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2 Reyes 23:3 - Biblia Castilian 2003

3 El rey estaba de pie junto a la columna, y en presencia de Yahveh hizo pacto de seguir a Yahveh y de guardar sus mandamientos, sus instrucciones y sus estatutos con todo el corazón y con toda el alma, y de dar cumplimiento a las palabras de esta alianza escritas en este libro. Y todo el pueblo ratificó este pacto.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de Jehová, de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 El rey tomó su lugar de autoridad junto a la columna y renovó el pacto en presencia del Señor. Se comprometió a obedecer al Señor cumpliendo sus mandatos, leyes y decretos con todo el corazón y con toda el alma. De esa manera, confirmó todas las condiciones del pacto que estaban escritas en el rollo, y toda la gente se comprometió con el pacto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El rey estaba de pie en el estrado, y en presencia de Yavé, renovó la alianza: Se comprometió a seguir a Yavé, a observar sus mandamientos, sus órdenes y sus preceptos, con todo su corazón y con toda su alma. Se comprometió a respetar las palabras de esa alianza tales como estaban escritas en ese libro, e hizo que todo el pueblo se comprometiera con la Alianza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y el rey se puso en pie junto a la columna e hizo pacto delante de YHVH de andar en pos de YHVH, y guardar sus mandamientos, testimonios y estatutos con todo el corazón y con toda el alma, y cumplir las palabras del pacto escritas en ese Rollo. Y todo el pueblo confirmó el pacto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 El rey estaba de pie junto a la columna, y en presencia de Yahveh hizo pacto de seguir a Yahveh y de guardar sus mandamientos, sus instrucciones y sus estatutos con todo el corazón y con toda el alma, y de dar cumplimiento a las palabras de esta alianza escritas en este libro. Y todo el pueblo ratificó este pacto.

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2 Reyes 23:3
36 Referans Kwoze  

Al mirar, vio al rey, de pie junto a la columna, conforme a la costumbre, rodeado de los jefes y de los trompeteros, y a toda la gente del pa s alborozada, mientras sonaban las trompetas. Entonces se rasgó las vestiduras y gritó: '¡Traición, traición!'.


Joadá selló un pacto entre Yahveh, el rey y el pueblo, por el que se obligaban a ser el pueblo de Yahveh; y asimismo otro entre el rey y el pueblo.


Todo Judá se alegró del juramento, porque hab an jurado con todo su corazón, y con toda su buena voluntad hab an buscado a Yahveh, y él se hab a dejado hallar de ellos. Y Yahveh les dio paz en todas sus fronteras.


Al mirar, vio al rey de pie junto a la columna, a la entrada, rodeado de los jefes y de los trompeteros, y a toda la gente del pa s alborozada, mientras sonaban las trompetas y mientras los cantores, con instrumentos músicos, dirig an las aclamaciones. Entonces Atal a se rasgó las vestiduras y gritó: '¡Traición, traición!'.


Después selló Joadá un pacto entre él mismo, todo el pueblo y el rey, por el que se obligaban a ser el pueblo de Yahveh.


Pero ahora he decidido en mi corazón que pactemos una alianza con Yahveh, Dios de Israel, para que aparte de nosotros el furor de su ira.


Hagamos ahora mismo un pacto con nuestro Dios, obligándonos a despedir a todas esas mujeres y a los nacidos de ellas, conforme al consejo de mi se or y de los que temen los mandamientos de nuestro Dios. ¡Hágase conforme a la ley!


Por todo lo antedicho, nosotros hacemos ahora y consignamos por escrito una firme promesa. En el documento sellado figuran nuestros jefes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes.


Y además sacud mi manto y dije: '¡As sacuda Dios de su casa y de su hacienda a todo el que no cumpla esta promesa, y as sea él sacudido y quede sin nada!'. Toda la asamblea respondió: '¡Amén!'. Y alabaron a Yahveh. El pueblo cumplió esta promesa.


Fue Moisés y transmitió al pueblo todas las palabras de Yahveh y todas las disposiciones. Y todo el pueblo respondió a una: 'Pondremos en práctica todo cuanto ha dicho Yahveh'.


Observa el mandato del rey por razón del juramento divino.


Vosotros, hoy, os hab ais convertido y hab ais hecho lo que es recto a mis ojos proclamando cada uno la manumisión de su prójimo, pues hab ais concertado un pacto ante m en el templo sobre el cual se invoca mi nombre.


Palabra que le fue dirigida a Jerem as de parte de Yahveh, después del acuerdo concluido por el rey Sedec as con todo el pueblo que hab a en Jerusalén para proclamar ante ellos una manumisión,


Si juras: '¡Por vida de Yahveh!'. con verdad, rectitud y justicia, en él serán bendecidas las naciones y en él se gloriarán.


Preguntarán por Sión con sus rostros dirigidos hacia ella: Venid, unámonos a Yahveh con una alianza eterna, inolvidable.


Y ahora, Israel, ¿qué es lo que te pide Yahveh, tu Dios, sino que temas a Yahveh, tu Dios, sigas todos sus caminos, ames y sirvas a Yahveh, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma,


Si obedecéis fielmente los mandamientos que hoy os prescribo yo, si amáis a Yahveh, vuestro Dios, y le serv s con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,


no escucharás las palabras de ese profeta o de ese visionario en sue os, pues Yahveh, vuestro Dios os querrá probar para saber si amáis a Yahveh, vuestro Dios, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.


Convocó Moisés a todo Israel y le dijo: 'Vosotros habéis visto todo cuanto hizo Yahveh ante vuestros propios ojos en tierra de Egipto con el Faraón, con todos sus servidores y con todo su pa s:


Éstas son las instrucciones, los preceptos y las normas que dictó Moisés a los israelitas cuando salieron de Egipto,


Éstos son los mandamientos, preceptos y normas que Yahveh, vuestro Dios, me mandó ense aros, para que los pongáis por obra en el pa s en cuya posesión vais a entrar,


Amarás a Yahveh, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.


Si te olvidas de Yahveh, tu Dios, y vas tras otros dioses, les rindes culto y te postras ante ellos, yo os hago saber ya desde hoy que ciertamente pereceréis.


a Jesús, mediador de una nueva alianza, y a la sangre rociada, que habla más elocuentemente que la de Abel.


El Dios de la paz, que levantó de entre los muertos a nuestro Se or Jesús, el gran pastor de las ovejas, por la sangre de la alianza eterna,


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