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2 Reyes 23:29 - Biblia Castilian 2003

29 En su tiempo subió el Faraón Necó, rey de Egipto, en ayuda del rey de Asiria, hacia el r o Éufrates. Salió el rey Jos as a su encuentro, pero apenas se enfrentaron, el Faraón le dio muerte en Meguidó.

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Biblia Reina Valera 1960

29 En aquellos días Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Éufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquel, así que le vio, lo mató en Meguido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Durante el reinado de Josías, el faraón Necao, rey de Egipto, fue al río Éufrates para ayudar al rey de Asiria. El rey Josías y su ejército salieron a enfrentarlo, pero el rey Necao mató a Josías cuando se encontraron en Meguido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 En ese tiempo, el faraón Necao, rey de Egipto, llevó a cabo una expedición hasta el Eufrates para combatir con el rey de Asur. El rey Josías salió a enfrentarlo, pero Necao dio orden de matarlo en cuanto lo vio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 En sus días, Faraón Necao, rey de Egipto, subió hacia el río Éufrates al encuentro del rey de Asiria; y el rey Josías fue a su encuentro, pero en cuanto aquél lo vio, le dio muerte en Meguido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 En su tiempo subió el Faraón Necó, rey de Egipto, en ayuda del rey de Asiria, hacia el río Éufrates. Salió el rey Josías a su encuentro, pero apenas se enfrentaron, el Faraón le dio muerte en Meguidó.

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2 Reyes 23:29
24 Referans Kwoze  

Baaná, hijo de Ajilud, ten a Taanac, Meguidó y hasta más allá de Yocmeán, y todo Betsán, por debajo de Yizreel, desde Betsán hasta Abel Mejolá, que está junto a Sartán;


Pero Amas as no lo escuchó. Entonces subió Joás, rey de Israel, y él y Amas as, rey de Judá, se enfrentaron en Bet Semes, que pertenece a Judá.


Entonces Amas as envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, para decirle: '¡Ven, y nos veremos las caras!'.


Por eso voy a reunirte con tus padres, y serás recogido en paz en tu sepulcro. No verán tus ojos toda esa desventura que voy a traer sobre este lugar''. Y ellos llevaron la respuesta al rey.


Los restantes hechos de Jos as, todo cuanto hizo, ¿no están consignados en el libro de los Anales de los reyes de Judá?


No volvió a salir de su pa s el rey de Egipto, porque el rey de Babilonia se hab a apoderado de todo lo que hab a pertenecido al rey de Egipto desde el torrente de Egipto hasta el r o Éufrates.


Al ver esto Ocoz as, rey de Judá, emprendió la huida en dirección a Bet Hagán. Pero Jehú salió en su persecución, gritando: '¡Matad también a éste!'. Lo hirieron sobre su carro en la cuesta de Gur, que está junto a Yibleán. Él huyó a Meguidó y all murió.


Sin embargo, se da una vanidad en la tierra: hay justos que reciben lo que merecen los malvados, y malvados que reciben lo que merecen los justos. Digo que también eso es vanidad.


No lloréis por el muerto, ni tengáis pena por él. Llorad más bien por el que se va, porque no volverá más a ver el pa s en que nació.


Pues as dice Yahveh acerca de Salún, hijo de Jos as, rey de Judá, que reinó en lugar de Jos as, su padre, y que salió de este lugar: 'No volverá más aqu,


sino que en el lugar adonde lo han llevado cautivo, all morirá y ya no volverá a ver este pa s'.


Sobre Egipto. Contra el ejército del Faraón Necó, que se hallaba en Carquemis, junto al rio Éufrates, a quien Nabucodonosor, rey de Babilonia, derrotó en el a o cuatro de Joaqu n, hijo de Jos as, rey de Judá.


El ágil no huye, no escapa el guerrero: Al norte, a orilla del Éufrates, tropezaron y cayeron.


'Y tú, entona una lamentación por los pr ncipes de Israel.


Aquel d a habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadad Rimón en el valle de Meguidó.


¡Oh profundidad de la riqueza y de la sabidur a y de la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus decisiones, y qué inexplorables sus caminos!


A Manasés le pertenec a, en el territorio de Isacar y de Aser: Betsán con sus filiales, Yibleán con sus filiales, los habitantes de Dor con sus filiales, los habitantes de Taanac con sus filiales y los habitantes de Meguidó con sus filiales: la tercera parte de Néfet.


Y los congregó en el lugar que en hebreo se llama Harmaguedón.


Tampoco Manasés logró conquistar Betsán y sus aldeas, ni Taanac y sus aldeas, ni a los habitantes de Dor, de Yibleán, de Meguidó y de sus respectivas aldeas, pues los cananeos consiguieron permanecer en esta región.


Llegaron los reyes, combatieron, entonces combatieron los reyes de Canaán en Taanac, junto a las aguas de Meguidó, sin poder recoger bot n de plata.


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