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2 Reyes 23:4 - Biblia Castilian 2003

4 El rey dio orden al sumo sacerdote Jilqu as, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes de la puerta de que sacaran del santuario de Yahveh todos los enseres fabricados para el culto de Baal, de la aserá y de todo el ejército del cielo. Los quemó fuera de Jerusalén, en los campos del Cedrón, y llevó las cenizas a Betel.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Entonces mandó el rey al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los cielos; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo del Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Seguidamente el rey dio instrucciones al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo rango y a los porteros del templo para que quitaran del templo del Señor todos los objetos que se usaban para rendir culto a Baal, a Asera y a todos los poderes de los cielos. El rey hizo quemar todas estas cosas fuera de Jerusalén, en las terrazas del valle de Cedrón, y llevó las cenizas a Betel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El rey ordenó al sumo sacerdote Helquías, al sacerdote que lo seguía en jerarquía y a los guardias de la puerta que echaran fuera de la casa de Yavé todos los objetos que habían sido hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los cielos. Mandó quemarlos fuera de Jerusalén en una hogueraa en el Cedrón y las cenizas las llevaron a Betel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y el rey ordenó al sumo sacerdote Hilcías, y a los sacerdotes de segundo orden,° y a los guardianes de la entrada, que sacaran del Santuario de YHVH todos los utensilios hechos para Baal, y para Asera, y para todo el ejército de los cielos, y los quemó fuera de Jerusalem, en los campos del Cedrón, y llevó sus cenizas a Bet-’El.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 El rey dio orden al sumo sacerdote Jilquías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes de la puerta de que sacaran del santuario de Yahveh todos los enseres fabricados para el culto de Baal, de la aserá y de todo el ejército del cielo. Los quemó fuera de Jerusalén, en los campos del Cedrón, y llevó las cenizas a Betel.

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2 Reyes 23:4
35 Referans Kwoze  

Toda la gente iba llorando a voz en grito, mientras el rey pasaba el torrente Cedrón y avanzaba la gente camino del desierto.


Y puso el uno en Betel y el otro en Dan.


Incluso despojó a su abuela Maacá de su dignidad de reina madre, porque hab a fabricado para aserá un dolo abominable. Cortó el dolo abominable y lo quemó en el torrente Cedrón.


Como si fuera poco imitar los pecados de Jeroboán, hijo de Nebat, tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, rindió culto a Baal y se postró ante él.


Ahora, manda reunir en torno m o a todo Israel en el monte Carmelo, as como a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal que comen a la mesa de Jezabel'.


Tomaron ellos el novillo que se les hab a tra do y, después de prepararlo, estuvieron invocando el nombre de Baal desde la ma ana hasta el mediod a, diciendo: '¡Baal, respóndenos!'. Pero no hubo ni voz ni respuesta. Entre tanto, ellos danzaban cojeando junto al altar que hab an hecho.


Ordenó entonces El as: 'Prended a los profetas de Baal, que no escape ni uno'. Los prendieron y El as los hizo bajar al torrente Quisón y all los degolló.


Pero me reservaré en Israel a siete mil: son todos aquellos cuyas rodillas no se doblaron ante Baal y todos aquellos cuyos labios no lo besaron'.


sacaron del templo la estela y la quemaron,


El sacerdote Joadá tomó un arca, abrió en la tapa un agujero y la colocó junto al altar, a la derecha, según se entra al templo de Yahveh. Y los sacerdotes encargados de la custodia del umbral echaban all todo el dinero llevado al templo de Yahveh.


Abandonaron todos los preceptos de Yahveh, su Dios, y se hicieron dolos fundidos, los dos becerros, y también aserás, se postraron ante todo el ejército del cielo y dieron culto a Baal.


Restauró los lugares altos que su padre, Ezequ as, hab a demolido; erigió altares a Baal; construyó una aserá como la que hab a hecho Ajab, rey de Israel; se postró ante todo el ejército del cielo y le rindió culto.


Erigió asimismo altares a todo el ejército del cielo en los dos atrios del templo de Yahveh.


Colocó el dolo de la aserá que se hab a fabricado en el templo del que Yahveh, hab a dicho a David y a Salomón, su hijo: 'En este templo, y en Jerusalén, la que yo escog de entre todas las tribus de Israel, estableceré mi nombre para siempre.


'Sube a ver a Jilqu as, sumo sacerdote, para que reúna el dinero ingresado en el templo de Yahveh, el que los guardianes de la puerta han recogido del pueblo,


Demolió los altares que hab a en la terraza de la cámara alta de Ajaz, erigidos por los reyes de Judá, as como los altares que hab a erigido Manasés en los dos patios del templo de Yahveh; los sacó de all, los redujo a polvo y arrojó el polvo al torrente Cedrón.


Además, demolió el altar de Betel y el lugar alto que hab a hecho Jeroboán, hijo de Nebat, el que hizo pecar a Israel; destrozó, pues, a la vez el altar y el lugar alto. Quemó el lugar, lo redujo a cenizas y quemó la aserá.


El jefe de la guardia prendió también al sumo sacerdote Serayas; a Sofon as, segundo sacerdote, y a los tres guardianes de la puerta.


Incluso a Maacá, madre de Asá, la despojó el rey de su dignidad de reina madre, porque hab a fabricado para aserá un dolo abominable. Asá derribó el dolo, lo hizo pedazos y lo quemó en el torrente Cedrón.


Restauró los lugares altos que su padre, Ezequ as, hab a demolido; erigió altares a los baales, reconstruyó aserás, se postró ante todo el ejército del cielo y le rindió culto.


Además, colocó la imagen del dolo que hab a fabricado en el templo de Dios, del que Dios hab a dicho a David y a su hijo Salomón: 'En este templo, y en Jerusalén, la que yo escog de entre todas las tribus de Israel, estableceré mi nombre para siempre.


As, con esto será expiada la culpa de Jacob, y éste será todo el fruto: quitarle su pecado; que deje todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, que no queden en pie ni aserás ni estelas.


El jefe de la guardia prendió también al sumo sacerdote Serayas, a Sofon as, segundo sacerdote, y a los tres guardianes de la puerta.


¡Cómo! ¡Conque robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, incensáis a Baal, vais tras otros dioses que no conocéis,


Me dijo: 'Hijo de hombre. ¡Ya ves lo que hacen éstos, las grandes abominaciones que comete aqu la casa de Israel para alejarme de mi santuario! Pero todav a verás otras abominaciones mayores'.


Si tú, Israel, te prostituyes, que al menos no sea culpable Judá. No vayáis a Guilgal, no subáis a Bet Avén, no juréis diciendo: '¡Por vida de Yahveh!'.


Venid a Betel a pecar, a Guilgal para aumentar los pecados. Traed cada ma ana vuestras v ctimas, cada tres d as vuestros diezmos.


Extenderé mi mano contra Judá y contra todos los habitantes de Jerusalén; exterminaré de este lugar lo que queda de Baal y el nombre de los sacerdotes idólatras:


Se reunieron entonces los pont fices y los ancianos del pueblo en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás,


Llegada la ma ana, todos los pont fices y los ancianos del pueblo, en consejo contra Jesús, tomaron el acuerdo de hacerle morir;


Dicho esto, salió Jesús con sus disc pulos al otro lado del torrente Cedrón, donde hab a un huerto, en el cual entró él con sus disc pulos.


Abandonaron a Yahveh, y sirvieron a Baal y a las astartés.


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