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2 Reyes 17:25 - Biblia Castilian 2003

25 Al principio de su estancia all no tem an a Yahveh, por lo que Yahveh envió contra ellos leones que los devoraban.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos a Jehová, envió Jehová contra ellos leones que los mataban.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 pero ya que estos colonos extranjeros no adoraban al Señor cuando recién llegaron, el Señor envió leones, que mataron a algunos de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Cuando estaban recién instalados en ese lugar, esa gente no honraba a Yavé, por eso Yavé les mandó unos leones que hicieron con ellos una carnicería.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Pero como no temían a YHVH, sucedió que cuando empezaron a habitar allí, YHVH envió leones contra ellos, y mataron a muchos de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Al principio de su estancia allí no temían a Yahveh, por lo que Yahveh envió contra ellos leones que los devoraban.

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2 Reyes 17:25
18 Referans Kwoze  

Partió, y un león lo sorprendió en el camino y lo mató. Su cadáver quedó tendido en el camino. El asno permaneció junto a él, y también el león se quedó junto al cadáver.


Entonces, el primero le dijo: 'Porque no has obedecido la voz de Yahveh, apenas te separes de m te matará un león'. Y en cuanto se separó de su lado, lo sorprendió un león y lo mató.


Dijeron entonces al rey de Asiria: 'La gente que trasladaste y estableciste en las ciudades de Samar a no conoce el culto del dios del pa s, el cual env a contra ella leones que la devoran, porque no conocen el culto del dios del pa s'.


Llegó, pues, uno de los sacerdotes que hab an sido deportados de Samar a y se estableció en Betel, para ense arles cómo deb an dar culto a Yahveh.


También dieron culto a Yahveh, pero hicieron, de entre ellos, sacerdotes para los lugares altos, que oficiaban en los templos de estos lugares altos.


Hasta el d a de hoy perseveran en sus antiguas costumbres: no veneran a Yahveh ni se conforman con sus estatutos y ritos según la ley ni con los preceptos prescritos por Yahveh a los hijos de Jacob, a quien dio el nombre de Israel.


As, esta gente daba culto a Yahveh, y al mismo tiempo serv a a los dolos. Y sus hijos y los hijos de sus hijos siguen haciendo lo mismo que sus padres hasta el presente.


Se volvió para atrás, los miró y los maldijo en nombre de Yahveh. Y al momento salieron del bosque dos osos y despedazaron a cuarenta y dos de los muchachos.


Porque las aguas de Dimón están llenas de sangre. Aún más a adiré sobre Dimón: contra los evadidos de Moab el león y contra el que quede en el pa s.


¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? S, esto se te debe; porque entre todos los sabios de las gentes y en todos sus reinos nadie hay como tú.


Voy a imponerles cuatro clases de males: - oráculo de Yahveh -: la espada para matar, los perros para despedazar, las aves del cielo para devorar, las fieras de la tierra para aniquilar.


Por eso los va a herir el león de la selva, el lobo de la estepa los devorará. El leopardo acecha junto a sus ciudades, todo el que salga de ellas será despedazado, porque muchas son sus transgresiones, sus apostas as son muy graves.


Si yo hiciera pasar por ese pa s bestias salvajes que lo despoblaran y quedara como un desierto, sin un solo transeúnte por causa de los animales,


'Pues as dice el Se or Yahveh: 'Ciertamente si yo env o contra Jerusalén mis cuatro peores castigos: espada, hambre, fieras y peste, para exterminar de ella a hombres y animales;


Después el rey Dar o escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: '¡Que vuestra paz sea grande!


Soltaré contra vosotros bestias salvajes, que os arrebatarán vuestros hijos, despedazarán vuestro ganado y os diezmarán, de modo que vuestros caminos quedarán desiertos.


Él les respondió: 'Soy hebreo, y adoro a Yahveh, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra'.


¡Yahveh ha puesto el Jordán como frontera entre nosotros y vosotros, hijos de Rubén e hijos de Gad; no tenéis, pues, parte con Yahveh!'. Y as, vuestros hijos ser an causa de que los nuestros dejaran de temer a Yahveh.


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