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2 Reyes 17:20 - Biblia Castilian 2003

20 Rechazó as Yahveh a toda la estirpe de Israel; la afligió y la entregó en manos de sus saqueadores hasta arrojarla de su presencia.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y desechó Jehová a toda la descendencia de Israel, y los afligió, y los entregó en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 El Señor rechazó a todos los descendientes de Israel. Los castigó entregándolos a sus agresores hasta expulsar a Israel de su presencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Por eso Yavé rechazó a toda la raza de Israel, los castigó, los entregó en manos de salteadores, y por último, los echó lejos de su presencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Entonces YHVH desechó a toda la simiente de Israel, y los afligió y los entregó en mano de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Rechazó así Yahveh a toda la estirpe de Israel; la afligió y la entregó en manos de sus saqueadores hasta arrojarla de su presencia.

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2 Reyes 17:20
42 Referans Kwoze  

Pero Yahveh tuvo piedad y misericordia de ellos y se volvió hacia ellos a causa de su alianza con Abrahán, Isaac y Jacob. Por eso no quiso destruirlos ni arrojarlos de su presencia hasta hoy.


Por eso se encendió la cólera de Yahveh contra Israel y lo entregó en manos de Jazael, rey de Aram, y de Ben Hadad, hijo de Jazael, durante todo aquel tiempo.


Por eso no le quedó a Joacaz más ejército que cincuenta jinetes, diez carros y diez mil infantes, porque el rey de Aram los hab a destruido y los hab a dejado como polvo de trilla.


En los d as de Pécaj, rey de Israel, llegó Teglatfalasar, rey de Asiria, se apoderó de Iyón, Abel Bet Maacá, Yanóaj, Cades, Jasor, Galaad y Galilea, o sea, de toda la región de Neftal, y deportó a sus habitantes a Asiria.


Rechazaron sus preceptos, la alianza que hab a él pactado con sus antepasados y las amonestaciones que les hab a hecho. Se fueron tras las vanidades, haciéndose vanos ellos mismos, y tras los pueblos de alrededor, a pesar de que Yahveh les hab a mandado que no los imitaran.


Por eso Yahveh, fuertemente irritado contra Israel, los arrojó de su presencia. No quedó más que la tribu de Judá.


El a o cuarto del rey Ezequ as, es decir, el a o séptimo de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, subió Salmanasar, rey de Asiria, contra Samar a, y la sitió.


Abandonaré el resto de mi heredad y lo entregaré en manos de sus enemigos, de modo que será despojo y bot n de todos sus adversarios,


Por eso dijo Yahveh: 'También apartaré a Judá de mi presencia, como aparté a Israel, y rechazaré esta ciudad de Jerusalén que yo hab a escogido, y el templo del que yo hab a dicho: 'All estará mi nombre''.


Esto sobrevino a Judá sólo por disposición de Yahveh, para apartarlo de su presencia, a causa de los pecados de Manasés, por todo lo que hab a hecho,


Semilla de Israel, su siervo, hijos de Jacob, sus elegidos.


Los de la raza de Israel se separaron de todos los extranjeros y, puestos en pie, confesaron sus pecados y las maldades de sus padres.


No me arrojes de tu vista ni retires de m tu santo aliento.


¿Es que no saben comprender los obreros del mal, que devoran a mi pueblo como quien come pan, y no invocan a Dios?


¿Por qué rompiste sus vallados, para que la vendimien todos los que pasan de camino,


S, has rechazado a tu pueblo, a la casa de Jacob, porque están llenos de adivinos, de agoreros, como los filisteos, y hacen pactos con extranjeros.


En Yahveh se justificará y gloriará toda la estirpe de Israel.


Pero Yahveh me dijo: Ni aunque Moisés y Samuel estuvieran ante m, se volver a mi alma hacia este pueblo. Échalos de mi presencia y que se vayan.


No temas, siervo m o Jacob - oráculo de Yahveh -, pues contigo estoy yo, porque haré exterminio de todas las naciones adonde te dispersé. Sólo a ti no exterminaré, aunque te castigaré según tu merecido, pues impune del todo no te dejaré.


Y las cosas llegaron a tal punto en Jerusalén y en Judá que la ira de Yahveh los arrojó de su presencia. Luego Sedec as se rebeló contra el rey de Babilonia.


Plata de desecho hay que llamarlos, porque Yahveh los ha desechado.


os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efra n.


Concibió ella de nuevo y dio a luz una hija. Yahveh le dijo a Oseas: 'Llámala 'No - compadecida', porque no volveré a compadecerme de la casa de Israel, ni la perdonaré más.


Pleito entabla Yahveh con Israel para castigar a Jacob por sus obras: según sus acciones le retribuirá.


Aquellos hombres se atemorizaron sobremanera y le dijeron: '¿Cómo has hecho eso?'. Pues, por lo que él les contaba, dedujeron que iba huyendo de la presencia de Yahveh.


Pero Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de la presencia de Yahveh. Bajó a Jope y encontró una nave a punto de zarpar hacia Tarsis. Pagó el pasaje y se embarcó para navegar con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Yahveh.


Entonces dirá también el rey a los de la izquierda: 'Apartaos de m, malditos, al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles.


es una tierra de la que cuida Yahveh, tu Dios, y sobre la cual Yahveh, tu Dios, tiene constantemente puestos sus ojos, desde que empieza el a o hasta que termina.


Y ha dicho: les ocultaré mi rostro, veré cuál es su fin. Porque raza pervertida son ellos, hijos que no tienen lealtad.


Estos tales padecerán el castigo de la ruina eterna, alejados de la presencia del Se or y de la gloria de su poder,


tened por seguro que Yahveh, vuestro Dios, no seguirá arrojando a esos pueblos de delante de vosotros, sino que os servirán de red y lazo, de látigo sobre vuestras espaldas y de espinas en vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta buena tierra, que Yahveh, vuestro Dios, os ha dado.


Los danitas entronizaron la estatua. Jonatán, hijo de Guersón, hijo de Moisés, y sus descendientes fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el d a de la deportación del pa s.


La cólera de Yahveh se encendió contra Israel y los entregó en manos de salteadores, que los saquearon, y los dejó vendidos a sus enemigos de alrededor, sin que pudieran ellos resistir a sus enemigos.


Pues la rebeld a es como pecado de hechicer a, y la contumacia como delito de idolatr a. Porque tú has rechazado la palabra de Yahveh, él también te rechaza para que ya no seas rey'.


Pero Samuel replicó a Saúl: 'No volveré contigo. Porque tú has rechazado la palabra de Yahveh, Yahveh también te rechaza para que dejes de ser rey de Israel'.


Yahveh dijo a Samuel: '¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, una vez que yo lo he rechazado para que no sea rey de Israel? Llena tu cuerno de aceite y vete adonde te env o, a la casa de Jesé, de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para m '.


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