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2 Reyes 4:1 - Biblia Castilian 2003

1 Una mujer, de entre las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciéndole: 'Mi marido, tu siervo, ha muerto, y bien sabes tú que tu siervo era temeroso de Yahveh. Pero el acreedor ha venido a llevarse a mis dos hijos para esclavos suyos'.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cierto día, la viuda de un miembro del grupo de profetas fue a ver a Eliseo y clamó: —Mi esposo, quien te servía, ha muerto, y tú sabes cuánto él temía al Señor; pero ahora ha venido un acreedor y me amenaza con llevarse a mis dos hijos como esclavos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Una de las mujeres de los hermanos profetas mandó llamar a Eliseo: 'Tu servidor, mi marido, ha muerto, dijo ella, y tú sabes que tu servidor temía a Yavé. Pues bien, un hombre a quien debíamos dinero vino a tomar a mis dos hijos para hacerlos sus esclavos'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Una cierta mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo diciendo: Tu siervo, mi marido, ha muerto, y tú sabes que tu siervo era temeroso de YHVH. Ahora un acreedor ha venido a tomar a mis dos hijos como esclavos suyos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Una mujer, de entre las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciéndole: 'Mi marido, tu siervo, ha muerto, y bien sabes tú que tu siervo era temeroso de Yahveh. Pero el acreedor ha venido a llevarse a mis dos hijos para esclavos suyos'.

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2 Reyes 4:1
35 Referans Kwoze  

Él le dijo: 'No extiendas tu brazo sobre el ni o, ni le hagas nada, porque ahora sé que eres temeroso de Dios, ya que no me has negado tu hijo, tu único hijo'.


Ajab mandó llamar a Abd as, mayordomo de palacio. Abd as era muy temeroso de Yahveh,


Uno de los hijos de los profetas dijo a su compa ero por orden de Yahveh: '¡Hiéreme, por favor!'. Pero él se negó a herirle.


Viéronlo los hijos de los profetas de Jericó, que estaban a alguna distancia, y dijeron: 'El esp ritu de El as está sobre Eliseo'. Fueron a su encuentro y se postraron en tierra ante él.


Los hijos de los profetas que hab a en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: '¿No sabes tú que Yahveh quiere arrebatar hoy a tu se or por encima de tu cabeza?'. Él respondió: 'S, también yo lo sé. Pero callad'.


Los hijos de los profetas residentes en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: '¿No sabes tú que Yahveh quiere arrebatar hoy a tu se or por encima de tu cabeza?'. Respondió él: 'S; también yo lo sé. Pero callad'.


Les segu an cincuenta hombres de entre los hijos de los profetas, que se pararon a cierta distancia frente a ellos, cuando ellos dos se detuvieron junto al Jordán.


Volvió Eliseo a Guilgal. Hab a entonces hambre en la región. Estando los hijos de los profetas sentados ante él, dijo a su criado: 'Pon la olla grande y cuece un potaje para los hijos de los profetas'.


El varón de Dios envió a decir al rey de Israel: 'Guárdate de pasar por tal sitio, porque los arameos están bajando all '.


y en no dar a nuestras hijas a las gentes del pa s ni tomar sus hijas para nuestros hijos;


Puse al frente de Jerusalén a mi hermano Janan; y como jefe de la ciudadela, a Janan as, porque era un hombre más fiel y más temeroso de Dios que muchos.


Cuanto dista en altura el cielo de la tierra, as exceden sus favores para los que le temen;


Mas la gracia del Se or dura por siempre para los que le temen; su providencia llega a los hijos de los hijos,


bendecirá a los fieles del Se or, lo mismo a los peque os que a los grandes.


el Se or tiene contento en quien le teme, en los que esperan en sus gracias.


El rico domina a los pobres, y el deudor es esclavo del que le presta.


Fin del discurso. Una vez o do todo, teme a Dios y guarda sus mandamientos: eso es lo que al hombre corresponde.


El pecador obra mal cien veces, y su vida se prolonga. Pero yo sé que la dicha es para los que temen a Dios, precisamente porque le temen;


As dice Yahveh: '¿Dónde está el libelo de repudio de vuestra madre, por el cual yo la habr a repudiado, o quién de mis acreedores es aquel a quien yo os habr a vendido? Mirad: por vuestras culpas habéis sido vendidos y por vuestros pecados ha sido repudiada vuestra madre.


'Al cabo de siete a os, todos vosotros dejaréis libre a vuestro hermano hebreo que se os haya vendido. Te servirá seis a os, y luego lo dejarás marchar libre de tu lado'. Pero vuestros padres no me escucharon ni me hicieron caso.


tu hermano podrá ser rescatado después de haberse vendido; uno de sus hermanos lo rescatará.


Hablaron también entre s los que temen a Yahveh y Yahveh escuchó con atención. Se escribió un memorial en su presencia en favor de los que temen a Yahveh y respetan su nombre.


Pero, como no ten a con qué pagar, mandó el se or que lo vendieran, con su mujer y sus hijos y todo cuanto ten a, y que as se liquidara la deuda.


Pero él no consintió, sino que fue y lo metió en la cárcel, hasta que pagara lo que deb a.


Lo mismo hará mi Padre celestial con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano'.


'Hermanos, hijos del linaje de Abrahán, y los que entre vosotros temen a Dios: a nosotros ha sido enviado este mensaje de salvación.


Tendrá un juicio sin misericordia quien no tuvo misericordia. La misericordia prevalece sobre el juicio.


¿Quién no temerá, Se or, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, porque todos los pueblos vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justos designios han quedado manifiestos'.


Y salió del trono una voz que dec a: 'Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, los que le teméis, peque os y grandes'.


Murió Elimélec, marido de Noem, y ella quedó sola con sus dos hijos.


Se le unieron, además, todos los oprimidos, los entrampados y los amargados, de los que llegó a ser caudillo. Y as reunió a su lado a unos cuatrocientos hombres.


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