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2 Reyes 6:5 - Biblia Castilian 2003

5 Y sucedió que, mientras uno cortaba un tronco, se le cayó al agua el hierro del hacha y comenzó a gritar: '¡Ay, se or m o, que el hacha era prestada!'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 pero mientras uno de ellos cortaba un árbol, la cabeza de su hacha cayó al río. —¡Ay, señor! —gritó—. ¡Era un hacha prestada!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Mientras uno de ellos cortaba un tronco, cayó el hacha al agua. Se puso a gritar: '¡Ay de mí, mi señor, esa era un hacha que me habían prestado!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hierro° al agua; y gritó diciendo: ¡Ay, señor mío! ¡Era prestado!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Y sucedió que, mientras uno cortaba un tronco, se le cayó al agua el hierro del hacha y comenzó a gritar: '¡Ay, señor mío, que el hacha era prestada!'.

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2 Reyes 6:5
12 Referans Kwoze  

Exclamó entonces el rey de Israel: '¡Ay! Parece que Yahveh ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab'.


Fue ella a contárselo al varón de Dios y éste le dijo: 'Anda, vende el aceite y paga a tu acreedor y de lo que te quede viviréis tú y tus hijos'.


El criado del varón de Dios se levantó muy de ma ana y, al salir fuera, se encontró con que un fuerte ejército, con caballos y carros, rodeaba la ciudad. El criado de Eliseo le dijo: '¡Ay, se or m o! ¿Qué haremos?'.


Se fue con ellos y, llegados al Jordán, empezaron a cortar árboles.


Preguntó el varón de Dios: '¿Dónde cayó?'. Y le mostraron el lugar. Entonces él cortó una rama, la echó all y el hierro del hacha salió a flote.


Pide el malo prestado y no devuelve, Lámed mas el justo se apiada y hace dones.


Si el hacha está mellada y no se afila el corte, habrá que poner más esfuerzo. La sabidur a da el remedio.


Tronchará la espesura del bosque con hierro, y el L bano caerá con sus cedros.


de pie, a lo lejos, por el temor de su tormento, diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, de Babilonia, de la ciudad poderosa! Porque en una hora ha venido tu castigo'.


y diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, la que se vest a de lujo, púrpura y escarlata, la que se adornaba con oro y piedras preciosas y perlas!


Echaron polvo sobre sus cabezas y gritaban llorando y lamentándose, diciendo: '¡Ay, ay de la gran ciudad, de cuya opulencia se enriquecieron cuantos ten an las naves en el mar! Porque en una hora quedó desierta.


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