ti a todos tus enemigos. Te voy a dar un nombre tan grande como el de los magnates de la tierra.


Estableció luego guarniciones en Edom, en todo su territorio, y as todos los idumeos quedaron sometidos a David. Yahveh conced a la victoria a David por dondequiera que éste iba.


Derrotó también a los moabitas y, haciéndolos tenderse en el suelo, los midió a cordel; condenó a muerte a dos cordeles y al tercer cordel los dejó con vida. As, los moabitas quedaron sometidos a David y le pagaban tributo.


David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los servidores de Hadadézer y los transportó a Jerusalén.


Después de la muerte de Ajab, se rebeló Moab contra Israel.


Los restantes hechos de Jeroboán, cuanto hizo, su valor en los combates y sus esfuerzos por recuperar Damasco y Jamat para Israel, ¿no están consignados en el libro de los Anales de los reyes de Israel?


Yahveh estuvo con él, de suerte que prosperó en todas sus empresas, se rebeló contra el rey de Asiria y dejó de estarle sujeto.


Mesá, rey de Moab, se dedicaba a la cr a de ganado y pagaba al rey de Israel un tributo de cien mil corderos y cien mil carneros con su lana.


Estableció luego guarniciones en Edom y as todos los idumeos quedaron sometidos a David. Yahveh, pues, conced a la victoria a David por dondequiera que éste iba.


Colocó tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá y estableció gobernadores tanto en el pa s de Judá como en las ciudades de Efra n que hab a conquistado su padre Asá.


Yo digo al Se or: 'Tú que eres mi Dios, Escucha mis gemidos suplicantes'.


Moab es el estanque en que me ba o, sobre Edom arrojo mi sandalia y clamo victoria sobre Filistea'.


Se adiestra al caballo para el d a del combate; pero la victoria es cosa de Yahveh.


Jonatán derrotó a la guarnición de los filisteos que hab a en Guibeá, y todos los filisteos se enteraron de ello. Saúl hizo entonces tocar la trompeta por todo el pa s para decir: '¡Escuchad, hebreos!'.


Un d a, Jonatán, hijo de Saúl, dijo a su escudero: 'Ven; vamos a pasar hasta el puesto de los filisteos que está all al otro lado'. Pero nada le dijo a su padre.


Cundió el pánico en el campamento, en el campo y en toda la gente de la guarnición; y hasta la tropa de la avanzadilla fue v ctima del pánico. Tembló la tierra como presa de un terror divino.


Jonatán dijo a su escudero. 'Ven; vamos a pasar al puesto de esos incircuncisos. Quizá Yahveh haga algo por nosotros, porque nada le impide a Yahveh dar la victoria con muchos o con pocos'.


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