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2 Reyes 16:11 - Biblia Castilian 2003

11 El sacerdote Ur as construyó el altar; siguiendo en todo las instrucciones que le hab a enviado el rey Ajaz desde Damasco, as lo realizó el sacerdote Ur as antes de que el rey Ajaz volviera de Damasco.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y el sacerdote Urías edificó el altar; conforme a todo lo que el rey Acaz había enviado de Damasco, así lo hizo el sacerdote Urías, entre tanto que el rey Acaz venía de Damasco.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Urías siguió las instrucciones del rey y construyó uno igual, y lo tuvo listo antes de que el rey volviera de Damasco.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Antes que regresara de Damasco el rey Ajaz, el sacerdote Urías construyó un altar exactamente igual a las indicaciones que había enviado el rey Ajaz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y el sumo sacerdote Urías construyó el altar conforme a todo lo que había enviado el rey Acaz desde Damasco. Así lo hizo el sumo sacerdote Urías antes que el rey Acaz regresara de Damasco.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 El sacerdote Urías construyó el altar; siguiendo en todo las instrucciones que le había enviado el rey Ajaz desde Damasco, así lo realizó el sacerdote Urías antes de que el rey Ajaz volviera de Damasco.

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2 Reyes 16:11
17 Referans Kwoze  

El rey Ajaz fue a Damasco al encuentro de Teglatfalasar, rey de Asiria. Y habiendo visto el altar que hab a en Damasco, el rey Ajaz envió al sacerdote Ur as un dise o del altar y la descripción de toda su estructura.


Cuando el rey llegó de Damasco y vio el altar se acercó y subió a él,


Retiró de delante del templo, de entre el altar y el templo de Yahveh, el altar de bronce que estaba delante de Yahveh, y lo colocó al lado del nuevo altar, hacia el norte.


El sacerdote Ur as cumplió todo lo que le hab a mandado el rey Ajaz.


Erigió también altares en el templo de Yahveh, del que Yahveh hab a dicho: 'Pondré mi nombre en Jerusalén'.


Colocó el dolo de la aserá que se hab a fabricado en el templo del que Yahveh, hab a dicho a David y a Salomón, su hijo: 'En este templo, y en Jerusalén, la que yo escog de entre todas las tribus de Israel, estableceré mi nombre para siempre.


Erigió también altares en el templo de Yahveh, del que Yahveh hab a dicho: 'En Jerusalén estará mi nombre por siempre'.


y ponme por testigos fieles al sacerdote Ur as y a Zacar as, hijo de Baraqu as'.


Profetas y sacerdote son imp os, en mi propia casa encontré su maldad - oráculo de Yahveh -.


Sus sacerdotes violan mi ley y profanan mis cosas santas; no distinguen entre lo sacro y lo profano, no ense an la diferencia entre lo impuro y lo puro; se tapan los ojos para no ver mis sábados, y soy profanado en medio de ellos.


Por eso, cuando todos los pueblos oyeron el sonido de la trompeta, de la flauta, de la c tara, de la sambuca, del salterio, de la cornamusa y de toda suerte de instrumentos de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron para adorar la estatua de oro que hab a erigido el rey Nabucodonosor.


Perece mi pueblo por falta de sabidur a. Porque tú has rechazado la sabidur a, yo te rechazaré de mi sacerdocio. Porque tú te has olvidado de la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.


Efra n está oprimido, su derecho es conculcado, porque se encuentra satisfecho cuando corre tras los dolos.


¿Pretendo acaso ahora ganarme el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O intento agradar a los hombres? Si todav a tratara de agradar a los hombres, no ser a siervo de Cristo.


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