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2 Samuel 14:14 - Biblia Castilian 2003

14 Todos hemos de morir; y como el agua que se derrama en tierra no vuelve a recogerse, as Dios tampoco levanta un cadáver. Piense, pues, sus planes el rey, para no mantener desterrado lejos de él al proscrito.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al desterrado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Todos moriremos algún día. Nuestra vida es como agua derramada en el suelo, la cual no se puede volver a juntar. Pero Dios no arrasa con nuestra vida, sino que idea la manera de traernos de regreso cuando hemos estado separados de él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Todos estamos condenados a morir: no se recupera el agua que se derrama en el suelo; Dios no hace que vuelvan los muertos. Que el rey, pues, busque los medios para que regrese el que fue exiliado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Pues irremisiblemente hemos de morir, y somos como agua derramada en la tierra, que no puede ser recogida, pero ’Elohim no quita la vida, sino que provee medios para que el desterrado no siga alejado de Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Todos hemos de morir; y como el agua que se derrama en tierra no vuelve a recogerse, así Dios tampoco levanta un cadáver. Piense, pues, sus planes el rey, para no mantener desterrado lejos de él al proscrito.

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2 Samuel 14:14
31 Referans Kwoze  

Entonces dijo David al mensajero: 'Esto has de decir a Joab: 'No te aflijas por este incidente, pues la espada devora unas veces a unos y otras veces a otros. Refuerza tu ataque contra la ciudad y arrásala. Y tú dale ánimo''.


Ahora he venido a comunicar esto al rey, mi se or, porque el pueblo me dio miedo. Por eso se dijo tu sierva: 'Voy a hablar al rey; seguramente dará cumplimiento a lo que diga su sierva'.


As humillaré yo a la posteridad de David, aunque no para siempre''.


-¿revive el hombre después de haber muerto? -, aguardar a todo el tiempo de mi milicia hasta que llegara mi relevo!


Ya sé que me llevas a la muerte, al lugar de cita de todos los vivientes.


toda carne expirar a al punto y el hombre tornar a al polvo.


Él no tiene acepción de los pr ncipes ni distingue al rico del pobre, porque todos son obra de sus manos.


hacia m abren sus fauces, como león que ruge y que devora.


Como el agua me disuelvo, todos mis huesos se dislocan; mi corazón es como cera que se derrite en mis entra as.


Desgaja, Dios, sus dientes de su boca, arráncales, Se or, sus colmillos de leones;


¿Habrá, acaso, el Se or desechado por los siglos y no volverá ya más a complacerse?


Derramaron su sangre como agua, en torno a Jerusalén, sin nadie que les diera sepultura.


Nuestra vida es setenta a os, ochenta a os la vida de los fuertes: casi todos en afanes y miseria, pues rápido se pasan y nosotros nos volamos.


Tú puedes reducir el hombre al polvo, con decirle: 'Volved, hijos de hombre'.


Pero si no lo hizo intencionadamente, sino que fue un accidente involuntario, yo te se alaré un lugar adonde podrá refugiarse.


Los vivos saben al menos que han de morir, pero los muertos no saben nada; no perciben ya salario alguno, porque su memoria yace en el olvido.


Porque no rechaza por siempre Kaf el Se or.


¿Me complazco yo acaso en la muerte del malvado - oráculo del Se or Yahveh -, y no más bien en que se convierta de su conducta y viva?'


Entonces confesarán su iniquidad y la iniquidad de sus padres, las prevaricaciones con que prevaricaron contra m y su obstinada oposición a m.


En estas seis ciudades podrán refugiarse no sólo los israelitas, sino también los forasteros y los que habitan entre ellos, para que busque asilo en ellas todo el que, sin querer, haya dado muerte a alguien.


salvará al homicida de la mano del vengador de sangre y le hará volver a la ciudad de asilo donde se hab a refugiado. Vivirá all hasta la muerte del sumo sacerdote que fue ungido con el óleo santo.


porque el homicida debe morar en la ciudad de asilo hasta la muerte del sumo sacerdote. Sólo después de morir el sumo sacerdote podrá regresar el homicida a la tierra de su propiedad.


Y le env an unos disc pulos suyos, con los herodianos, para decirle: 'Maestro, sabemos que eres sincero, que ense as realmente el camino de Dios y que nada te importa de nadie, porque no te fijas en las apariencias de las personas.


Tomando Pedro la palabra, dijo: 'En verdad ahora comprendo que Dios no discrimina a las personas,


Pues Dios no discrimina a las personas.


Porque Yahveh vuestro Dios, es el Dios de los dioses y el Se or de los se ores, el Dios grande, fuerte y terrible, que no hace acepción de personas ni admite soborno;


Y as como es destino de los hombres morir una sola vez y, tras de esto, el juicio,


Y si invocáis como Padre al que juzga imparcialmente a cada uno según sus obras, conduc os con temor en el tiempo de vuestra peregrinación,


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