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2 Samuel 22:44 - Biblia Castilian 2003

44 Tú me libras de chusmas en mot n, y me pones al frente de naciones: pueblos ignotos me rinden pleites a.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

44 Me has librado de las contiendas del pueblo; Me guardaste para que fuese cabeza de naciones; Pueblo que yo no conocía me servirá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

44 »Me diste la victoria sobre los que me acusaban. Me preservaste como gobernante de naciones; ahora me sirve gente que ni siquiera conozco.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

44 Me libras de las demandas de mi pueblo. Me pones a la cabeza de las naciones, pueblos que no conocía me obedecen.

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La Biblia Textual 3a Edicion

44 Tú también me has librado de las contiendas de mi pueblo; Me guardaste para ser cabeza de naciones; Pueblo que yo no conocía me servirá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

44 Tú me libras de chusmas en motín, y me pones al frente de naciones: pueblos ignotos me rinden pleitesía.

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2 Samuel 22:44
26 Referans Kwoze  

Y también diréis a Amasá: '¿No eres tú también hueso m o y carne m a? ¡Esto me haga Dios y esto me a ada, si no te hago para siempre jefe del ejército en lugar de Joab!''.


Entonces el rey se levantó y tomó asiento a la puerta. Avisaron a todo el ejército: 'El rey está sentado a la puerta'. Y todo el ejército se presentó ante el rey. Los de Israel hab an huido cada uno a su tienda.


Entró luego la mujer y habló con tanta convicción a todo el pueblo que, en efecto, cortaron la cabeza a Seba, hijo de Bicr, y se la arrojaron a Joab, quien mandó tocar enseguida la trompeta y se retiraron de la ciudad, cada uno hacia su tienda. Luego Joab se volvió a Jerusalén, junto al rey.


Prolongada fue la guerra entre la casa de Saúl y la de David. Pero David se hac a cada vez más fuerte, mientras la casa de Saúl se iba debilitando.


Todas las tribus de Israel fueron a presentarse a David en Hebrón y le hablaron as: 'Aqu estamos. Hueso tuyo y carne tuya somos.


se venga de naciones, amontona cadáveres, descuartiza cabezas sobre una vasta tierra.


Como polvo ante el viento, tal he de triturarlos, cual basura en la calle he de barrerlos.


P deme y te daré por herencia las naciones, por posesión los confines de la tierra.


Mira: testigo para los clanes lo hice, caudillo y soberano de los pueblos.


Mira: a gente que no conoces llamarás, y gentes que no te conocen correrán hacia ti por amor de Yahveh, tu Dios, del Santo de Israel, que te glorifica.


Pues la nación o el reino que no te sirvan, perecerán; esas naciones serán exterminadas por completo.


Me dejo encontrar por quienes por m no preguntan, me dejo hallar por los que no me solicitan. Digo: '¡Aqu estoy! ¡Aqu estoy!' a una nación que no invoca mi nombre.


Le fueron concedidos dominio, gloria e imperio; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino es un reino que no perecerá.


Aquel d a responderé - oráculo de Yahveh -, responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra;


Y también dice Isa as: La ra z de Jesé se erguirá y el que surge para gobernar las naciones. ¡En Él pondrán las naciones su esperanza!


As también lo dice en Oseas: Al que no era mi pueblo, lo llamaré 'Mi pueblo', y a la que no ha sido amada, la llamaré 'Mi amada'.


Yahveh te pondrá a la cabeza y no a la cola, estarás siempre encima y nunca debajo, si escuchas los mandamientos de Yahveh, tu Dios, que yo te prescribo hoy, observándolos y llevándolos a la práctica,


Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que dec an: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Se or y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.


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